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VALENCIA. Seguridad Social actuará en directo el próximo 22 de noviembre en Valencia. Lo hará en la Sala Xandala de Museros, en un concierto que servirá para repasar los temas que componen su nuevo disco, Por Siempre Jamás, un trabajo publicado por Blanco y Negro en el que José Manuel Casany y sus compañeros de viaje se han rodeado de amigos como Santiago Auserón, Loquillo, Carlos Torque (de M-Clan), Carlos Segarra, Sole Giménez, o Raimundo Amador y Enrique Bunbury, con quienes ha grabado una nueva versión de 'Chiquilla' con aires más rumberos.

Dice Casany que este disco es una "celebración" de sus 30 años sobre los escenarios, una llamada de atención a la sociedad de que ellos siguen al pie del cañón. "Estamos diciendo: 'Señores, estamos aquí'", comenta. El de Museros será uno de los últimos directos que ofrecerán en un año en el que, pese a la crisis y los problemas que rodean a la música en España (subida del IVA), han conseguido cerrar 50 conciertos.

Para el líder del grupo valenciano uno de los principales problemas que se encuentran hoy es que "la música se ha banalizado y hay gente que se piensa que todo esto es gratis". Y cita un ejemplo: "Se ha perdido el concepto del disco como regalo. La cultura se ha convertido en el patito feo y es malo porque es necesaria para llevar el país adelante, para que las cosas sean mejor", dice.

"LA INDUSTRIA SE HA DESHECHO"

‘Acción’, ‘Quiero tener tu Presencia’, o ‘Mi rumba Tarumba’ serán parte de un repertorio que desgranarán en Xandala y que sostienen contra viento y marea en una situación bastante delicada. "La industria [discográfica] se ha deshecho. Acabamos el año con más de cincuenta bolos pero te tienes que buscar otras alternativas a lo de antes, formatos pequeños. Aún así, no nos podemos quejar", admite.

Su implicación en el devenir del sector se tradujo en una candidatura para la delegación valenciana de la SGAE que no acabó de fructificar. Casany lo hizo convencido de que la entidad de gestión tiene que cambiar su rumbo y sus dinámicas de trabajo.

"La SGAE necesita un lavado de imagen aunque es cierto que se está democratizando más. Antes parecía un ministerio y la estamos acercando a la calle", señala. "Los socios deben tener más representación y en la medida de lo posible intentaré ayudar" avanza no sin antes certificar: "[La SGAE] Se está moviendo, pero lentamente; debe entrar aire fresco aunque cambiar la imagen va a ser muy complicado".

Tras haber hecho del mestizaje una seña de identidad Casany se vanagloria de haber contribuido a acabar con estereotipos musicales. "Hemos educado a la gente para que estuviera abierta a muchas cosas y no ser previsibles. Hemos acostumbrado al público a que estamos buscando muchas cosas. El viaje es el fin en sí mismo. La meta nunca está por llegar", añade.

"COMPONER ES UNA TERAPIA"

Un trayecto en el que para él componer es imprescindible. "Puedo pasarme dos o tres meses sin crear nada, pero en un mes puedo hacer cinco canciones. Componer es vivir, es para mí una terapia fundamental, quitarme mis malos rollos, mis fantasmas", comenta.

En su trabajo reconoce haberse abierto a muchas cosas que antes no escuchaba "por ignorancia". Y es que mucho ha cambiado de aquellas canciones como la sardónica 'Mata a un jubilado', compuestas tras horas de litronas y ensayos en un bajo. "En aquel momento teníamos ganas de reventar, de hacer todo el ruido que podíamos", explica.

Ahora su actitud es otra. "Todas nuestras inquietudes siguen estando ahí. No gastamos tanta energía como antes, nos sentimos más seguros. Siempre hay muros que saltar pero entonces nos parecían de otra galaxia e intentábamos derribarlos con la cabeza. Aprendes a coger una escalera", concluye.