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VALENCIA. "En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario". Decía George Orwell y reitera años después Esmeralda Velasco, periodista y la última directora de Informativos de RTVV, Nou. En apenas siete meses quiso introducir aire fresco, veracidad, pluralismo, profesionalidad e independencia en una cadena aquejada de deudas y sesgada informativamente. Velasco reflexiona sobre los últimos hitos, mientras, como muchos, sigue sin comprender cuál es el motivo real que esconde este cierre.
Fue la primera mujer que presentó y dirigió un telediario en Antena3 TV, cadena de la que fue delegada durante 15 años en la Comunidad Valenciana. Seleccionó los contenidos para Goma Espuma en Onda Cero, ha realizado más de 1.000 entrevistas a personajes de primera línea y prosigue en su quehacer periodístico desde otros medios donde cumple con su labor de denunciar, defender y sacar a la luz lo que se hace mal y lo que se hace bien. A partir del próximo domingo inicia una colaboración semanal con ValenciaPlaza.com.
-¿Cómo ha vivido el apagón de la televisión?
-Desde por la noche no me despegué de la tele y el silencio absoluto cuando se cortó la señal a las 12.19h del viernes me produjo una sensación brutal. Me parecieron horas cargadas de dramatismo con un final explosivo y un impacto mediático en España y en el mundo difícil de medir todavía. Un programa que se estudiará en las facultades de periodismo. Para los trabajadores de RTVV ha sido una oportunidad -al alcance de muy pocos- contar su despido en directo, pero es que un medio de comunicación público no es una fábrica de tornillos... No me explico que en el Palau de la Generalitat no se valorase la dimensión y las consecuencias. Y la oposición con su apoyo incondicional ha conseguido una plataforma que ningún estratega político habría superado, pero ha contraído un compromiso para el futuro que los ciudadanos le van a exigir.
-En abril de este año fue nombrada directora de informativos de Nou, ¿cree que ya entonces se veía que la cadena tenía los días contados?
-Cuando llegué no vi nada más que un edificio enorme y precioso, pero a la semana me di cuenta que todo lo que había dentro padecía una especie de aluminosis anímica. Habían sucedido demasiadas cosas durante demasiado tiempo y se veía que era una empresa enferma. Sigo pensando que Nou era la única salida posible, incluso ante un escenario de nulidad había un plan B. Rosa Vidal y el equipo de personas que habíamos llegado con ella nos creímos el proyecto, nos creímos la ley y pusimos en marcha la nueva RTVV SAU con enormes dificultades, con hostilidad y con zancadillas. Hemos tratado de hacer una gestión profesional y periodística, algo inédito en las anteriores etapas de Canal 9. Pero ha durado solo siete meses. No nos han dejado. Nadie nos ha dejado. Cuando Rosa Vidal comentó aquello de que se sentía sola no se supo entender el mensaje. La gente de la tele necesitaba creer en el proyecto pero estaba muy cerrada. Costaba convencerles de que aquello era diferente y solamente fueron unos pocos los que lo vieron y se volcaron. Nadie creyó que el final fuera el cierre.
-49 diputados del PP en las Cortes Valencianos han dicho sí al cierre, casi los mismos que han pedido el indulto de Hernández Mateo condenado a tres años de cárcel por falsedad documental y prevaricación ¿qué piensa de todo ello?
-Creo que la liquidación de RTVV ha sido un error grave, un gesto político autodestructivo, aunque luego aparezcan sucedáneos, aunque se intente reemplazar con otros proyectos de televisión o grandes productoras. Yo he trabajado muchos años en la televisión privada y no es comparable. Han pasado tres semanas y todavía me pregunto por qué. Los argumentos esgrimidos por el Consell no se sostienen para una medida de semejante calado y sin embargo los motivos para buscar una salida eran abrumadores y socialmente muy valiosos. La imagen de la Comunidad Valenciana queda maltrecha y prácticamente invisible. Políticamente ha sido una decisión de alto riesgo.
-Los rumores, ya desmentidos, hablan de una televisión alternativa vinculada a Vérrtice 360, quien se hizo con la externalización de la programación de RTVV, e incluso el propio Alfonso Rus anunció hace unos días de subvenciones para productoras y televisiones locales ¿Sería una ironía que todo esto se cumpliera?
-De la segunda propuesta es evidente que no se puede comparar. Las audiencias de las televisiones locales son irrelevantes y serán medios que no tendrán ni la fuerza, ni envergadura, ni los profesionales, ni la industria audiovisual que tiene Nou. Muchos profesionales que ahora se van al paro. Es como curar una neumonía con una aspirina. Lo primero lo desconozco.
-¿Fue suficiente la labor de autocrítica que efectuaron los periodistas al conocer la noticia del cierre?
