VALENCIA. Hacía tiempo, mucho tiempo, que no se vivía una fiebre compradora como la actual sobre las compañías cotizadas de reducida capitalización en la bolsa española. Un movimiento que recuerda -y mucho- al de mediados de los años noventa, cuando éstos valores hacían las delicias de muchos y subían a bloque. Daba igual el sector, el perfil o la situación en la que se encontraban.
Eran los buenos tiempos de Ercros, Sniace, Nicolás Correa... Como también de Dimetal, Nueva Montaña Quijano, Bami... aunque éstos pasaron a mejor vida. Todos ellos compartían lo que en el jerga bursátil se conoce como 'chicharros', es decir, valores de escasa capitalización y tremendamente especulativos.
Una etiqueta que llevan sobre sus espaldas Quabit, que en las últimas cuatro semanas se ha disparado un 134%, Urbas (+82%), Ezentis (72%), General de Alquiler y Maquinaria (71%) y Reno de Medici (64%).
'PENNY STOCKS'
Son las mismas empresas que presentan las mayores subidas de todo el Mercado Continuo en tan corto periodo de tiempo.
Y, además, que también comparten otro aspecto: cotizar por debajo del euro. O lo que es lo mismo ser lo que en la jerga se define como 'penny stocks'.
Hasta hace unos meses más de una treintena de cotizadas del principal mercado de valores español presentaba un precio inferior al euro. Sin embargo, a fecha de ayer ya eran solo 18 aunque conviene recordar que nueve más de las que siguen suspendidas en bolsa marcaron su último precio por debajo del euro. A saber: Fergo Aisa (0,017), Reyal Urbis (0,124), Nyesa (0,170), Sniace (0,196), Renta Corporación (0,570), Indo (0,600) y La Seda de Barcelona (0,729).
VOLÚMENES DISPARADOS
Pero conviene tener en cuenta que no es lo mismo precio que valor, puesto que hay muchas cotizadas cuyo valor real (capital social, neto contable, patrimonio, dividendos...), es inferior al de su capitalización bursátil. Es el caso de buena parte de las suspendidas en el parqué.
La euforia compradora que se vive actualmente sobre buena parte de estas cotizadas se está reflejando en unos espectaculares volúmenes de contratación.
EXTREMAR LA PRUDENCIA
Hasta el punto de que está haciendo añicos sus medias diarias anuales y, lo más curioso, que en la mayoría de los casos no hay justificación alguna más allá de la pura especulación.
"No hay que generalizar, pero es la tónica común de un tiempo a esta parte y muchos ya lo vivimos hace veinte años donde no fuimos pocos los que nos quedamos atrapados", advierte un veterano inversor consultado por este diario.
"El riesgo de quedarte atrapado en este tipo de valores es superior a la rentabilidad que se pueda obtener, por lo que no vale la pena. Pero repito no hay que generalizar y hay que tener en cuenta la situación de la empresa, sus resultados y sus planes", añade.
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