VALENCIA. La ciudad de Valencia alberga una arquitectura ecléctica construida a base de su realidad económica y social. Aun así, algunos edificios destacan en la trama urbana y es prácticamente imposible que los que por primera vez pasean por la calle Castellón a la altura de su número 20 no levanten la cabeza para contemplar ‘la Casa Judía'.
La obra pertenece a Juan Francisco Guardiola Martínez, un arquitecto "al que no se puede entender sin tener en cuenta que su familia se dedicaba a la construcción y a hacer realidad sus ideas -su hermano Salvador era el jefe de obra-". Quien responde a ValenciaPlaza.com es Ana María Ferrín, biógrafa de Antoni Gaudí y José María Subircachs del que ha escrito cinco libros y al que siempre se ha marcado como ‘maestro de Guardiola Martínez.
"No seré yo quien ponga la mano en el fuego sobre si existe alguna referencia, si se conocieron o no, algo que tampoco es relevante", apunta Ferrín que destaca que la obra del arquitecto valenciano es "totalmente ecléctica. Si la obra de Gaudí es difícil de clasificar, la de Guardiola Martínez lo es todavía más porque no atiende a ningún movimiento".
LA CASA JUDÍA DE VALENCIA Y LA ARQUITECTURA SÓLIDA
‘La Casa Judía' de Valencia llama la atención con su atípica estrella de David capitaneando la fachada. Según cuenta Ferrín en este post de su blog, tras una investigación sobre este arquitecto, el propietario original se llamaba Luis Salom algo que vincula la autora con el nombre del edificio.
Los colores explotan (rosa, verde, amarillo y azul) con una presencia protagonizada por una palmera que traspasa los pisos en una idea difícil de encajar en los cánones arquitectónicos. Más allá de la época de construcción, durante los años 30 del siglo XX, la obra obliga al viandante "a mirarla mientras anda y desanda en semicírculo frente a ella presionando hacia atrás las cervicales, casi mareado por el estilo jónico/hollywoodense de sus capiteles multicolores. Y eso que hoy ya no la coronan los remates tailandeses que culminaban los pilares centrales de la finca, similares a los de La Casa China", escribe Ferrín.
La Casa China a la que se refiere es uno de los edificios por los que un arquitecto, según la autora, "ha recibido la palma de los insultos dedicados a un edificio". Esta obra de Guardiola Martínez se encuentra en la confluencia de las calles Muntaner y Consell de Cent en Barcelona y supone junto a la Casa Fajol (en la calle Llansà, 20 - con el gaudiano trencadís) y el Ateneu Suecà dels Socors (en Sueca, su pueblo de nacimiento) sus obras más significativas.
¿Cómo que estos edificios son difíciles de clasificar? Pues me parece obvio que pertenecen al art déco orientalizante de los años 20 y 30, amante del exotismo y los colores chillones, tan de moda tras el descubrimiento de la tumba de Tutankhamon, las giras de Les Ballets Russes y demás. Eso sí, interpretándolo a 100.000 voltios, que para algo estamos en Valencia. Una preciosidad en su coentor. Desde aquí propongo que reconstruyan YA los remates tailandeses en homenaje a este pretérito hipster incomprendido. Por favor, más artículos como éste, seguiu explorant!
por qué VP es tan rácana en su atención a la ciudad (varias)?
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