-A mí me pareció improcedente. No me gustó. Fueron mis últimas 48 horas. El periodista no puede olvidarse de que RTVV es un servicio público y no se puede utilizar para conseguir la absolución de la audiencia. Se debe informar de todo lo que pasa. De hecho íbamos a contarlo todo. Les encargué casi un monográfico sobre el tema. Contando la sentencia, el transcurso del ERE, los 24 años de Canal 9 y los siete meses de Nou, pero fue imposible porque los periodistas decidieron hacer suyos los informativos. Aquello ya fue incontrolable. Las personas en el punto límite pueden reaccionar de forma explosiva. Estaban machacados y la culpa es un sentimiento muy negativo. No comparto esa manera de proceder, no me parece profesional, pero ellos querían reconciliarse con la audiencia perdida, necesitaban esa especie de absolución. Después de la primera semana de shock han demostrado dignidad y sentido del periodismo. Mi breve paso por la dirección de informativos ha sido de tal intensidad que me parecen años.
-¿Quizá el criterio aplicado en la nueva etapa de profesionalidad, independencia, veracidad y pluralismo se alejaba de los valores aplicados hasta ese momento?
-Canal 9 ha sido el exponente máximo de manipulación durante muchos años, pero Nou no era eso. La gente no lo veía. La etiqueta pesaba como una losa. Cuesta poco perder el prestigio y mucho conseguirlo, pero estábamos en esa inercia. Hasta el PP hablaba mal de Nou. Como dijo Rosa Vidal, los políticos no están preparados para una televisión independiente. Ni éstos, ni ninguno. Todos los directores de informativos públicos y privados reciben presiones y el que lo niegue miente. Lo importante es resistirlas. Ellos redactaron la ley, que dice que RTVV es una televisión plural, democrática, viable... pero no la cumplieron. ¿Cómo vas a recuperar el prestigio si no aplicas la ley?
-¿En este periplo tuvieron de su parte a los sindicatos?
-Los sindicatos tampoco fueron receptivos. Estaban de frente. No fuimos bien recibidos. Nos reprochaban que hubiéramos aceptado el cargo, que arrancáramos el proyecto de Nou sin esperar el fallo de los jueces. El día que el Consell anunció el cierre le pidieron a la directora general que se quedara, que no tirase la toalla. Ya era tarde. El comunicado de la Generalitat responsabilizando a Rosa Vidal del fallo hizo implanteable otra salida que no fuera la dimisión.
-Y ahora todo para nada.
-Teníamos por delante programas que íbamos a estrenar en diciembre, incluido un debate de actualidad potente y otro, Nou Confidencial, sobre los valencianos que brillan en todo el mundo. Los periodistas agradecían una televisión distinta que ya había dado un giro informativo y de gestión reconocido desde muchos ámbitos, pero ninguno de ellos lo mencionó en sus reivindicaciones. Los siete meses de trabajo se esfumaron de golpe. Dejamos la tele y fue como si esa breve etapa no hubiera existido. En todo caso eso ya no tiene ninguna importancia. Lo triste, lo irremediable, lo trascendente es que el Gobierno de Fabra ha puesto punto y final a un servicio público imprescindible. Los valencianos no se lo merecen.
-Hablemos un poco de periodismo. Después de más de 25 años en el periodismo, muchos de ellos en la Comunidad Valenciana, ¿cómo cree que ha evolucionado?
-En general creo que ha perdido virtud. El periodista se ha acomodado. No ha sabido ver la crisis que se avecinaba. Se ha ubicado en un espacio de confort del que no ha salido y del que le han sacado atropelladamente temas como el caso Snowden o Wikileaks. Cuestiones que han llevado a muchos a replantearse si verdaderamente la labor que se le supone al periodista, como es el control sobre el poder o la fiscalización de lo que se hace bien o mal, se estaba realizando. Este reseteo de la profesión es ahora muy necesario porque hay mucho que contar.
-La última encuesta del CIS habla de la pérdida de valoración de los periodistas entre los ciudadanos, ¿cree que la autocrítica es más necesaria que nunca?
-Llama mucho la atención que los únicos que aprueban en la encuesta del CIS sean la Policía y la Guardia Civil. Los periodistas hemos alcanzado un 4,79. Estamos a punto de aprobar. Los ciudadanos saben que el periodista es necesario y a pesar de que estamos suspendidos es necesario progresar adecuadamente. El periodista debe denunciar, defender, sacar a la luz lo que se hace mal y lo que se hace bien. Es verdad que en estas últimas dos décadas hemos ido perdiendo poder y nos hemos convertido en una profesión sumisa, pero ahora no tenemos otra alternativa que reaccionar.
-Sentencias como la reciente de Carlos Fabra y las pendientes de resolución ¿llevarán a un cambio real o seguiremos siendo espectadores de este acoso democrático?
-Los políticos seguirán echando la culpa a otros, mirando para otro lado o justificando hechos que tienen vida propia. No hay nada que los pueda ocultar. Están judicializados. Y más que aflorarán. No hay marcha atrás. El político tendrá que replantearse su papel. Ser político es tener vocación de servicio público. Como nosotros, ellos también han perdido la virtud.
-¿La futura Ley de Transparencia servirá para actuar con más claridad?
