MADRID (EP). Entre el 40 y el 80 por ciento de las mujeres utilizan tacones altos de manera cotidiana, lo que las expone a padecer a la larga de juanetes o 'hallux valgus', una deformidad crónica en los huesos del pie, que puede estar provocada por el uso reiterado de zapatos con un tacón superior a 3 centímetros.
Esta es la conclusión de un estudio realizado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid en colaboración con la Clínica CEMTRO de Madrid, y presentado en el Congreso Mundial de Podología celebrado en Roma (Italia).
"Hasta ahora se conocía que los zapatos de punta estrecha producían deformidades óseas a largo plazo pero no se tenía constancia de la relación entre la altura de los tacones y la aparición de juanetes", explica el autor del estudio, el doctor Rubén Sánchez-Gómez, del Servicio de Podología de Clínica CEMTRO.
En el estudio se analizaron 80 mujeres sin deformidades previas en el pie, y se las midió con y sin zapatos de tacón pero sin puntera estrecha. Así, se observó que los dos huesos que se desvían en el HAV, esto es, la falange proximal del hallux y el primer metatarsiano, lo hacían según se aumentaba la altura de los tacones.
Cuando se quitaban el tacón, el dedo volvía a la normalidad, por tanto, "con este estudio hemos demostrado que usar tacones altos (a partir de 3 centímetros), de manera continua, provocará la pequeña desviación de los huesos y a la larga, de manera acumulativa, se instaurará la deformidad ósea", concluye la investigación, en la que colaboraron los doctores Ricardo Becerro y Marta Elena Losa.
DE LOS JUANETES A LA COLUMNA
Los juanetes, que afecta a casi un 60 por ciento de las mujeres mayores de 50 años, "son causa frecuente de dolor en el pie y provocan alteraciones en la pisada que pueden conllevar otro tipo de problemas secundarios, afectando incluso a la columna lumbar", afirma el doctor Sánchez-Gómez.
La parte delantera del pie soporta el 57 por ciento del peso corporal con tacones de 4 centímetros, un porcentaje que se eleva al 75 por ciento cuando la altura de los mismos se incrementa 2 centímetros más. "Esta variación de porcentajes de carga en detrimento del antepie, también es la causa de las sobrecargas metatarsales y la aparición de hiperqueratosis (durezas) en la zona central, tan dolorosas como incapacitantes en muchos casos", señala.
Por otro lado, para evitar la aparición de los juanetes también se recomienda evitar el calzado con punta estrecha. Este tipo de zapatos disminuye notablemente el espacio para albergar los dedos, "y por tanto los hace sufrir", comenta este especialista, quien advierte de que, aunque muchas veces parece que se dispone de espacio desde la punta del pie hasta la puntera, "durante el ciclo de la marcha, hay una fase (la de despegue de talón), en la que el pie impacta contra la puntera del zapato en el que está metido, obligando al dedo gordo a desviarse también".
Una vez que la deformidad ósea se ha instaurado en el pie, "las técnicas paliativas son tan sólo de mejora del dolor, pero la desviación ósea y la pérdida de movilidad, son irrecuperables", subraya este experto. Cuando el proceso continúa, "es necesario recurrir al quirófano para el tratamiento de dicha patología, debido a la artrosis y la incapacidad funcional".
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