VALENCIA. Estos de Nueva Zelanda no se enteran. El boom de la construcción ya pasó, ya no hay dinero para los grandes eventos y ahora estamos viviendo una profunda crisis económica. Ahora lo que hay que hacer para ganar dinero es fusionar bancos, nacionalizar clubs de fútbol, vender servicios públicos a los amigachos y urdir innovaciones de ingeniería financiera para quitarles a los jubilados y los parados sus ahorros y prestaciones. Eso es lo que toca hoy en día. Nada de promocionar turismo de calidad, de ése de interior, y por supuesto nada de tirar el dinero haciendo películas para que sigan pagándose sus mansiones en Miami todos los técnicos y artistillas del mundillo audiovisual.
Pero en Nueva Zelanda aún no saben de qué va el asunto y siguen a lo suyo, promocionando sus parajes que, para más inri, siguen vírgenes, llenos de praderas y montañas, todo verde y silvestre. Qué desperdicio, con lo bien que quedaría todo urbanizado, con centros comerciales por doquier, polideportivos y centros culturales mastodónticos y aeropuertos en mitad de las llanuras. Uno ve la segunda parte de El Hobbit y no puede entender que estemos en el año 2013, viendo unos parajes que parecen de principios del siglo XIX.
Porque El Hobbit no es una película hecha para los fans de Tolkien, de El señor de los anillos, de los elfos y los orcos o de ese mundo friki de fantasía. La cosa no va por ahí, por mucho que lo digan los periodistas más sesudos. Se trata de un fenómeno turístico creado hace ya más de diez años como un plan estratégico para vender Nueva Zelanda.
En España se promocionan los atractivos turísticos con videoclips de Luis Aguilé pero en Nueva Zelanda se recurre a macroproducciones cinematográficas para crear toda una industria nacional.
El resultado de El señor de los anillos fue tan bueno que se decidió repetir la fórmula con El Hobbit. Para ello, ya daba igual que fuese una novelita breve puesto que el objetivo era estirarlo todo lo máximo posible.
Otros países, como Irlanda o Escocia, tentaron a Peter Jackson para que hiciese su nueva trilogía en sus parajes. España ni se lo planteó, prefirió apostarlo todo a otras iniciativas más chulas, como Madrid 2020 o Eurovegas.
Da cierta pena, para qué negarlo, porque la novelita de Tolkien podría haberse rodado perfectamente en nuestro país. Todos esos temas de codicia, odios, orcos gruñendo, enanos gritando y la reivindicación de la monarquía por encima de cualquier otro asunto habrían encajado muy bien en estos lares. En cualquier caso, hay que reconocer que la película tiene su gracia con tanta batallita y tanto bichejo asqueroso diciendo frases sin sentido en un producto dirigido sin tapujos a adolescentes para que se imaginen un mundo de magos y hadas y así no se den cuenta de esta sociedad montada con el único objetivo de que no pinten absolutamente nada.
El Hobbit: La desolación de Smaug es la nueva repetición de la jugada de Peter Jackson. Veamos. La película empieza con el mago Gandalf diciéndole a un grupete de desgraciados dóciles que tienen que emprender una aventura muy peligrosa recorriendo bosques y lagos para llegar a una montaña, más peligrosa aún. Enseguida aparecen los orcos, que son muy peligrosos porque son muchos y hay que tenerles miedo, aunque nunca maten a nadie y den más risa que espanto.
Como Gandalf tampoco quiere muchos líos, hace lo de siempre, se retira del grupo porque se tiene que ir a meditar con otro mago. "Que les den a estos enanos disfuncionales", debe de pensar, y se va por su cuenta a hacer algo supuestamente muy importante que no sirve, en realidad, para nada. Cuando ya sus acólitos enanos se han dado de leches con todo tipo de criaturas, entonces vuelve a aparecer Gandalf pero, como lo sigue viendo todo muy complicado, consigue que le encarcelen y así se retira del jaleo. Vamos, el Arnaldo Otegi de los magos.
Como todo está muy visto, Peter Jackson mete algunos detallitos para distraer al personal. Los hay absurdos, como un romance entre un enano y una mujer elfa, condenado al fracaso como ya demostraron en su momento historias similares como la de Bárbara Rey y Ángel Cristo. O la medicina élfica, que cura las heridas mortales con hierbas, rezos e imposición de manos. Vamos, un canto a la homeopatía y a la botica de la abuela. O el elfo Legolas que se comporta como un cocainómano, espitoso, acelerado y sangrando por la nariz.
