VALENCIA. Mientras la bolsa española atraviesa en estos momentos por un momento de euforia, con su índice de referencia Ibex 35 en máximos de dos años, miles de accionistas de doce compañías del parqué sufren en silencio -y más en estos días- ante la impotencia de ver como sus inversiones continúan cautivas.
La suspensión de contratación que pesa sobre los valores donde metieron dinero les tiene maniatados, mientras el futuro se antoja harto complicado ante los temores de una exclusión definitiva del parqué. Es la cara triste del parqué bursátil español porque sus sufridos inversores no pueden hacer otra cosa que esperar a que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) levante la sanción.
Pero conviene tener en cuenta una cosa: no se trata de algo arbitrario, puesto que el supervisor tiene que tener claro que con la información aportada por las empresas afectadas los inversores puedan tomar una decisión al respecto. O lo que es lo mismo: que el mercado tenga la debida información.
UN AUTÉNTICO 'CORRALITO'
Son once empresas que comparten -además del hecho de no poder cotizar- haber sido víctimas de la crisis actual, bien por méritos propios o bien por la ineptitud de sus gestores, como también ser empresas de escasa capitalización salvo casos muy aislados. Martinsa Fadesa, Dogi, Indo, Nyesa, CAM, Reyal Urbis, Pescanova, Renta Corporación, Fergo Aisa, Cleop, La Seda y Sniace son los doce 'valores malditos'.
Martinsa Fadesa es la cotizada que más tiempo lleva sin cotizar, dado que fue suspendida en julio de 2008, cuando presentó el mayor concurso de acreedores de la historia española, con un pasivo de unos 7.000 millones de euros. Fue, además, la primera inmobiliaria en hacerlo a la que posteriormente se sumarían un sinfin de ellas, tanto cotizadas como no cotizadas.
Hace un par de años el grupo presidido por Fernando Martín superó dicho concurso tras obtener el respaldo de casi el 75% de sus acreedores y desde entonces está pendiente de recibir la pertinente autorización de la CNMV.
PENDIENTE DE LA CNMV
Pero el supervisor debe entender que los planes de la situación de la empresa no son de su agrado para dejarle cotizar. Su último cambio en bolsa fue de 7,30 euros, con una capitalización de 680,30 millones de euros.
La textil catalana Dogi fue suspendida en mayo de 2009 tras entrar en concurso de acreedores. La familia Doménech, fundadora de esta compañía dedicada a la fabricación de tejidos elásticos, preveía el pasado año volver a cotizar a finales de 2013. Sin embargo, y pese a lograr levantar la antigua suspensión de pagos, sigue presentando números rojos y retrasando el pago a sus acreedores.
DOS TRIMESTRES CON BENEFICIOS
Precisamente la CNMV le impuso como condición al regreso al parqué presentar dos trimestres seguidos de beneficios, cosa que hasta la fecha no ha podido lograr. Dogi cotizó por última vez a 0,64 euros, lo que equivalía a un valor en bolsa de 42,07 millones de euros.
Hablar de Indo es hacerlo de uno de los mayores fabricantes de lentes, pero aún así se vió abocado a la suspensión de pagos y, lógicamente, a que el supervisor le impidiera seguir negociando sus títulos en el parqué en junio de 2010. Para entonces las acciones de la catalana cotizaban a 0,60 euros, con una capitalización de 13,33 millones de euro.
Dos años y medio después -estas pasadas navidades- logró superar el concurso tras llegar a un acuerdo con sus acreedores, pero desde entonces sigue trabajando para recuperar la rentabilidad.
REDUCIENDO PÉRDIDAS
Por lo pronto a lo largo del primer semestre de este año redujo las pérdidas hasta los 1,7 millones frente a los 2,3 millones negativos del mismo periodo de 2012.
La inmobiliaria aragonesa Nyesa no negocia en bolsa desde septiembre de 2011, cuando por última vez sus títulos se intercambiaron a 0,17 euros y tenía una capitalización de 27,59 millones de euros. La antigua Inbesós, cuyos administradores llegaron a ser sancionados por la propia CNMV hace un año, entró en concurso de acreedores en marzo de 2012 con un pasivo de 1.224 millones de euros.
Además, se vio obligada a reformular sus cuentas -algo habitual en este tipo de situaciones concursales-; mientras el futuro se presenta harto complicado, dado que un juzgado de Zaragoza acordó hace cinco meses la disolución de Nyesa Servicios Administrativos, una de las sociedades del grupo inmobiliario Nyesa afectadas por un concurso voluntario de acreedores debido a las pérdidas acumuladas.
NADIE LIQUIDA LAS CUOTAS DE LA CAM
Las cada vez más famosas cuotas participativas de la CAM cotizaron por última vez en bolsa el 8 de diciembre de 2011. Ese día echaron el cierre en los 1,34 euros, lo que equivalía a una capitalización de 67 millones de euros. A nadie se le escapa lo que sucedió después con la extinta caja alicantina, pero sí la situación en el limbo de sus peculiares acciones.
Las cuotas participativas, que valen cero euros, no están liquidadas porque la asamblea de la CAM no se atrevió a liquidarlas por la repercusión social.
