VALENCIA (EP). Investigadores suecos han realizado un estudio que muestra como las personas que duermen poco suelen tomar decisiones impulsivas a la hora de comprar la comida en el supermercado al día siguiente. Además suelen llenar la cesta de la compra con alimentos con gran contenido calórico y en mayor cantidad.
El estudio, publicado en la revista 'Obesity', muestra que la privación también condujo a un aumento a la mañana siguiente de los niveles en sangre de la grelina, una hormona que aumenta el hambre. Sin embargo, no hubo correlación entre los niveles de grelina individuales y los alimentos comprados, lo que sugiere que otros mecanismos como la toma de decisiones de forma impulsiva, podría ser en gran medida responsable de una mayor compra.
El grupo investigador de la Universidad de Uppsala, que ha realizado el estudio, tenía curiosidad sobre si la falta de sueño puede afectar o alterar las opciones de compra de alimentos de una persona.
"La hipótesis era que el impacto de la privación del sueño sobre el hambre y la toma de decisiones sería la 'tormenta perfecta' en lo que respecta a las compras y la compra de alimentos, con individuos hambrientos y menos capaces de emplear el autocontrol y un mayor nivel para evitar impulsivos y compras calóricas", señala el autor Colin Chapman de la Universidad de Uppsala.
A MÁS CANSADOS, MÁS HAMBRIENTOS
La investigación analizó los comportamientos de compra de 14 hombres tras 24 horas sin dormir, y, posteriormente, después de dormir. Se trataba de hombres de peso normal a los que se les asigno un presupuesto fijo aproximado de 37,9 euros.
Los hombres fueron instruidos para comprar todo lo que pudieron hasta un máximo de 40 elementos, entre ellos 20 alimentos ricos en calorías y 20 alimentos bajos en calorías. Los precios de los alimentos ricos en calorías fueron variados para determinar si la privación total de sueño afecta a la flexibilidad de la compra de alimentos; antes de la tarea, los participantes recibieron un desayuno estandarizado para minimizar el efecto de hambre en sus compras.
Cuando estaban privados de sueño compraron significativamente más calorías (9%) y gramos (18%) de los alimentos que cuando lo hicieron después de una noche de sueño. También midieron los niveles en sangre de la grelina, encontrando que las concentraciones de la hormona fueron más altos después de la privación total de sueño.
"Nuestro hallazgo proporciona una sólida justificación para lo que sugiere que los pacientes con preocupaciones con respecto a la ingesta calórica y el aumento de peso deben mantener un horario de sueño saludable", ha señalado Chapman.
Se necesitan estudios de seguimiento para analizar si también existen cambios inducidos por la privación del sueño en estos comportamiento de compra de alimentos en la privación parcial de sueño; sin embargo, la investigación adicional también deberá tener en cuenta potencial impacto de la privación del sueño sobre el comportamiento de compra en general.
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