-Es importante. Primero porque éramos los únicos países, junto con Chipre y Malta, que carecíamos de ella. Segundo porque nos permitirá acotar, controlar y sancionar los comportamientos irregulares. ¿Pero cómo la tenemos? Porque hay muchas cosas que seguirán permaneciendo en la oscuridad como la política institucional, los gastos de la Casa Real, los gastos de las empresas privadas que han conseguido la externalización de servicios públicos. Es una ley insuficiente, no somos Suecia, pero podemos empezar a controlar lo que gastan los gobiernos y cómo lo gastan, por lo que tendrán que sofisticar los métodos para engañarnos. Es un insulto a la inteligencia descubrir que se pagaban traductoras de rumano, miles de euros para un almuerzo o maletines de regalo. Los políticos han gastado nuestro dinero como si fuera suyo. La sociedad sí reacciona ante la injusticia y estoy convencida que nos encaminamos hacia un mundo mejor.
-¿Qué ha sido de Esmeralda Velasco desde sus éxitos como presentadora de informativos de Antena3 y haber sido la primera mujer directora y presentadora de un telediario en España?
-No he dejado de trabajar. Fui delegada de Antena3 TV en la Comunidad Valenciana, llevé la dirección, posteriormente, de contenidos de Goma Espuma en Onda Cero y me sigo recreando con los nuevos caminos que ofrece el sector. Sigo siendo una consumidora compulsiva de actualidad, pero siempre la miro con una visión caleidoscópica porque me acerca más a ella.
-Desde 1991 empieza a conocer la realidad de la Comunidad Valenciana desde la delegación de Antena3 TV. ¿Qué fue lo que más le llamo la atención?
-La manera de trabajar de los periodistas. La visión corta y estrecha de las cosas y la falta de capacidad para profundizar, sobre todo en determinados asuntos. Llegué en un momento de arcadia feliz para la Comunidad de la que me enamoré, sobre todo por la capacidad de la gente para divertirse y saber vivir. Pensé que podía contribuir a lanzar al resto de España esta Comunidad. Y de hecho así fue. Nuestro índice de productividad se impuso al resto de delegaciones. Contribuimos a mejorar la marca de la Comunidad
Sí, claro....., cerrar RTVV es un error porque esta señorita se ha quedado sin trabajo.... ¿Qué otra cosa aportaba RTVV que no fuera propaganda política junto con 1600 puestos que no justificaban ningún valor económico ni cultural añadido..... solo kultureta de baja calidad. Lo siento por quienes han perdido su puesto de trabajo....., así hay seis millones más.
Enhorabuena para Esmeralda, dice lo que piensa sin tapujos y sobre todo defiende la profesionalidad y la libertad. Ella no ha sido una enchufada sino una profesional, esto es lo único que se debe exigir a un periodista.
Les fotos són molt informatives.
Para los más de 1000 trabajadores que fueron despedidos antes de la llegada de la protagonista de la entrevista resulta ofensivo e insultante que se arrogue para ella y sus compañeros directivos el papel de gran innovadora, independencia a prueba de bomba, luchadora infatigable, adalid de la veracidad y el pluralismo, entre otras virtudes profesionales y personales que adornan su figura de gran profesional y mejor persona. Hasta que ella llegó, parece dar a entender en la entrevista, nadie tenía idea de tele y todos eran unos "deshonraos", cuando no unos inútiles "desmanotaos" que hundieron la tele "per burros". Ahora sí, continua, ahora sí que ella y sus compañeros directivos íban a arreglar Canal 9. De entrada, con la fosa de más de 1000 trabajadores despedidos aún abierta, lo mejor que se le ocurrió, para que el hedor no traspara las fronteras de Burjassot, fue soterrarla bajo la losa del NOU aguamarina. La exdirectora de informativos, no debe olvidarlo, abandonó el barco de Canal 9 con el resto de sus compañeros directivos cuando este estaba a punto de encallar. Como el Capitán Schetinno, ella y sus amigos directivos saltaron a tierra y abandonaron el barco antes de que se hundiera.
Muy buena entrevista y una gran profesional, independiente que es lo que no querian. Me alegra vaya a formar parte de la plantilla de este medio, el único que dice y cuenta la verdad con independencia. Mi felicitación y mis mejores éxitos en esta nueva andadura
Magnifica entrevista a una excelente profesional, eso sí, en algunos momentos pone los pelos de punta, como cuando dice:.....pero fué imposible, porque los periodistas decidieron hacer suyos los informativos, Aquello ya fué incontrolable". ¿.....? .Con todo sigo creyendo que el sector publico empresarial valenciano sigue necesitando "aire fresco" con Profesionales de talla como Rosa Vidal o Esmeralda Velasco, el "problema" y curiosamente así lo comenté en estos huequecines cuando nombraron a la Directora General es que a lo mejor el aire fresco podía ser demasiado "fresco" para como está de costipada la Comunidad Valenciana.
Esmeralda Velasco, una profesional de mucho talento y experiencia. Si en Canal 9 hubiera habido más como ella... Lástima de televisión propagandistica y con un millar de enchufados. Los profesionales a pagar las culpas de los políticos como en Bancaja, como en BdV etc
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