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VALENCIA. Durante los últimos años, esta emblemática banda de la nueva escena francesa no ha parado de ofrecer a su audiencia varias formas de disfrutar su música. Desde los escenarios de grandes festivales europeos a la comodidad de apartamentos -un concepto en el que han sido pioneros. Y siempre puedes ver en sus caras la misma excitación, el mismo deseo de tener gente descubriendo y compartiendo su deslumbrante música, siempre con la misma intensidad. Exonvaldes continúan su incesante búsqueda de una nueva imagen, irradiados por la fuerza de un sonido como el de Phoenix o atormentados por las oscuras letras de Radiohead, la banda nunca ha sacrificado su objetivo: la potencia melódica.

En sus nuevas canciones uno puede encontrar una profundidad y tenacidad dignas de The Cure y la nueva ola británica, guitarras en primera fila, iluminadas y tratadas con sonidos electrónicos en el espíritu de Kraftwerk o de los más recientes y luminosos Metronomy. El tema "Action" ilustra esta brillantez gracias a su hipnótico y bailable final. Acción y reacción. La energía desenfrenada de "Let Go" gana empaque con guitarras y sonidos electrónicos. También por primera vez se aventuran EXSONVALDES a componer temas en la que es su lengua natal, el francés.

"L'Aérotrain", pop elegante y desinhibido, viaja a alta velocidad a la vez que mantiene un equilibrio entre lo lírico y lo vital "Prendre la fuite et fendre l'air". Una canción que avanza como una ensoñación, el tipo de sueño que todos los miembros de la banda habrían tenido sin planearlo: Antoine (guitarras, teclados) durante un concierto en un apartamento, Cyrille (bajo) y Martin (baterías) en Barcelona o París, y Simon (voz y guitarras) en la habitación de un hotel de Kuala Lumpur, la última ciudad del mundo en que el aerotrén sigue funcionando.

Lights, el disco, se propulsa en el impecable y luminoso single "Days", presentado con un sutil y animado videoclip, en una carrera, un juego de espejos entre la falta de medios y las posibilidades de la nueva tecnología. Además de esta, el disco incluye otras nueve canciones, producidas por Alex Firla, el que fue director del primer disco de Phoenix y con el que Exonvaldes ya han trabajado en su disco anterior, Near the edge of something beautiful.

Cada canción es una invitación a descubrir un ambiente diferente, tan rico y cambiante como una hermosa vista, a embarcarse en un viaje propulsado por melodías. Como el luminoso acuario de "Seahorses", o el túnel de rock que es "Nineties".

Baudelaire llamó cohetes a las frases de sus diarios, quizás fuera porque su fuerza residía tanto en su significado como en su elocuencia. Esto es lo que podríamos decir de estas nuevas canciones. Son cohetes. Suban a bordo, solos o acompañados, los viajes musicales no tienen fronteras, y déjense llevar por Exonvaldes, los nuevos truenos del rock francés.