VALENCIA. La primera consola de Arturo Castelló fue la Atari2600. Pronto se encariñó con el Pac-Man, el juego donde un comecocos deglute piezas mientras varios fantasmas le acechan, aunque ahora suspira por el Starcraft 2 ("un juego de estrategia a tiempo real al que estoy totalmente enganchado"). Ramón Nafria se estrenó como propietario con la Game Gear de Sega, y debutó practicando con "un juego que llamábamos de los mosquitos, donde tenías que defender unas plantas de unas moscas". A Óscar Ferrero la primera videoconsola que le llegó a casa fue la Atari Pong, con un sólo juego, el Pong, una suerte de tenis de mesa.
En algún momento del pasado los tres vivieron el episodio en el que alguien venía a recriminarles tanto apego al videojuego. Desconocían entonces que gracias a su afición estaban encauzando su destino profesional hacia un negocio que el año pasado generó en España 822 millones (unos 8 'garethbales'), según la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (Adese), aunque probablemente sean muchos más, en torno al doble, pues los datos no recogen por ejemplo las adquisiciones directas través de tiendas online no registradas en territorio nacional. España sigue siendo el cuarto país de Europa con mayor movimiento, donde 4 de cada 10 españoles serían gamers habituales.
En 2012 los videojuegos facturaron 50 mil millones en todo el mundo, con la previsión de que llegar a los 62 mil para 2016 (así lo indica el estudio del banco de inversiones Digi-Capital). "Los videojuegos ya generan más dinero que la industria del cine y la música juntas", se lee en distintos titulares de prensa, si bien no hay datos certeros que lo certifiquen. Sí es evidente que se trata de una industria que compite con las mismas armas, si no mejores, que el resto de las audiovisuales.
TRES PROTAGONISTAS QUE PASARON A LA SIGUIENTE PANTALLA
Arturo Castelló, Ramón Nafria y Óscar Ferrero pasaron a la siguiente pantalla. Son tres exponentes valencianos, paradigma de cómo el buen trabajo en los videojuegos puede crear fructíferos proyectos profesionales.
A Arturo Castelló, que había estudiado en el London College of Communication y que se había golpeado al intentar lanzar una editorial de libros, hubo un momento que le cambió la vida: "la primera vez que vi un auditorio con miles de espectadores siguiendo en directo una partida entre dos jugadores me di cuenta de que los videojuegos son el futuro, no sólo como juego si no como espectáculo". Castelló ha estrenado hace poco tiempo una antigua nave industrial en el barrio de Serrería (Valencia) convertida en cuartel de su incipiente imperio, formado por Encom, dedicada a los deportes electrónicos, y Jugo, orientada a la gamificación. Pilota la expansión en el sur de Europa del festival sueco DreamHack, uno de los grandes certámenes europeo de videojuegos, que abrió en Valencia en 2010. "En esta última edición hemos triplicado las métricas, con más de 22000 visitantes en cuatro días", comenta.
Ramón Nafria tuvo "una especie de epifanía" jugando al Ultima VII: The Serpent Isle. "Al elegir carrera me decidí por informática porque quería intentar hacer videojuegos". Y lo logró. Tras salir de la Politécnica valenciana se convirtió en conocido desarrollador, presidente de la Asociación de Desarrolladores de Ocio Interactivo Digital (DOID), y en última instancia en uno de los responsables de la compañía A crowd of Monsters, con la que lanzó Sugar Kid, un juego para dispositivos iOS en el que un terrón de azúcar se enfrenta a los ataques de un limón; alcanzó el top 10 de aplicaciones de pago.
Óscar Ferrero comenzó programando en la época de los 8bits y acabó en Londres en un estudio de videojuegos. Unos años después regresaría a Valencia para abrir Elite3D, que desde el edificio Crea, a espaldas del Palacio de Congresos, es un referente en el diseño de modelos tridimensionales. Diseñan componentes ("cualquier cosa que puedas imaginar") para videojuegos como MotoGP, y para clientes como Sony o Electronic Arts.
