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Activos Especiales

Paula Bonet de perfil:
el porqué del fenómeno

VICENT MOLINS. 01/11/2013 La ilustradora valenciana se ha convertido en fenómeno popular. Pero, ¿qué hay detrás? Descubrimos cómo una joven que dibujaba en la mesa de una cocina ha alcanzado la buena travesía.

VALENCIA. A la ilustradora Paula Bonet le deben estar pitando los oídos que da gusto en los últimos meses. Pero es el precio que hay que pagar por convertirse en la artista revelación valenciana, por clavar su nombre en las conversaciones de media Valencia (de la que mira dibujos, al menos), y porque la gente al pasar se meta en el zurrón los carteles que ilumina. Está en ese punto en el que en cualquier momento el Del Bosque de la selección de ilustraciones le pega un toque para convocarla. Tiene una comunidad que ni los de Take That cuando vinieron a España. Le aclaman a cada aparición y le piden un bis. Con la diferencia de que Paula Bonet sí se deja ver y se arrima enseñando unas ilustraciones que son trasuntos de ella misma, con capacidad para que cuando se ven se estén leyendo (igual influye que, entre medias, haya sido profesora de literatura). El diseñador gráfico Modesto Granados, eminencia de nuestro entorno, define el hecho mucho mejor: "una de las cosas que la diferencia es que sus dibujos, junto a los textos caligrafiados, son como un relato que comienza o acaba y te deja completarlo a ti".

En los últimos meses Paula Bonet ha dibujado para libros, discos, persianas, hoteles, en la librería parisina Shakespere & Co... Se le pregunta cómo afronta la sobrexposición repentina alguien que tras tanto remar ha acabado llegando a la orilla: "mi vida ha cambiado muchísimo en poco tiempo y necesito asimilar las cosas y adaptarme a situaciones nuevas. Me centro más en proyectos editoriales que exigen mucha dedicación y estoy renunciado a trabajos que hace un año habría aceptado eufórica". Para Paula Bonet -es otro de los cambios- ya no es sólo ella la que trabaja.

Ahora retrocedamos a los 80 y entremos en la cocina del hogar de los Bonet. Su padre, restaurador de muebles, le dibuja sombreros y su abuela, lápiz en mano, le entretiene pintarrajeando animales. "Yo era muy callada y observadora. Dibujaba figuras humanas en la mesa de la cocina. Recuerdo cuánto sudé con mi primer cuadro al óleo, un barco que luchaba contra una tempestad en medio del mar. Es una nave desproporcionada llena de marineros cabezones a los que les cae espuma sobre las cabezas".

LA LUCHA CONTRA LA TEMPESTAD

Ella, treintañera reciente, se lanzó al mar hace hoy 18 meses: "la decisión de dedicarme exclusivamente a la ilustración la tomé con bastante miedo; muchos de mis conocidos me decían que era una locura y me aconsejaban no hacerlo. Al principio fue como andar por una cuerda floja, pero lentamente fui cogiendo confianza".

La búsqueda de la travesía ha incluido por el camino olas amenazantes: "llevo desde 2002 intentando vivir de mis pinturas y han tenido que pasar 10 años hasta conseguirlo, después de estar picando piedra, dibujando o pintando obsesivamente cada día, renunciando a muchas cosas, hipotecándome para tener un estudio más decente, mordiéndome las uñas y con el corazón en la garganta porque llegaba fin de mes y los pocos trabajos que había entregado no me los habían pagado". El reverso del triunfo, en fin.

Una vez superado el trance, el día de Bonet incluye ciertas rutinas inaplazables. "Dedico una media de 10-11 horas a dibujar durante 6-7 días a la semana". Aunque la inspiración, que ya se sabe, le llega cuando al anochecer.

LOS SECRETOS DE LA TRAVESÍA

Me pregunto por dónde empieza una dibujante el dibujo final, cuál es la primera piedra, cómo supera el síndrome de la hoja en blanco. Su metodología es la siguiente: "suelo tomar apuntes y notas de dónde me gustaría llegar, después hago fotos, esbozos, pruebas de color. Cuando todo esto está claro y el boceto está aceptado, me dedico ya de lleno al dibujo definitivo".

De su popularidad se desprende un patadón a quienes no han entendido todavía que -en ocasiones- no se trata de rivalizar el papel al pixel, sino de enredarlos al máximo; también desliza la trascendencia de formar y seducir a una comunidad que apoye las creaciones. No se trata sólo de dibujar, también de tomar una dimensión pública y manejarla a conveniencia. "Internet, las redes -asegura- me han evitado tener que esforzarme en vender mi trabajo con explicaciones teóricas, han permitido que sea él quién se presenté directamente a un posible cliente sin necesidad de imprimir catálogos, hacer envíos, personarme en las salas...". Y continúa. "Si no existiera internet supongo que estaría pintando en mi estudio del barrio del Carmen, haciendo alguna exposición cada uno o dos años, dando clases... O bien estaría lejos, intentando vivir en alguna otra ciudad europea donde la ilustración estuviera mejor valorada".

ASÍ LA VEN

Xavier Aliaga ha escrito el libro El meu nom no és Irina, cuya portada y contraportada son de Bonet. "Ella es diferente, aporta rasgos distintivos, sobre todo al reflejar la figura de la mujer", razona. Cristina Chumillas es comisaria de la exposición 'Only paper' (Espai Rambleta), que recoge los trabajos de catorce artistas a través del papel, incluida la protagonista de este texto. "Creo que es la relación tan estrecha que establece con la literatura, muy importante dentro de su proceso creativo, lo que la hace distinta", opina. María Leach organizó su primera exposición de poesía ilustrada: "tuve la suerte de 'cazarla' en sus inicios, con una exposición en la que le ofrecía mis poesías para que inspiraran sus dibujos. El resultado fueron treinta cuadros fantásticos que se pudieron ver durante dos semanas. Desde entonces el boom Bonet no ha parado de crecer". Elisenda Roca, directora de la comedia musical T'estimo, ets perfecte, ja et canviaré, empapelFoto de Paula Bonet en su cuenta de Instagramó Barcelona con la imagen alumbrada por Paula Bonet: "vi ilustraciones suyas en Facebook que eran sugerentes, potentes, y me puse en contacto con ella", "en el primer ensayo que vino le propuse hacer no sólo la cartelería sino también las imágenes para la escenografía del musical. Me dijo que quería hacerlo", relata. La ilustradora Amaia Arrazola resume así el fenómeno: "tiene algo que es difícil de conseguir, y es hablar a mucha, mucha gente, por muy diferentes que sean".

Mientras le siguen pitando los oídos, Paula Bonet mira otra vez atrás: "La gran parte de mis amigos de la facultad abandonaron por el camino. Si querían vivir más holgadamente o construir una familia tenían que renunciar a ello. Yo no sé por qué no renuncié, pero ahora me alegro de no haberlo hecho".

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3 comentarios

Álvaro escribió
02/11/2013 11:56

Y el talento. ¡Muchísimo talento!

macdiego escribió
01/11/2013 18:47

caramba Paula lo merecidamente grande que te estás haciendoooo!!!!...

josep bernal escribió
01/11/2013 10:20

Des d'ací i a base de treball i constància. El talent acaba surant. M'alegre molt que triomfe la gent que s´ho mereix. Hi han moltes altres històries anònimes de lluitadors de la vida que també mereixen un reconeixement i per als quals, Paula Bonet n'és un exemple.

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