Pero lo mejor de todo es el dragón, que retiene el oro de los enanos mientras no para de soltar parrafadas incomprensibles. Sólo faltaría que le hubiesen puesto una voz como la de Paco Rabal.
El dragón tampoco es que inquiete demasiado porque ya se sabe que en este mundo Tolkien mueren menos personajes que en un episodio de El Equipo A. Como la película tiene que durar casi tres horas para que cumpla su función publicitaria del turismo neozelandés, todo se alarga con el dragón y los parlamentos que se suelta en los que parece Fidel Castro proponiendo un brindis.
¿Qué sucede al final? Pues nada, qué va a pasar. En eso consiste todo esto, en crear una sucesión de escenas y secuencias cinematográficas con la lógica narrativa de los videojuegos: el objetivo de los personajes es pasar pantallas, llegar a la próxima secuencia después de matar a centenares de peligrosísimos orcos. Acaban todos ellos como empiezan, tan colegas como antes y dispuestos a vivir más aventuras, a pasarse más pantallas, a adentrarse en nuevos bosques, senderos y parajes repletos de peligros innombrables.
La consecuencia es que la maquinaria de ingresos para Nueva Zelanda va viento en popa, abriendo nuevas rutas turísticas e invirtiendo cada vez más en publicidad en los medios, regalando viajes para descubrir los encantos del país. Una muestra de que el cine sirve para muchas cosas, no sólo como chivo expiatorio de todos los males que aquejan a una sociedad atemorizada por una clase política corrupta.
FICHA TÉCNICA
El Hobbit: La desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug). EE.UU. / Nueva Zelanda, 2013, 161'
Director: Peter Jackson
Intérpretes: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage
Sinopsis: Un pueblo de enanos decide recuperar todo el dinero que ha amasado con esfuerzo durante generaciones y que les ha usurpado un dragón imperialista que lo único que hace es dormir y acumular más y más oro. El pueblo decide enviar a un emisario para que reclame lo que es de todos y así volver a ser tan ricos y prósperos como eran antes. ¿Cómo se llama el emisario? ¿Artur Mas? No: Bilbo Bolsón
Ole por ese Juego de Tronos que se ha marcado ud, grande.
Sólo dos cosas: Tolkien deja de tener interés cuando cumples más de dieciséis años, y en España igual podríamos rodar una segunda parte de Idiocracia.
Lo triste es comprobar que gente que lee libros carece de comprensión lectora...como los genios que creen que el autor se queja de que no rueden estos cuentos infantiles en Spain...
vaya crítica de m**** que pasa que si no ruedan en tu país, vomitas cosas como ésta?? tremendo, la verdad,cualquiera hoy en día puede escribir y publicar, muy triste
Menudo Juego de Tronos te has marcado, perillán. Y aquí los tienes, raudos a caer sobre el infiel...
Pues a mí la crítica me parece muy bien escrita y llena de sana ironia. No entro en si es justa o no, pero dado que es una opinión, supongo que su autor goza del derecho a tener la suya.
Una crítica basada en el resentimiento de alguien que llora porque la película no se grabó en su país. Primero lloras por ello y luego atacas a la película en puntos que tienen que ver con el libro (que se nota a leguas que no has leído ni un poquito). Gandalf no les dijo a los enanos que emprendieran la travesía, ellos la iban a emprender por si mismos, el mago lo único que hizo fue meter a Bilbo en ella. Que en el mundo Tolkien no muere nadie?? Si pides la muerte de los enanos te diré que en el libro mueren tres de ellos pero en la batalla final...y en las batallas de "Las Dos Torres" y "El Retorno del Rey" no murió nadie o qué onda?? Creo que no las viste. Pues al final de cuentas vuelves a tu lloriqueo porque la película ayuda al turismo de NZ y no a tu país. En fin, una crítica con resentimiento no sirve para nada...es igual de desechable que una crítica hecha por un fanboy.
