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ANALISIS

Siete escenas del delirio de Sagunto

C.AIMEUR. 22/11/2013


VALENCIA. La invención de la Ciudad de las Artes Escénicas fue una propuesta de última hora ideada por el expresidente Eduardo Zaplana para compensar a Sagunto por la pérdida de la Ciudad de la Luz. Su relevancia fue efímera; apenas cuatro años. Desde su puesta en marcha en 2000 hasta su desaparición este año, ha pasado una década marcada por los grandes fastos y los largos silencios. Ahora, a finales de diciembre, con el fin del ejercicio, concluirá su existencia un proyecto que se creó a espaldas del sector teatral valenciano y que para muchos es un ejemplo de la política cultural de los últimos años.

1- LA VISITA INÚTIL

Verano de 1999. El productor estadounidense David Giler visita la Nau de Sagunto. Hacía las veces de padrino José Antonio Sainz de Vicuña. Con ellos el entonces secretario general de la Conselleria de Industria, José Antonio Manteca. La intención era que ese espacio fuese rehabilitado para convertirlo en la Ciudad del Cine con la que soñaba el autor de Plácido, Luis García Berlanga. El cineasta era el gran ausente. Un accidente doméstico le había dejado postrado en casa.

Los invitados recorrieron el complejo acompañados de varios productores valencianos. La nave de Altos Hornos se hallaba en un estado de abandono considerable. El entorno se encontraba desolado. Enfrente, un complejo comercial. Movieron los brazos y señalaron al mar. Allí iría un plató de agua, dijo alguien. Se habló de zona comercial, de seguir el modelo de los estudios Universal, de que a finales de julio de ese año se enviaría un plan de futuro, de que la consultora Arthur Andersen estaba preparando un estudio.

Cuando se marcharon la zona quedó desértica. El plan de futuro nunca se mandó. Del estudio de Arthur Andersen nunca se supo nada. En octubre ya era vox populi: La Ciudad del Cine iría a Alicante y se llamaría Ciudad de la Luz. La decisión la había tomado personalmente Eduardo Zaplana. Berlanga siempre se quejó de ella. Él quería Sagunto. 

2- LA COMIDA DONDE SE FRAGUÓ

Restaurante de Valencia. Eduardo Zaplana ha quedado con Irene Papas y Consuelo Císcar. Esta es la gran valedora de la actriz helena y amiga personal; de hecho, aún hoy defiende a Papas. La intérprete había estado el año anterior en Sagunto estrenando su primer montaje como directora que se había titulado Apocalipsis, voz de mujer. Císcar, por intercesión de su marido Rafael Blasco, cierra el encuentro entre el entonces presidente de la Generalitat y la actriz.

Papas tenía una escuela de teatro en Atenas. Era una estrella internacional. Era famosa. Había sido amante de Marlon Brando. Era amiga de Vangelis. Era amiga de la reina Doña Sofía. El entonces presidente de la Generalitat se sintió seducido, o eso interpretaron todos. "Les compró la idea", relata una antigua colaboradora de Císcar.

3- LA RUEDA DE PRENSA PREELECTORAL

En invierno de 2000, a finales de febrero, se hizo público el proyecto. La Generalitat convocó a los medios a la presentación de "los grandes proyectos de la Comunidad Valenciana: Ciudad de la Luz y Ciudad de las Artes Escénicas". Del primero se sabía. El segundo era un misterio. En los mentideros políticos se aclaraba. Era la compensación a Sagunto.

La rueda de prensa se celebró en el el Palacio de Congresos de Valencia, por la mañana, y en el Teatro Romano de Sagunto, por la tarde. En la primera cita estuvieron presentes productores de todo el país y personalidades de la vida pública como los actores Antonio Resines, Imanol Arias o Antonio Ferrandis.

Las primeras filas estaban ocupadas por los entonces vicepresidentes del Consell José Luis Olivas y José Joaquín Ripoll; el delegado del Gobierno, Carlos González Cepeda; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y los entonces alcades de Alicante, Luis Díaz Alperi, y de Sagunto, Silvestre Borrás. También acudieron a la cita del Palacio de Congresos el entonces presidente de Bancaixa, Julio de Miguel, y el veterano presidente de las cámaras valencianas, el malogrado Arturo Virosque.

