MADRID. La Reserva Federal de Estados Unidos (FED), a través de su presidente Ben Bernanke, dio a conocer la que sin ninguna duda ha sido la decisión más controvertida de su historia reciente: mantener su política de estímulos monetarias bajo la forma de compra de activos de renta fija, tanto bonos soberanos como titulaciones hipotecarias.
El hecho en sí podría parecer menos relevante. Para entenderlo hay que tener en cuenta varias consideraciones. La primera -y quizás la más importantes- es la de que la FED se comprometió a llevar a cabo una política de transparencia comunicativa que se conoce en inglés como 'forward guidance'.
NO PROVOCAR SOBRESALTOS
El objetivo de esta decisión es el de no provocar sobresaltos a los inversores por cambios en su política monetaria no previstos. Para ello, la FED -en cada una de sus reuniones- da a conocer sus expectativas y con ello sus propósitos para el futuro.
A través de los diferentes comunicados de la Reserva Federal y de sus miembros de manera individual, hemos ido conociendo en meses anteriores que la intención de este banco central era la de ir retirando la liquidez, es decir, la de ir reduciendo las compras de deuda, con el objetivo de drenar completamente al mercado a mediados del año próximo.
La razón para esta disminución de las compras de activos es la mejora manifiesta de la economía norteamericana.
REPUNTE DE TIPOS
Y, muy especialmente la reducción del desempleo, dato económico al que han vinculado su política monetaria.
El lado menos positivo de esta acción es el del repunte de los tipos de interés a largo plazo.
Algo normal teniendo en cuenta los niveles excesivamente bajos en los que se encuentran actualmente, y un posible impacto negativo en el precio de las materias primas que podría a su vez frenar el crecimiento de los países emergentes.
Aún así el mercado se había hecho a la idea de que el proceso comenzaba y, sobre todo y más importante, tenía confianza absoluta de que las indicaciones del banco central estadounidense eran claras y fidedignas.
GRANDES DIMENSIONES
La Reserva Federal liderada por Bernanke se embarcó en lo que seguramente sea la empresa más atrevida que nunca haya llevado a cabo un banco central, tanto por sus dimensiones como por su heterodoxia, dado que nunca se había hecho algo similar.
Una empresa llamada Quantitative Easing, criticada por muchos, pero que sin temor a equivocarnos podemos decir que ha sacado de la crisis a Estados Unidos y a gran parte del mundo. Ahora tocaba resolver la segunda derivada, que consistía en salirse del enorme despliegue de liquidez de la manera más sutil posible.
Sin embargo, y esto es algo inquietante, el banco central de Estados Unidos, no ha llegado a consumar el amago.
PASO ATRÁS
Bernanke no anunció recorte alguno en sus cantidades de compra de bonos y, lo que es aún peor, reconoció haberse equivocado en la valoración de la economía por lo que pospone sine die la retirada de los estímulos.
La Reserva Federal ha dado un paso atrás, lo cual empieza a ser considerado por el mercado como un síntoma de debilidad y no necesariamente de la economía de ese país que sigue dando señales de fortaleza sino del gestor de las políticas monetarias.
CRECE LA PREOCUPACIÓN
La Reserva Federal, con este retroceso en sus anunciados planes, ha conseguido preocupar a los mercados y lamentablemente le va a costar tiempo y trabajo salir del lugar en el que se ha metido.
Su intención ha sido la de evitar la volatilidad y no perjudicar a la economía, pero con gestos de indecisión tan palpables el resultado será el contrario.
_____________________________________
Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.