Que pasa galleguito? Estas resentido, con odio, por q se están cagando de hambre en tu país, por q sos un cornudo o las dos cosas? Mira q he leído criticas pelotudas pero la tuya se lleva el primer premio, dedícate a otra cosa salameee
Si lo que querías era que comentàramos, lo has conseguido, Manuel. Pero... Comenta de la película, por favor, no queremos política, sino película. Te queda mucho por aprender.
noto un toque de resentimiento, definitivamente no se puede hacer una critica imparcial, con rabia, aprende eso antes de ponerte a evaluar un film
Carles, pongame a los pies de su señora. Yo tambien salí hasta los mismisimos de montañas abruptas y nevadas, frias e infinitas llanuras y bosques élficos - aparte de arqueros de repetición y personajes bañados en sangre de dragón, pero bueno, asi es la fantasía..-, y tomas en helicoptero desde todos los planos posibles... Si casi me subo a una barandilla y me pongo a declamar eso de " A dioxxx pongo por testigo que nunca más me pillaran cinco euros por cosas como esta"
Felicidades, acabas de hacer rabiar a una panda de fanboys sin sentido del humor. "LIbertad para lo mío".
keenan +1
El hobbit es una buena adaptacion, se nota que no saben ni han leido el libro, fue creado para niños por Tolkien(hijos), conserva los putos claves del libro, al igual que aluciones que los que SI hemos leido la obra de Tolkien entendemos, un ejemplo es el recital speech entre smaug y bilbo, mal, muy mal el autorde esto, cuando hablamos para enseñarte? La obra de Tolkien esta basada en el mundo nordico, Nueva Zelanda es un hermoso lugar y aprovechar esta cultura de la tierra media para crear una identidad que apoye al turismo esta bien, no seamos mojigatos cerrados, somos periodistas del 2000 no de los 80
Frank Zappa hubiera vomitado con esta pelicula, eso seguro. No como el gili de Bowie, que con tanto disfraz seguro que piensa en montar un alter ego a lo Ziggy Stardust. Ya lo estoy viendo: Zilbbo Buggins....
Gran crónica.
Vaya, por lo que veo en los comentarios, con la Iglesia hemos topado...
Mira que he leído críticas sin pies ni cabeza pero esta se gana la palma, un tipo intenta hablar de política y para que lo lean más mete una película por medio diciendo que está hecha para fomentar el turismo de un país que está en la otra punta de casi todo el mundo, donde ir te cuesta una burrada para casi todos y donde las leyes ambientales son sagradas, a ver que iban a hacer allí nuestros guiris ingleses de la costa brava.... Pero nada toda la peli es un anuncio de viajes en plan bruto para que descubriéramos Nueva Zelanda y la gente salía de la peli diciendo "¿que tal si vamos el año que viene a Nueva Zelanda...?" De ahí salimos todos a hacer nuestra reserva, y nah los 14 millones de ingleses que viven para acá todos los años gracias al Hobbit se van a ir a Nueva Zelanda, que les pilla un pelín más lejos pero bueno. Peter Jackson ha hecho la película donde le ha salido del nabo, es decir en su país... vamos a crucificarle por ello y buscar un doble sentido. Si en este país empleáramos para cosas útiles la mitad de lo que lo empleamos para teorías disparatadas nos iría mejor..... Crítica sin sentido de un iluminado.
Convertir un cuentecito que se lee en dos horas en un mamotreto de ocho alguna otra intención ha de tener. Por cierto, señores comentaristas, la ironía y las ganas de cachondeo, por donde les quedan?
Vamos a ver, te has leido el Hobbit para hacer esta critica?esta segunda parte no es tan fiel al libro como la primera, ya que sacar una trilogia de un cuento, como es en definitiva El Hobbit, es imposible... pero tu crítica no tiene ni pies ni cabeza... leete el libro, mira las dos peliculas que hay, y ya si eso luego rehaces la critica.
ha llevado tiempo pero la alusión a cataluña la hemos podido poner a artur mas de refilón en la sinopsis. En el fondo que más da artur mas, mandela, snowden, o fidel castro; la fantasía ahistórica siempre tendrá una toma USB donde calzar los ucronismos preferidos de cada cual. Yo la iré a ver (sin mi legitima que por checa y ex-realcomunista ya no traga con fantasías y me dijo lo de una y no más, santo tomás con la primera); yo la iré a ver, repito, sabiéndome traicionado pero es que a estas alturas y peinando canas en los huevos, uno relativiza muchas cosas (además por los que nos podremos permitir ir de veraneo a...Nueva Zelanda, ni más ni menos)
Definitivamente, y tengo que decirlo, DEFINITIVAMENTE no entendiste la gracia ni el porque de las peliculas de El Hobbit, ni las intenciones de Peter Jackson en hacerlas.
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