Los materiales de la Ciudad de la Luz estuvieron horas antes en la Filmoteca de Valencia. Los trabajadores estaban asombrados por la calidad de los dosieres. "Tú lo veías y sabías que se habían gastado mucho dinero en hacerlos", recuerda una trabajadora del IVAC. La rueda de prensa de Valencia fue un acto social. La de Sagunto no tanto.

4- EL GRAN ESTRENO

Septiembre de 2001. La Nave de Sagunto está sin restaurar. Eso no es impedimento para que la Generalitat realice el primer montaje teatral en el edificio. Se trata de Las troyanas, una versión del clásico de Eurípides dirigida por Papas y un miembro de La Fura dels Baus, Jürgen Muller. Las relaciones entre ambos directores es mala. A Müller le aburre el texto y a Papas le encanta oírse y quiere decirlo todo. El montaje resulta muy duro. Aún así, se consigue llevar a cabo.

Para la noche de estreno, Papas llama a su amiga la Reina quien decide acudir. Zaplana se muestra encantado de asistir a una versión de vanguardia de una tragedia griega. Santiago Calatrava regala la escenografía, una escultura móvil. Se trataba del primer montaje de la futura Ciudad de las Artes Escénicas de Sagunto.

El coste oficial de la producción fue de 390 millones de pesetas, 2,34 millones de euros, una cifra más alta que todas las ayudas al sector teatral valenciano. Desde la Generalitat se defendió la importancia de estos proyectos porque contribuían a difundir la imagen de la Comunidad Valenciana. 

5- LA VISITA A ARCO

Irene Papas lanzó la propuesta de crear un teatro al aire libre que serviría para algunas representaciones. Dicho teatro, con el nombre de Alfa-Hélix fue diseñado por un arquitecto griego, Manos Perrakis, que había trabajado para Papas en Atenas. La obra se tasó en seis millones de euros. El arquitecto cobró el habitual porcentaje del 10%, en este caso 600.000 euros, pese a que el teatro nunca se hizo.

La maqueta se presentó por sorpresa en la feria ARCO de 2003 dedicada al arte contemporáneo. Era un teatro para 2.000 personas, al aire libre, vanguardista. La maqueta era bonita. Ocupaba buena parte del stand de la Generalitat en la feria. Tras ARCO la maqueta estuvo viajando. Según un extrabajador de la Fundación se mandó al Museo de Bellas Artes de Valencia donde no supieron qué hacer con ella. Después a La Nave de Sagunto. Se rompió un trozo. Se perdió parte. Se despedazó y, según varias fuentes consultadas, se tiró a la basura en un año indeterminado. 

6- EL VIAJE A ROMA

En septiembre de 2003, la Ciudad de las Artes Escénicas estrenó su primer montaje fuera de la Comunidad Valenciana. Fue la producción de Las troyanas, que se iba a representar en el campus de la universidad Tor Vergata en Roma junto a una nueva versión de Hécuba. Este segundo montaje iba a estar dirigido también por Papas.

El viaje fue la primera salida internacional del entonces conseller de Cultura, Esteban González Pons. En él conoció a Concha Gómez, que había abandonado la administración valenciana y se había ido a vivir a la capital transalpina. La rescataría con el tiempo y acabaría ocupando el lugar que entonces ocupaba Císcar,

La inauguración en Roma fue un desastre. Empezó media hora tarde. Hubo problemas de sonido. Por los ocho días que duró aquel montaje Papas cobró 360.000 euros. La actriz tenía, además, un contrato anual de 180.000 euros de cuatro años de duración. La escultura de Calatrava que formaba parte de la escenografía se quedó en Roma. Por culpa de un accidente se quedó varios años bloqueada en el campus romano. Cuando el Papa Juan Pablo II murió, los peregrinos acamparon a su alrededor. Tardaría cuatro años en volver a España. 

