Melodías que se enroscan en sí mismas con pequeñas variaciones, texturas que se superponen unas sobre otras, capas de sonidos, entrelazándose como eslabones, Caspian, la banda de post-rock estadounidense, profetas de la música instrumental, han vuelto. Esta semana han editado su nuevo disco, un EP tan extenso como un disco convencional, 35 minutos, compuesto por tres temas nuevos, dos remixes y una demo, un viaje por mares de sintetizadores, legiones de guitarras y ritmos marciales en seis pasos.
Los de Massachusetts, con Philip Jamieson al frente, han publicado Hymn For The Greatest Generation. Junto a él Calvin Joss y Joe Vickers, miembros fundadores del grupo, Erin Burke-Moran y Jonny Ashburn. Se trata de un trabajo que llega marcado porque se ha editado unos meses después de la repentina muerte del bajista Chris Friedrich, quien ha sido suplido por Jon McMahan. De pronto, un mediodía de agosto, el mes favorito del grupo, Friedrich dejó este mundo.
Sacudidos por este abrupto adiós, este duelo complicado, los miembros de Caspian han intentado mantener en pie el grupo y continuar con sus compromisos internacionales, que incluían gira por Europa con HIM. Visto desde esta perspectiva, resulta difícil no percibir este disco como un homenaje a un amigo que ya fue honrado con un concierto en el que participaron grupos como This Will Destroy You.
Con una estructura muy habitual en el grupo de subida y bajada, '(Hymn For) The Greatest Generation', el tema que da nombre al disco y lo abre, remite a los mejores momentos de Caspian en Tertia. Tras un arranque experimental y rondas melódicas de guitarra española y eléctrica, la canción sube de ritmo, para unas pocas rondas y vuelve a subir de intensidad hasta que la percusión se encuentra con unos arreglos de cuerda que acompañan hasta la coda, delicada, sutil y, ¿por qué no decirlo?, bella, que cierra la canción.
'The Heart That Fed' podría pertenecer también a cualquier de los anteriores discos del grupo con su combinación de texturas, cambios de ritmo y golpes de guitarra, paso previo a melodías casi mágicas y voces alteradas, en un carnaval de sonidos. Pero va más allá del estilo; lo comprime hasta ser casi un epítome de lo que es el grupo. Si quiere entender la experiencia Caspian, puede empezar por esta canción.
El último de los temas originales, 'CMF', que remite para algunos a Elliott Smith, es una nueva demostración del talento de este grupo, su virtuosismo, gracias a los matices de las diferentes guitarras que se superponen sin apagarse las unas a las otras; un hallazgo, una joya.
La segunda mitad del trabajo arranca con una demo de 'High Lonesome', un tema de su anterior disco Waking Season, puro viaje onírico a bordo de sintetizadores desde la nada al caos que recuerda a 'Resurrection' del compositor instrumental Raphael (nada que ver con el cantante español). Este tema se convierte en el puente que lleva a los dos remixes que cierran el disco: el de 'Procellous' del dúo Arms and Sleepers (Max Lewis y Mirza Ramicy), y el de 'Halls of the Summer' realizado por Lazerbeak (o sea, Aaron Mader). Los dos temas, pertenecientes también a su anterior trabajo, adquieren una ahora nueva dimensión. La conjunción entre ambas partes del disco, los nuevos temas y las revisiones, parece perfecta y el disco tiene una unidad apabullante, delicada y firme.
Caspian - Hymn For The Greatest Generation
Triple Crown Records, 2013.
Calificación: 8,5/10
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