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VALENCIA. Meritxell Barberá e Inma García despejaron la principal incógnita de todo gestor cultural a las primeras de cambio. La Fundación Mapfre les apoyó económicamente desde el principio con un proyecto de festival lleno de ánimo por reivindicar la discapacidad como factor diferenciador. Es más, con la aspiración de integrar la 'diversidad' como una herramienta de poder. Multiplicar el impacto de la representación artística; ese era y es el objetivo del certamen que este miércoles inicia en Valencia su tercera edición.

Estas dos jóvenes bailarinas valencianas combinan desde entonces la actividad de su compañía de danza (Taiat) con la dirección del Festival 10 Sentidos. Fue, precisamente, su profesión lo que les llevó a conocer a otras compañías que integraban a personas con 'capacidades distintas'. Estas experiencias pusieron en marcha la idea y desde entonces el proyecto no ha dejado de crecer. Este año, por ejemplo, con el reto de encajar en el programa a 200 artistas en cinco días que expondrán fotografía, representarán obras de teatro, darán conciertos, impartirán charlas y desarrollarán talleres entre otras actividades. Todos ellos, convirtiendo su particular diferencia -su discapacidad- como un amplificador del mensaje.

Para sacar esta tercera edición adelante -se prolonga hasta el próximo domingo- cuentan con su bagaje como aval. Y no les ha ido mal. El primer año se agotaron las entradas. El segundo, con un aumento del 40% en el presupuesto y de la entidad del festival, también. En el tercero las reservas de tickets han durado cinco días. Por eso, es una incógnita incluso para ellas ver cómo crece el festival: "sentimos responsabilidad por la gente que no podrá disfrutar de representaciones. No obstante, el crecimiento que imagino a corto plazo es el de aumentar el número de pases de un artista o incluso ampliar los días del festival", responde Barberá que atienda a la entrevista.

CONTRA LA CUARTA PARED

‘La experiencia' que desarrolla el festival es el motivo que más destaca Barberá: "el festival hace que una persona de la calle pueda convivir con un artista profesional. Los profesionales que llegan al festival no actúan únicamente, sino que pasan a compartir espacios paralelos a su propia representación. Esto es lo más interesante y lo más enriquecedor del festival para mí".

Como directora artística del certamen, Barberá asegura que el concepto encaja con la apuesta de proximidad del festival: "es importante sentir cerca al artista". Ese es, tanto para ella como para García -directora técnica-, el principal objetivo entre las partes; artista y espectador. "Queremos generar encuentros ya que al artista, por la acción social del festival, le apetece convivir, hablar de su obra y fomentar la reflexión", apunta Barberá consciente de la singularidad de apostar por compañías que incluyen la actuación de personas con diferentes capacidades físicas. No lo obvia.

Barberá asegura que "la cuarta pared siempre ha existido y existirá", en referencia al papel del público en la representación artística.  Las discapacidades potencian la expresión artística y "a lo que aspira este festival es a que la participación del mismo no se limite al escenario", sentencia. Algo que, asegura, ha sido una "obsesión" para la compañía. Tanto es así que es el origen del lema de esta III edición del Festival 10 Sentidos: "Tras la mirada".

PROGRAMA DE MANO

Además de Barberá y García, dos mujeres más conforman el equipo que trabaja durante el año ("y se queda corto") para lanzar el festival cada otoño. Las actividades se celebran durante los próximos días en el Centro del Carmen de Valencia, en el cual las salas son adaptadas para acoger un sinfín de propuestas y talleres. Entre muchos, destacan este año StopGap (con programación infantil el próximo 26 de octubre), La Excepción (cuyo concierto servirá como fiesta de inauguración este mismo miércoles) o Rocío Molina y Rosario ‘La Tremendita' (el 27). Precisamente y por ejemplo, los miembros de Stopgap y ‘La Tremendita' impartirán sus propios talleres.

La directora artística del festival es sincera cuando habla de sus exigencias: "durante mucho tiempo se ha tenido al margen la opinión del público. Como artista, eso no tiene nada que ver con que no vayas a por las vanguardias. Puedes abordarlas o no, pero no te puede dar igual lo que la gente entienda. Por eso, desde el festival se espera transparencia en el tratamiento, en el inicio y final de la obra, en la interacción de las partes. En cierto sentido, se vive como un 'proceso de paz' en el que el espectador ha de volver a disfrutar del sentido de la honestidad en las propuestas".

Queda claro que las marcas del festival van más allá de lo que para el público general pudieran parecer las limitaciones de una discapacidad. No lo son ni siquiera para los artistas y compañías no profesionales, que este año tendrán un espacio con el Laboratorio 10 Sentidos. El certamen también ha 'coproducido' una obra para recuperarla a escena (Teatro de los Sentidos) y ha sumado en esta edición las conferencias como nueva disciplina. La programación es exhaustiva, pero se puede consultar al completo a través de la propia web del festival. 

UN FESTIVAL PARA VALENCIA

"Dotar de personalidad a un festival es lo más importante para nosotras", asegura Barberá. La Fundación Mapfre les ha invitado a desarrollar el Festival 10 Sentidos en Madrid, donde tiene su sede el patrocinador. Sin embargo, las directoras se niegan a desvincularlo de Valencia en la que creen que cubre "alguno de los muchos huecos en la oferta cultural que tiene nuestra ciudad".

Entre la entidad colaboradora y el equipo del festival se hacreado un "vínculo de confianza", ya que cada año dejan en sus manos en gran medida la elaboración del certamen. La también bailarina reconoce que tienen "un buen presupuesto en estos tiempos" y justifica la idea de enraizarlo a Valencia: "al final, termina viniendo mucha gente de fuera para disfrutar del festival y ese también es un objetivo: convertirlo en un punto de atracción nacional e internacional". Sin duda, aspiraciones ambiciosas que van más allá de las diversidad o las capacidades y elevan la calidad del festival para todos los sentidos.

Fotos: E. V.

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