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VALENCIA. Ana Pérez, Maite Beltrán y Alfonso Zumárraga son "tres bichos" dispuestos a comerse el sector gastronómico valenciano. Así se definen estos tres jóvenes responsables de WannaChef, un proyecto recién parido consistente en un portal de Internet a través del cual los clientes pueden contratar el servicio de chefs privados a domicilio. Nada mal. Al menos para una servidora cuya máxima demostración culinaria no supera aquellos platos preparados al gusto del microondas.

Alfonso no ha podido asistir a la cita pero percibo en la mirada díscola de aquellas dos bichejas un brillo audaz. Ese que uno alcanza cuando a pesar de haber cocinado a fuego lento un proyecto, las cosas bien hechas al final dan resultados. 

"La experiencia es brutal. No existe ningún tipo de limitación o dress code a tener en cuenta cuando sales a cenar. Todo es comodidad pues se trata de estar como en casa pero sin el como. Yo por ejemplo siempre soy la que cocino y cuando llegan mis invitados aún me falta arreglarme y maquillarme. Ahora la cosa cambia. Los chefs cocinan, recogen, limpian y además aprendes. Todo un lujo" apunta Ana.

La idea les surgió a raíz de una startup estadounidense llamada Kitchit cuyo éxito actual reside en llevar platos de acreditados restaurantes a las casas de los clientes. "Nos dimos cuenta que para que esto funcionara en España habría que adaptar el modelo de negocio: contratar chefs privados con suficientes credenciales, innovar en los platos y, en definitiva, aportar una mayor flexibilidad", comenta Maite.

Para los tres  la empresa era una inversión asegurada y el motivo no podía ser otro: con penurias o sin ellas, en la "terra" se apuesta por el buen comer.   "El panorama gastronómico valenciano es cada vez uno de los más punteros gracias a algunos de los más prestigiosos chefs de la actualidad como Quique Dacosta, Ricard Camarena o Nacho Romero", afirma Ana. De repente tengo la impresión de estar frente a dos sibaritas del arte culinario que saben perfectamente de lo que se hablan. Pero para edulcorar si cabe aún más su exquisito paladar, Wannachef ha pasado recientemente a convertirse en una S.L dada "la buena aceptación" recibida desde que se lanzaron a las cocinas de un ya importante número de comensales.

 Superada esta primera barrera, Ana no puede esperar a saborear la victoria en Vertical, uno de los restaurantes valencianos pendientes en su lista de oro: "hasta ahora no tenía un duro pero la ocasión lo merece". Un momento que también celebrarán junto a todo el equipo de chefs con un delicatesen de sus propios menús. Asiática, de mercado, creativa, mediterránea con toques de autor, carnívora, vegana, valenciana con inspiraciones ficticias de Francia e incluso cocina para alérgicos y diabéticos, son algunas de las delicias que componen su variado y comprometido repertorio.

Unos sabores que ostentan, por cierto, atractivos precios según la condición del comensal. Pues lo importante para WannaChef no es el cuánto sino, sea la boca que sea, con qué la van a sorprender, cómo de hipnótica será experiencia y dónde se ubicará el reto para cada chef.

Además, Momentum, la lanzadera valenciana dedicada al impulso de negocios  online, fue decisiva a la hora de abordar el citado proyecto y en cuyo seno se gestó inicialmente. "Momentum dedicó mucha energía para sacar WannaChef adelante. Yo soy esteticista, Maite economista y Alfonso abogado pero necesitábamos formación a la hora de saber emprender un negocio. Allí recibimos nueve horas de tutoría y cinco de mentoría pero sobre todo, fue donde nos encontramos como equipo" explica Ana.

"Maite y Alfonso son muy organizados. Yo no tanto pero funcionamos muy bien juntos" continúa Ana divertida e inmediatamente interrumpida por Maite quien, cómplice, le dedica un "bueno tú eres muy ordenada también en tu propio caos". "En serio", se dirige sincera Maite hacia a mí, "Ana es la mejor empresaria que has conocido en tu vida". Ambas se observan pícaras y me lo dejan claro: aquí hay buen rollo.  "Detrás de una buena idea, si no existe  comunicación y buen ambiente  el fracaso está asegurado" insisten ambas. 

Ser "inquieto", "algo enfermo del trabajo" y "no tener nada que perder" también fueron para ellos ingredientes necesarios para hacer de WannaChef hoy en día una propuesta de lo más apetecible. Y es que, "todas las piedras" que se han ido encontrando por el camino, lejos de producirles una indigestión, han sido para ellos "la clave para ahora tener una perspectiva más clara y viable del negocio".  

Mientras termino de anotar unos últimos datos en mi libreta, Ana y Maite miran el móvil interesadas. Picada por la curiosidad afino el oído y alcanzo a escuchar un intercambio de opinión sobre lo último que han leído en tendencias en varios blogs gastronómicos.

No hay duda que sus cabezas son un hervidero de ideas con las que seguir profesionalizándose y sorprendiendo. Les pido una tarjeta y me despido consciente de haberme empachado de un momento dulce, como el que WannaChef están viviendo. Al fin y al cabo, en el terreno del fogón gana quien pone más carne en el asador.