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VALENCIA. Volvió de México y fue al médico. Tenía la rodilla hinchada. "He estado también en Brasil y ha sido un no parar. Actuación, viaje, actuación... Así durante tres semanas". Leo Bassi ya se encuentra recuperado y este viernes estará en Burjassot, en el Centro Cultural Tivoli, a partir de las diez y media de la noche, donde presentará su espectáculo Lo mejor de Leo Bassi.

Se trata de una selección de los números más destacados de su carrera pero no es un programa inmóvil. "El 30% del espectáculo está abierto hasta media hora antes", apunta. De tal forma que si el cómico italoamericano se encuentra con ganas, puede ofrecer un montaje hoy y al día siguiente otro muy distinto. De hecho, anuncia que en Valencia introducirá cambios "para adaptarlo a la realidad del país".

Para elegir qué sketches formarán parte del show, Bassi acudirá al sentido común y le preguntará a su espectador más fiel, el que siempre ha estado a su lado, el que le ha criticado con más ferocidad y le ha perdonado más errores: él mismo. "El mejor público que tienen todos los cómicos verdaderos son ellos mismos. Yo por eso intento ofrecer el mejor espectáculo que a mí me gustaría ver", explica.

UN REGALO QUE SE HACE

El propio Leo Bassi define este espectáculo como "un regalo" que se hace y considera que es la mejor manera de acercarse a su obra, sobre todo para aquel que no conozca a este feliz revolucionario.
 Durante noventa minutos los que asistan al espectáculo disfrutarán con algunos de los momentos más divertidos de Instintos Ocultos, 12 de Septiembre, La Revelación y Utopía. Son obras que en su día le causaron más de un quebradero de cabeza. Le criticaron, le insultaron, cancelaron sus actuaciones, una asociación de abogados cristianos le denunció (denuncia que fue archivada) y llegaron incluso a ponerle una bomba en el camerino.

De esta experiencia nació una religión de la que es Sumo Pontífice, la religión Patólica, donde su icono es un pato de goma amarillo de los que se les regala a los niños para la bañera. "He decidido tener una estrategia a largo plazo. Me he enfrentado a muros de ignorancia. Ha sido como entrar en un hospital psiquiátrico a discutir", explica. Ahora él tiene el poder. Puede hasta excolmugar. Ya no es usted patólico.

En la actualidad se siente menos presionado por la derecha española. "El PP está más tranquilo desde que gobierna. Cuando el PSOE estaba en el poder yo era una válvula de seguridad", estima. 

CONSEJOS PARA EL PAPA

Muchas cosas han cambiado también en el Vaticano. Sus comentarios hacia el nuevo Papa no son tan hirientes como era con Benedicto XVI. No le molesta que Francisco haya sido elegido personaje del año por la revista Time, aunque admite que hubiera preferido que el designado hubiera sido Edward Snowden. "Me gusta mucho lo que está pasando con el Papa, que está reventando la Iglesia católica, creando problemas a los legionarios de Cristo y a los del Opus Dei". E incluso se abona a la tesis de los que piensan que el Papal igual un día aparece muerto. "Si yo fuera Francisco y viniera una monjita con una taza de café no la bebería", bromea.



El año que se viene se cumplirán dos décadas desde que se instaló en España este italiano nacido en Nueva York, asimilación que va por buen camino. En Brasil descubrió sorprendido y divertido que le anunciaban como Leo Bassi, de España. "No tengo clara la idea de nacionalidad. Mi madre es de origen inglés, mi padre francés, mis hijos han nacido en Grecia, España... Tengo tres o cuatro pasaportes, pero bueno, sí que es cierto que en mí hay una parte española".

 LA ENERGÍA DE LAS RISAS

Bassi afronta el futuro con la energía que le dan las risas de sus seguidores que llenan los teatros allá donde va... y le dejan ir porque hay ciudades donde está prácticamente vetado. Así, cita el caso de Valladolid, gobernada por el PP, donde un empresario teatral le aseguró que tenía miedo a que le represaliaran y le canceló el contrato de alquiler de la sala.

Uno de sus motivos para tener fe es la buena respuesta que ha recibido en la Italia de sus ancestros, de parte de sus ancestros... porque Bassi es una mescolanza de sangre y países. Este verano irá a Roma y ha estado ya en Milán y Bolonia, donde ha triunfado. Con todo, mira con escepticismo a la península, a su bota. "Italia ha perdido el sentido del humor. Todo es muy formal, muy pijo. Es la decadencia y cuando un país está así no tiene sentido del humor".

¿Y qué es humor y qué no? "Mi experiencia me demuestra que si hablas 24 horas de qué es el humor nunca acabarás. El humor es inagotable, es la cosa más humana que se puede hacer, asocia toda la inteligencia, la sensibilidad, pasa por la esperanza, por querer vivir, por querer amar...", se emociona.

Ya puestos, apunta que para él la risa es "esperanza" y se siente con la obligación de provocarla. Provocar la risa, reír la provocación. "Hace poco leí un artículo en el que se contaba como habían analizado el cerebro de unas monjas mientras rezaban y el de unas personas mientras reían unos chistes. Habían descubierto que la actividad cerebral era en sitios muy parecidos. Me gusta eso de que a Dios lo puedes encontrar en la cabeza en el mismo sitio en el que está la risa. Dios es esperanza, pero un chiste es también esperanza".