REPERCUSIÓN
Ahora debe tomar una decisión la comisión gestora de la Fundación CAM, que por otro lado tampoco se atreve a liquidarlas por la repercusión de la sociedad alicantina.
La inmobiliaria catalana Fergo Aisa ha llegado a superar dos situaciones concursales, pero en julio de este año volvió a entrar. El pasado mes de diciembre anunció que había superado por segunda vez su situación concursal y preveía presentar en breve un plan de pagos a los acreedores de la compañía, que tiene una deuda de más de 250 millones de euros.
Bastaron dos acreedores a los que la empresa les adeuda más de 700.000 euros para llevar a la compañía catalana a la suspensión de pagos; mientras no cotiza en el parqué desde que en abril del pasado año marcara los 0,017 euros, con una capitalización de 13,16 millones de euros.
CLEOP, A PUNTO DE VOLVER A COTIZAR
Por su parte, la valenciana Cleop afronta con mayor optimismo el futuro, dado que tal y como manifestó la pasada semana su presidente, Carlos Turró, a este diario, se encuentra en la fase final para volver a cotizar, dado que está a punto de levantar el concurso.
Por lo pronto el grupo redujo sus pérdidas netas hasta los 2,11 millones de euros frente a los 3,86 millones negativos cosechados en el mismo periodo del pasado año. Precisamenteel 11 de junio de ese ejercicio cotizó por última vez en bolsa, marcando los 1,15 euros.
A lo largo del presente ejercicio han entrado cuatro cotizadas más en concurso de acreedores siendo el primero Reyal Urbis, que lo hizo el pasado mes de febrero, cuando presentó el segundo mayor de toda la historia -solo superado por Martinsa Fadesa-, con un pasivo de unos 4.400 millones de euros. Entonces cotizaba a 0,124 euros, con apenas 36,23 millones de capitalización.
De momento está negociando ceder el grueso de sus activos inmobiliarios a sus bancos acreedores para saldar la mayor parte de la deuda y superar su situación.
DACIÓN EN PAGO
La operación supondrá una quita de deuda encubierta para las entidades, que se cifra en una media del 40%, donde la dación en pago constituye el eje de las negociaciones que la compañía que controla y preside Rafael Santamaría.
No se había cumplido ni un mes desde que la inmobiliaria madrileña suspendiera pagos cuando llegó una de las históricas de la bolsa española, Pescanova, para hacer lo propio. La multinacional pesquera gallega lo hizo con un pasivo de 3.674 millones, un agujero patrimonial de 1.667 millones y 5 sociedades en concurso de acreedores (Pesca Chile, Pescanova Brasil, Argenova, Acuinova y Pescafina), mientras que sus actuales administradores no descartan ampliar la insolvencia a otras empresas del grupo.
Esta quiebra, que para muchos es la viva imagen de lo sucedido con la familia Ruiz Mateos, ha dejado en una situación muy comprometida para un valor que cotizó por última vez en ls 5,91 euros y tenía una capitalización de 169,83 millones de euros.
LIQUIDANDO TODO LO QUE SE PUEDE
Renta Corporación es otro de las inmobiliarias golpeadas por el pinchazo del boom del ladrillo. La cotizada catalana se aferró al concurso en plenas Fallas de este año, con un pasivo de 185 millones de euros. Liquidar todo lo que pueda ha sido la decisión adoptada por sus responsables y, de momento, ya lo ha hecho con seis de sus filiales extranjeras.
Cuando dejó de cotizar marcaba los 0,570 euros y su valor en bolsa era de 15,54 millones de euros, pero seis meses después ya ha vuelto a entrar en números rojos al dejarse cinco millones en el primer semestre del año.
Hablar de La Seda de Barcelona es hacerlo de otra de las históricas del parqué, además de haber sido considerado como uno de los grandes 'chicharros' por su escasa capitalización. Esta compañía se vio abocado al concurso hace tres meses, con un pasivo de cerca de 1.000 millones de euros.
DE MAL EN PEOR
La situación, lejos de revertirse, ha ido a peor al disparar sus pérdidas en el primer semestre un 85% hasta los 73 millones de euros; mientras mantiene un pulso entre sus accionistas por hacerse con el control de una empresa que marcó por última vez en bolsa los 0,729 euros y una capitalización de 26,43 millones de euros.
Bastante menos valía Sniace, otro 'chicharro' histórico, concretamente 15,28 millones de euros, al cotizar por última vez el pasado 9 de septiembre en los 0,196 euros. Se trata de la última compañía del Mercado Continuo -de momento- en suspender pagos, cuyo pasivo es de unos 150 millones de euros.
La papelera cántabra se vio obligado a ello después de que fuera inviable alcanzar un acuerdo u obtener nuevos apoyos financieros desde que se comunicó al Juzgado la situación preconcursal el pasado 26 de junio.
se estan gargando a los mercados a base de bien, le han quitado gran parte de su emocion. compro acciones a cero euros y paciencia.
Vaya tela. Unos buenos abogados serían los míos sanperhouse
hay compradores de acciones de empresas suspendiadas de contizacion a 0 euros , para contabilizarlas como minusvalias y no pagar manteniemieno.
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