7- LOS AUTOBUSES VACÍOS

Si la Ciudad de las Artes Escénicas tuvo una valedora esa fue Císcar. Una vez fue apartada de la Secretaria Autonómica de Cultura y se la nombró directora del IVAM, la iniciativa fue languideciendo. La relación de Papas con la conselleria fue a peor. La secretaria autonómica de Cultura, Concha Gómez, la rescatada por González Pons, rescindió el contrato con la actriz griega.

Y entonces comenzó el abandono. La propia Conselleria se inventó proyectos que se alejaban de la Nave e iban a otros espacios como los edificios abandonados de la Gerencia de los Altos Hornos. En verano de 2006 Gómez anunció con la entonces alcaldesa Gloria Calero la construcción de un Campus de las Artes Escénicas que iba a costar 23 millones de euros e iba a tener un plan de estudios para 340 alumnos. Tenía que haberse inaugurado en 2010. Hubo planos y maquetas y hasta una rueda de prensa. No se hizo nada. 

Teatres realizó dos ediciones de Sagunt a Escena en dicho escenario. Se alquilaron focos y se habilitó el espacio para que incluso tuviera dos teatros. Pero Inmaculada Gil-Lázaro, responsable de Teatres, fue dejando lentamente aquel gran edificio. Iban apareciendo los primeros problemas económicos. Aún así, se rehabilitó todo el conjunto. El coste final de la obra de restauración de la Nave de Sagunto ascendió a 27 millones de euros. 

La Generalitat intentó desesperadamente salvar el complejo pero ya no había dinero. Se realizaron exposiciones como las de Encuentro entre dos mares. Se organizaron autobuses que llevaban a los estudiantes desde el centro hasta la Nave. "Los autobuses llegaban vacíos", recuerda un trabajador; "parece mentira porque sólo hay 25 kilómetros de distancia, pero parece que haya un muro que separa Sagunto de Valencia y es muy difícil saltarlo". Gil-Lázaro la dejó por imposible. Sin dinero, fue olvidada. Aún así se intentaron organizar conciertos de rock. No se concretó nada.

Entre 2010 y 2013 no ha habido prácticamente actividad. No tenía casi trabajadores. El año pasado se decidió liquidar la Fundación de las Artes, los últimos restos de la Fundación de las Artes Escénicas. Este verano, se comenzaron a despedir a los trabajadores. Su último director, Tomás Ruiz, se marchó hace dos meses. Ahora sólo queda un administrativo. Está finiquitando la Fundación, tramitando los últimos documentos.

En diciembre la Fundación de las Artes desaparecerá. Cuando Zaplana presentó el proyecto dijo que su objetivo era que la Comunidad Valenciana no perdiese "el tren de la modernidad". 13 años después ha llegado la factura: 25 millones de euros que ha tenido que abonar la Generalitat. En 2014, la Ciudad de las Artes Escénicas será sólo un recuerdo, y la Nave el único testimonio físico de que ahí iba a crearse una escuela de teatro, de que ese emplazamiento iba a ser el centro del mundo en artes escénicas. Ahora es sólo un edificio grande vacío.

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2 comentarios

vicente escribió
24/11/2013 10:41

El desprestigio de la democracia se ha dado desde el miso día en que el PP se hizo con el poder. Lo que se demuestra en el artículo, excelente, es que el PP siempre hace las cosas de espaldas a los interesados (en ningún momento se ha involucrado a los profesionales del teatro) y contra los intereses de los valencianos. Les importa un pepino la gente y lo único que miran es si salen o no en la foto. Pobres desgraciados miserables, si no fuera por lo que nos han robado y despilfarrado habría que tenerles pena, pero siendo como son unos granujas y ladrones se merecen como mínimo la carcel. Nuestro desprecio ya lo tienen desde siempre. salut vicente

jose escribió
22/11/2013 11:17

el relato neutral, preciso, frio... impresiona y permite aflorar sentimientos de indignación, esta vez no imprescindiblemente emocional. Magnífica crónica que avala reclamar a la "aristocracia" política y administrativa su autodepuración. Pero se enrocan en su indignidad. Desprestigio de la democracia representativa.

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