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VALENCIA. El cubano Carlos Michel Fuentes salió de la isla en 1992. Allí estudió Bellas Artes e inició una vinculación a la creatividad pictórica que no ha abandonado. Tras vivir en Canarias, Miami y Carolina del Norte, en Estados Unidos, "encontré algunos límites en la pintura, por eso empecé a escribir".

Primero llegaron las ideas para cine, "pero producir es muy caro, así que enseguida me puse a escribir guiones". En estas estaba cuando viajó a Estados Unidos, donde trabajó para la industria del cine, pero apenas tuvo tiempo para su propia creación. Motivos personales y la recuperación de un espacio para recuperar sus ideas, le llevaron hace cinco años hasta Valencia donde reside desde hace cinco años.

Este martes 10 de diciembre, Fuentes presenta Maldita seas tristeza (Ediciones Contrabando, 2013), una colección de relatos cortos. Estos combinan un ritmo propio, con textos que condensan una idea e ideas que se derraman en apasionados relatos. Lleno de un vocabulario propio ("ni siquiera he perdido el acento cubano. En cierto sentido, es mi forma de permanecer en Cuba"), Fuentes utiliza Valencia como fondo de alguno de los relatos, aunque "las historias están en el fondo de lo que pienso, no se ligan a un lugar concreto".

"Escribo como recuerdo que hablaba mi abuela, con expresiones que todavía utilizo y a través de las cuales mezclo las idea. Para mi perder estas referencias sería algo así como degradarme", apunta Fuentes. El autor no se quiere desligar del feedback de los lectores: "me gusta establecer un diálogo y, en realidad, esa interacción también es el pretexto que tengo para publicar, aunque reconozco que en este caso el apoyo de Ediciones Contrabando es clave para que finalmente hayamos sacado adelante este libro".