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LA SALA DE CONCIERTOS DE REFERENCIA EN VALENCIA

La sala Wah Wah cumple 13 años de historia y 1.300 noches de conciertos

EUGENIO VIÑAS. 21/11/2013 José Casas, propietario y hombre orquesta de la sala de conciertos referencia de la ciudad, echa la vista atrás en el décimo tercer cumpleaños de Wah Wah

VALENCIA. La sala de conciertos Wah Wah celebra este fin de semana su décimo tercer aniversario. Con más de 1.300 conciertos a sus espaldas, José Casas -en la foto- y Vicente Martínez -el socio en la sombra- capitanean el local de referencia para la música independiente en Valencia. Hablamos con el primero, gerente, cara visible y hombre orquesta a través del cual recorremos la histórica trayectoria de la sala en ValenciaPlaza.com. 

LOS ORÍGENES DE LA SALA

"Empecé montando conciertos cuando tenía poco más de 20 años, sobre todo en Roxy (después Cormorán, Mirror y ahora Noise) y con bandas internacionales independientes, que era lo que faltaba en la ciudad. Mi debut como promotor fue con The Fleshtones en la sala Zeppelin (más tarde Deseo 54). Recuerdo [cómo no recordarlo] que el batería bajó con el bombo en la mano, salió de la sala y le siguieron las 500 personas que habían entrado. Dimos la vuelta a la manzana. 

No había Facebook, ni Spotify... ¡no había Internet! Era habitual que grabara cintas con tres o cuatro temas de los grupos que íbamos a traer. A mitad de grabación se oía mi voz, recordando la fecha, la sala, el precio... luego repartía esos 'documentos sonoros' en los conciertos previos. La verdad es que funcionaba, aunque Roxy era demasiado grande para nosotros. Y, en realidad, el hecho de tener una sala del tamaño adecuado fue importante a la hora de emprender en el negocio.

Antes de Wah Wah abrí Revolver en el Carmen y trabajé en Barraca Bar, en la calle Jacinto Benvante. Pero en el año 2.000 nos lanzamos al ruedo tres socios [el tercero permaneció hasta hace unos cuatro años]. Costó mucho salir adelante porque abrimos con lo justo. No llegábamos porque lo que ganábamos lo invertíamos en mejorar la sala y había que pagar el traspaso [algunos recordarán la anterior sala, ‘la Sonora', aunque apenas celebraba conciertos]. 

Elliot Murphy (Foto: Mike - La Gramola de Keith)

PUNTO DE PARTIDA

"La escena nacional siempre ha sido la gran apuesta para Wah Wah. Cuando abrimos el caché de Los Planetas ya era inasumible. Creo que son el único 'gran grupo' nacional junto a Sr. Chinarro que no ha pasado por la sala, aunque lo de Chinarro es pura casualidad. De hecho, a menudo está por Wah Wah tomándose algo porque estos últimos años ha estado muy vinculado a Valencia. Sobre Los Planetas reconozco que, en sus inicios, no imaginé que fueran a llegar tan lejos, pero con el lanzamiento de 'Una semana en el motor de un autobús' ya fui consciente de lo que iban a suponer para el circuito. Eso fue dos años antes de abrir.

Mis referencias musicales están ligadas a Radio 3. He sido adicto desde ‘nano' y he disfrutado de muchos de los grupos que radiaban en los conciertos de las salas Arena o Garage. Sobre todo, me influía Chema Rey, por su criterio pero también por su locución. Aunque es un tío muy peculiar, he trazado una relación personal a lo largo de los años con él. También con Jorge Albi, por ejemplo. Ordovás, Manrique o Rafa Abibbol [Radio 80] eran mis mentores radiofónicos. 

Reconozco que los promotores y agencias se han profesionalizado y mucho. Aun así, a veces hay que ir detrás de ellos, pero en general trabajamos mejor. Incluso a veces tenemos cierta sobreinformación entre las partes. Es algo que evito con mi propio socio [Vicente Martínez]: tenemos las reuniones justas, muy preparadas y nos dejamos respirar en nuestras diferentes funciones del negocio.

Nada Surf (Foto: Mike - La Gramola de Keith)

TRES HISTORIAS PARA ENTENDER MEJOR A LA ESCENA NACIONAL

"Los 90 fueron bastante duros a nivel nacional. En mi opinión, hubo cierto vacío entre la movida y el nuevo siglo. En esa década parecía que lo importante era ponerle etiquetas a todo. Muchos grupos lo intentaban, pero faltaba calidad. Así vi yo el contexto previo de la escena nacional antes de abrir Wah Wah.

