VALENCIA. Ecléctico, divo, genio y fácilmente etiquetable como enfant terrible de su generación para la escena francesa, Sébastien Tellier publica nuevo disco. Un parisino de extraradio que, desde el inicio de siglo, ha presentado una colección de canciones siguiendo una de las líneas creativas más interesantes del viejo continente, a saltos entre su idioma materno y el inglés.
Año y pico después de la publicación de un trabajo con resultado agridulce ('My God Is Blue', 2012), Tellier lanza Confection, un álbum que recupera lo mejor de sus inicios. Es imposible no regresar a las sensaciones de 'La ritournelle' o 'Fantino' (dos de sus canciones más iniciáticas y sobresalientes) escucahndo los 14 temas que componen un disco que explora las raíces musicales y personales de este -ante todo- compositor.
Y es que Confection es, en esencia, un disco para sí mismo y para sus fans. Un tracklist que peca de autocomplaciente y la introspección pesa en exceso para aquellos que figuren como nuevos oyentes de Tellier. Con la brillante recuperación de Tony Allen a la batería de su banda de grabación (uno de los socios fundacionales del afrobeat junto a Fela Kuti. Todo gusto, todo matices), Tellier vuelve a sus orígenes como compositor y evoca paisajes y escenas que en diferentes declaraciones ha reconocido que pertenecen a su infancia. El disco, de hecho, tiene alma de banda sonora, donde apenas existen canciones acompañadas de letra.
Lo más interesante del disco es deshacer el camino que le llevó a vestir de electrónica su mensaje en Sexuality, su trabajo más redondo para el que contó con Guy-Manuel de Homen-Christo (el 50% de Daft Punk) como productor. En Confection reconocemos la misma sensualidad y expresión pop, pero con composiciones mucho más orgánicas y alejadas de las cajas de ritmo y los sintetizadores.
Sébastien Tellier - 'Confenction'
Record Makers, 2013
Valoración: 7/10
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