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EL LENGUAJE DEL CINE

Plan en Las Vegas
El sentido de la vida

MANUEL DE LA FUENTE. 23/11/2013

VALENCIA. Aún guardamos en nuestro corazón las declaraciones del ministro de Economía japonés que, a principios de este año, dijo que lo mejor que podían hacer los ancianos era morirse cuanto antes. Al menos eso es lo que reprodujeron casi todos los medios de comunicación, que sugerían que ésa era la receta que daba el gobierno nipón para acabar con los problemas de financiación de las pensiones. Si se muere la gente, asunto resuelto. Por lo visto, en realidad el ministro no dijo eso, sino que se debería permitir a los moribundos que se acelerara el final. Los medios de comunicación habían convertido una opinión a favor de la eutanasia en un alegato nazi que expresaba, mejor que ningún otro, lo que opina cierta clase política sobre esto de tener que seguir pagando el estado del bienestar.

Tal vez los medios de comunicación estaban expresando un deseo implícito porque lo triste es que vivimos en una sociedad que desprecia a los ancianos. Las antiguas gerontocracias han quedado como cosa de ciencia ficción y hoy la juventud es venerada como la nueva religión. Por eso, siempre son bienvenidas todas las películas que se resisten a sucumbir a esta estúpida dinámica mostrando una reflexión sobre el envejecimiento. Clint Eastwood lleva años embarcado en esta misión, según se ve en films como Space Cowboys, en el que un grupo de astronautas jubilados viajaban al espacio. Aquella cinta era un comedia protagonizada por cuatro actores ya veteranos, el propio Eastwood junto con Donald Sutherland, Tommy Lee Jones y James Garner, que presentaban una cierta amargura por el paso del tiempo a la vez que reivindicaban el valor de la madurez.

Ahora llega a las pantallas españolas una película que se mueve por parámetros similares. Se titula Plan en Las Vegas y está interpretada también por cuatro veteranos como Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman y Kevin Kline. La historia arranca con el anuncio de boda de uno de los personajes principales, Billy (Michael Douglas), con una treintañera, lo que lleva a sus tres amigos de toda la vida, Paddy (De Niro), Archie (Freeman) y Sam (Kline), a organizarle una despedida de soltero en Las Vegas. Evidentemente, la narración cuenta con sus oportunos conflictos, como la tirantez entre Billy y Paddy a raíz de que el segundo no le perdone al primero la ausencia en el funeral de su esposa, fallecida meses atrás.

La diversión en Las Vegas sirve para poner sobre el tapete la fugacidad de la juventud y cómo se ha construido un mundo en el que los mayores no cuentan absolutamente nada. A lo largo de su periplo por los casinos y discotecas, la comicidad surge por el contraste de unos personajes que se enfrentan a situaciones y códigos ajenos a ellos.

Al final, queda una profunda amargura en una comedia que nos dice que siempre hay lugar y espacio para los mayores, pero que esto no es más que un paréntesis, una ilusión en una sociedad que les condena a una rutina monótona, a un control excesivo que convierte la mínima dispersión en toda una odisea. Eso sí, por el camino el espectador ha asistido a una película canónica de Hollywood que no resulta demasiado moralizante, y que no cae nunca en la sensiblería.

Ahí está el momento impagable en el que Sam decide no acostarse con una chica en una fiesta por fidelidad a su esposa. Después de soltarle a la chica todo su discurso sobre la felicidad en el matrimonio, apostilla: "Pero una mamadita no estaría mal". Frase que, por cierto, tuvo que explicar el director a las autoridades censoras de Hollywood para que la película tuviese una calificación apta para menores y una distribución adecuada.

Al mismo tiempo, esta semana han comparecido en rueda de prensa otros ilustres veteranos, los Monty Python, para anunciar su vuelta con un espectáculo. Bueno, todos ellos excepto Graham Chapman, fallecido en 1989. Es una grandísima noticia la vuelta de los auténticos pioneros de la sátira política contemporánea. Pese a que trabajaron en todos los medios, se les recuerda especialmente por su programa de televisión, "Monty Python's Flying Circus", el primer programa de humor de sketches, que incorporaba las risas grabadas del público y que tuvo serios problemas con la censura.

Su sentido del humor irreverente, que recogía la tradición de distintas fuentes norteamericanas y británicas, fue trasladado al cine, arremetiendo contra los ceporros ultracatólicos y las chorradas de la religión en La vida de Brian, película que se ríe en la cara de esos creyentes metomentodos y sus dogmas. Su última película, El sentido de la vida, incidía en esa irreverencia, con secuencias antológicas como el número musical en el que cantaban, de nuevo contra los ultracatólicos, que "todos los espermas son sagrados".

La rueda de prensa de los Monty Python parecía una escena de la película de Plan en Las Vegas. Conscientes de la sorpresa que provoca que vuelvan con su edad a los escenarios, no pararon de reírse de sí mismos. "Si hubiéramos tardado más, habríamos llegado demasiado tarde", llegaron a soltar. Frente a la complacencia de los tiempos actuales, donde falta sátira hacia los políticos (sobre todo en España), la vuelta de los Monty Python puede remover algunas conciencias y demostrar, de paso, que el humor no tiene edad y que un cómico puede reírse del poder cuando le dé la gana.

En la última entrevista que concedió en televisión, a Groucho Marx le preguntó un jovencísimo Bill Cosby cuál era su cómico favorito de aquel momento, a principios de los años 70. Groucho se lo pensó dos segundos y respondió: "Richard Nixon". Toda una declaración de principios y un aprendizaje para unos tiempos actuales en los que burlarse de un policía o pegarle un tartazo a un político puede suponer la cadena perpetua. Al menos eso es algo que permite envejecer, el derecho a decir lo que a uno le dé la gana. Tal vez por eso la vejez esté tan mal vista y los medios de comunicación aplaudan las palabras de un ministro japonés hasta el punto de hacerle postularse a favor del exterminio de los ancianos.


FICHA TÉCNICA

Plan en Las Vegas (Last Vegas) EE.UU., 2013, 105'

Director: Jon Turteltaub

Intérpretes: Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman, Kevin Kline, Mary Steenburgen

Sinopsis: Cuatro sexagenarios acuden a la despedida de soltero de uno de ellos, que está dispuesto a casarse en Las Vegas con una mujer treinta años más joven

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