Una actuación de Deluxe ya en la sala me hizo ver que lo que hacían Xoel [López] y sus chicos lo podían hacer muchos otros, que iban a preceder a un cambio. El punto de inflexión de Wah Wah [nombre en honor al mítico efecto/pedal que popularizó Jimmy Hendrix] fue entre los años 2005 y 2006 y si tuviera que destacar una época de esplendor sería entre los años 2007 y 2010. No sólo por la sala, sino por el funcionamiento de los grupos y las salas en Valencia. 

Los grupos empezaban a crecer rápido y algunos de ellos pasaban justo antes de explotar por la sala. Por ejemplo, Lori Meyers impuso a un patrocinador muy importante hacer un doble concierto [dos días] en Wah Wah, cuando debían ir a la antigua Cormorán, donde esa marca iba a conseguir el doble de público. Sin embargo, ellos impusieron que fuese en nuestra sala si había conciertos en Valencia porque ya habían pasado por aquí. Me lo contó su road manager de aquel entonces y cuando acabaron me dieron las gracias y me dijeron algo así como: "este cajón [la recaudación en caja de la noche] es pa' que sigas metiéndole pasta a la sala y trayendo a grupos".

Escuché por primera vez a Vetusta Morla en el programa de Chema Rey. Me gustaron y les envié un mensaje directamente para que vinieran. Me contestaron con humildad, diciendo que llevaban como ocho años preparando el disco [Un día en el mundo] y apenas iban a verles 100 personas en Madrid. Insistí y les dije que les daba una fecha a cinco meses, después de que se publicara el disco. Pactamos unas condiciones, pero con la salida y promo del álbum explotaron. Vinieron a Valencia, hicieron un conciertazo y al día siguiente actuaron en Madrid donde cobraron exactamente 10 veces más. Me lo contó su manager, pero nadie me pidió cambiar las condiciones iniciales. Al contrario, estuvieron agradecidos.

Love of Lesbian me la jugaron mucho... [ríe] En el concierto con el que presentaban su disco Maniobras de escapismo éramos 120 personas en la sala. Yo sabía que era muy injusto que sólo fuéramos unos pocos con ese discazo y, antes de que empezara el concierto, Jordi [Roig], su guitarra, estaba en un momento bajo por cuestiones económicas y familiares. No quería ni salir a tocar. Cuando ya era imposible que por caché vinieran, se marcaron una doble fecha en acústico casi como un regalo para Wah Wah. Casi puentearon a su agencia, vendiéndolo como secret show. Entonces, Santi [Balmes] y Jordi contaron con más de 400 personas en la sala como aquella noche del Maniobras yo le dije a Jordi algo así como: "sal ahí porque vais a llegar muy lejos con este disco y con esta banda". Fui yo, pero se lo hubiera dicho cualquier otro una semana o un mes más tarde". 

Sallie Ford (Foto: Juan Limousine)

LAS VISIONES DE LA ESCENA LOCAL

"A la escena local le acuso de haber sido poco o nada solidaria. Sobre todo, en la época inicial de la sala. Era un "yo no saldré adelante, pero tú tampoco". Me da envidia sana la escena de Barcelona porque vienen a Wah Wah recomendados por otras bandas de su entorno y se apoyan mucho entre sí; lo demuestran. Ahora en Valencia se ha relajado esa vieja distancia que sigo sin entender, pero todavía veo que los artistas locales van a pocos conciertSenior i el Cor Brutal (Foto: Juan Limousine)os de los que son casi compañeros de local de ensayo. Es lo único que les puedo reprochar, porque nivel siempre ha habido.

He tenido que leer muchas sandeces de grupos locales que dicen que eso de 'por pagar no toco'. Nosotros siempre colamos a grupos locales como invitados de artistas nacionales. Pero, en general, no son conscientes de los costes de mantenimiento que tiene la sal. Hemos cambiado la PA (sonido a público de la sala) tres veces. Quien haya comprado peas de ese volumen sabe de la inversión de la que hablo. Nuestra última mesa todavía la estamos amortizando. Lo que cobramos por el alquiler de sala va directamente al mantenimiento. Tampoco se dan cuenta que, el día que tenemos un concierto, por pequeño que sea, como mínimo somos 6 personas trabajando, aunque lo habitual son 9. He contado la anécdota de Jordi de Love of Lesbian, que dejaba a una persona en su bar para salir a tocar, ‘palmaba' dinero en la gira y ‘palmaba' pagando a la persona que se quedaba en su bar. Sólo conozco a gente que consigue vivir de esto si antes ha arriesgado, si ha sabido invertir para conseguir un sonido y unas condiciones".