CÓMO VA LA PARTIDA EN VALENCIA Y LA COMUNITAT VALENCIANA
Y una vez presentados, contestan.
¿A España le está yendo bien la partida de los videojuegos o se la va a tragar el comecocos?
Ramón Nafria: "En España empiezo a creer que hemos tenido una oportunidad en los últimos 5-6 años de llegar a ofrecer juegos de calidad, pero se ha juntado la crisis, con la falta de fondos privados y la falta de conocimientos de las entidad públicas, así que tendremos que esperar otra oportunidad para que el grueso de nuestros estudios (normalmente formados por menos de 10 personas) puedan dar el salto hacia una diferenciación cualitativa".
Arturo Castelló: "Es un sector que requiere un esfuerzo constante de formación e I+D, es muy fácil quedarse atrás".
Ramón Nafria: "Al sector español le cuesta mucho profesionalizarse. Es increíble hablar con empresas muy conocidas, que deberían tenerlo todo bien atado, y ver que nunca saben a ciencia cierta cómo acabará un trabajo".
¿Qué ventajas tiene el negocio de los videojuegos respecto a otras industrias audiovisuales?
Ramón Nafria: "La interacción es lo que marca la diferencia entre el videojuego y cualquier disciplina".
Arturo Castelló: "Frente al cine, por ejemplo, el videojuego se ha adaptado mucho mejor a la naturaleza del nuevo consumidor digital, que está exigiendo participación y protagonismo".
Óscar Serrano: "El nivel de calidad exigido en las nuevas consolas es tan alto y los equipos de producción son casi tan grandes como los de la industria del cine. Además con el añadido que el jugador puede vivir una experiencia compartida y en tiempo real".
¿Tiene la Comunidad Valencia tejido suficiente como para considerar al de los videojuegos un negocio de futuro?
Ramón Nafria: "No, no lo tiene. Hay piezas, pero faltan otras. Ahora mismo no hay una vertebración, más allá de la que se pueda orquestar alrededor de los centros formativos o de algún evento puntual. Y la pieza fundamental que falta se llama dinero".
Óscar Ferrero: "Seguimos estando por detrás, pero está creciendo con respecto a otros años, gracias en parte a que ahora los estudios pueden desarrollar videojuegos en plataformas más manejables".
Arturo Castelló: "Creo que el entorno económico y cultural no es del todo consciente del potencial del juego como motor de desarrollo. Eso hace que se estén desaprovechando oportunidades. Lo positivo es que hemos sido pioneros, gracias a escuelas como ESAT, en ofrecer formación de calidad. Se va a traducir en muy corto plazo en la aparición de más compañías locales que generarán empleo".
¿Cómo luchan los videojuegos contra la piratería?
Arturo Castelló: "Se están planteando alternativas constantemente, como los modelos free-to-play con sistemas de micropagos. Juegos como League of Legends o World of Tanks generan ingresos de vértigo a partir de una versión gratuita".
Ramón Nafria: "Como creador la afronto con cierta calma. Nuestro primer juego era de pago y la sufrió, y su siguiente versión será freemium (de acceso gratuito; se cobra por servicios más avanzados).
Arturo Castelló lanza una predicción: "todas las tendencias apuntan a que el juego dominará en muy pocos años no sólo en el ocio y el entretenimiento, sino también en otros campos como la educación, la salud, o todo tipo de actividades empresariales a través de los serious games y la gamificación".
La partida, pues, no ha hecho más que empezar.
El artículo es muy bueno, y en este momento estoy haciendo una investigación de éste tema en particular así que me ha servido bastante. Quería preguntar si podría proporcionarme alguna página, dirección o número en el que pueda buscar/ preguntar información para realizar un estudio de mercando sobre los joysticks, ya sea a nivel nacional y/o mundial. Muchas gracias
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