WAH WAH, POR DENTRO 

"Cuando llegué al Cedro me encantaba la zona. Vivía gente del rollo que a mí me gustaba para la sala: indies, poperos... llámalos como quieras. Además, tenía un ambiente muy arty y reconozco que quería estar cerca de ‘la Velvet' [el local también pertenece a Vicente Martínez]. Además, me gustan muchos garitos que ya estaban y que han ido abriendo alrededor, como Matisse, el Asesino, Deluxe Pop Club Bar, el Tornillo o bares y restaurantes como el Let's Go Bar y la Percanta.

No he dejado de hacer reformas en la sala porque, como dice mi madre, "mi hijo no sabe ahorrar". Intento meterme en el papel del cliente constantemente, pese a que ya han pasado trece años. Por eso, casi todos los veranos hemos reformado algún aspecto de la sala, aunque para mí la inversión más importante es la relacionada con los aspectos del sonido. Hemos invertido mucho en ello para que la gente escuche bien y para que los artistas tengan el mejor sonido de monitoraje [monitores] posible.

Una persona muy importante en esta puesta a punto y en el sonido de la sala es Alberto Díaz, nuestro técnico. Lleva ocho años con nosotros y lo que más valoro de él es que, aunque cualquiera pueda tener un mal día, él nunca responde un mal gesto, una mala contestación.

Kracker, Nada Surf, Strayjackets... si alguna vez me he escondido en el camerino a soltar una lagrimita ha sido de la emoción, nunca por 'palmar' pasta en un concierto. Ver como cuatrocientas personas cantan, bailan y se dejan llevar por algo para lo que trabajas todos los días del año... ¡y es música! Es imposible no emocionarse". 

TRECE AÑOS DE HISTORIAS 

 

"Últimamente me ha fastidiado la cancelación de Ariel Rot, aunque era un problema de salud, pero me apetecía tenerlo en el escenario de Wah Wah. A las Dirty Princess me las encontré liándose debajo de un ‘montonet' de público tras el concierto y les invité a seguir con la fiesta fuera de la sala. Me contestaron: "no les apartes, que nos gusta". El road manager deCorizonas (Foto: Mike - La Gramola de Keith) Marky Ramone y su banda me pidió para la cena como unos 300 euros en comida del Kentucky Fried Chicken. Le dije, "¡tronco, que estamos en España!", pero me insistió en que sólo comían eso. Compré un tercio de lo que ponía en la lista, porque era anormal. La gente de la sala y yo estuvimos comiendo bolas, alitas y muslos de pollo una semana. 

No es sólo que con gente como Corizonas te puedas divertir mucho, es que son auténticas enciclopedias andantes. La mayoría de la escena nacional de primer nivel es gente que, cuando la conoces, entiendes por qué conecta con el público. Puedes empezar a hablar de Raymond Chandler y llegar hasta Breaking Bad pasando por Fernando Esteso. Por eso, aunque reconozco que el patrón del día de concierto (puesta a punto-prueba-apertura-concierto-fiesta puede parecer) puede parecer monótono, no es aburrido para mí. Todavía, a veces, estoy en la prueba y pienso "joder, qué gozada... están tocando este tema para mí y para Alberto [el técnico]".

LA CULTURA MUSICAL EN ESPAÑA Y EN VALENCIA

"Sé que durante los últimos años existe el rumor de que quieren convertir a Radio 3 en un ‘radio fórmula'. No es sólo por ese gesto, pero en general sí me doy cuenta que desde arriba se hace todo lo posible por cerrar la vista de los españoles. Existe una auténtica decadencia cultural promovida por el poder. Sus decisiones me hacen pensar que si volvemos al ‘Vente para Alemania Pepe' y nos quedamos en Manolo Escobar, mucho mejor para su sistema.

Por otro lado, no creo que exista una persecución contra los locales de ocio valencianos. La única ayuda que les pido no es una subvención, sino que no nos corten las alas a la hora de generar una actividad comercial más. Pero insisto, nunca he sentido una persecución. Tenemos otras amenazas, como los lateros o el botellón en la plaza del Cedro, donde sí necesitamos apoyo. Me preocupa porque me preocupan los vecinos de la sala y el ambiente en el barrio. Hace un tiempo esta situación me ponía muy nervioso, me estresaba, pero ahora ya sólo me genera tristeza".

Foto superior: El Vez (Foto: Juan Limousine)

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