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 La número dos de Rajoy se debilita en cada comparecencia por el caso Bárcenas, una situación que reporta ciertos beneficios a 'pesos pesados' del PPCV

VALENCIA (X. AGUAR). El caso Bárcenas está exprimiendo al Partido Popular. Una de las principales damnificadas es la secretaria general de la formación y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. Sus explicaciones en rueda de prensa respecto a las informaciones publicadas sobre el extesorero resultan poco convincentes y, desde hace meses, están socavando su credibilidad y 'quemando' su reputación como mano derecha en el partido de Mariano Rajoy.

Una pérdida de fuerza que, al margen de favorecer a su 'némesis' en el PP, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, también reporta ciertos beneficios a ‘pesos pesados' valencianos como el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, o el propio presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

Cabe recordar que el exconseller, a diferencia de sus compañeros de rango en la pasada legislatura, no recibió una recompensa a su medida después de la victoria electoral de Mariano Rajoy en las urnas. De hecho, vio como su puesto lo ocupaba Carlos Floriano, hasta entonces por debajo de él en el organigrama de su departamento. Curiosamente, si De Cospedal está sufriendo un desgaste considerable, no menos 'chamuscado' está saliendo Floriano del caso Bárcenas, quien no posee la oratoria de González Pons. Así, aunque el exconseller mantiene una buena relación con la número dos de Rajoy, el debilitamiento de otros altos cargos de la cúpula del PP puede otorgarle más ocasiones de brillar.

Por otro lado, Cospedal ha tenido ciertos roces en los últimos tiempos con el PPCV. Al margen de haber sido la ‘mano de hierro' de Rajoy en los asuntos relacionados con la corrupción, un papel que le ha llevado a dar toques de atención a los populares valencianos, uno de los conflictos permanentes entre ambas autonomías se centra en el trasvase Tajo-Segura. Precisamente la pasada semana Fabra compareció junto al presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, para reafirmarse en el memorándum firmado para la prolongación de la transferencia hídrica bajo condiciones que De Cospedal no firmó en su día y por el que han tenido algún que otro rifirrafe verbal.

DE LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN AL ESPERPENTO

Este lunes, tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, la número dos de Rajoy volvió a comparecer ante las medios para enfrentarse a preguntas que, en su mayoría, versaron sobre el extesorero del PP y, en este caso, sobre la supuesta negociación del finiquito.

De Cospedal pidió ante los líderes autonómicos "luchar" contra quienes quieren "desestabilizar" el partido, e insistió en que no puede estar saliendo "todos los días" a contestar "calumnias e injurias" que se están difundiendo. En esta línea, ya ante los periodistas, la número dos de Rajoy mantuvo esa línea discursiva subrayó que el hecho de que se vayan "inventando calumnias e injurias" a diario no va a hacer que el PP deje de tener su actividad.

"Eso es lo que pretenden algunos pero no lo van a conseguir de ninguna manera", subrayó, manteniendo así la teoría de la conspiración a la que parece asirse la secretaria general del PP ante las últimas informaciones publicadas en El Mundo que apuntaban a que Cospedal habría participado en la supuesta negociación del finiquito de Bárcenas.

Al margen de que resulta difícil de creer que todo sean "calumnias e injurias" -recordar a Rajoy con aquello de "nada es cierto, salvo alguna cosa"-, Cospedal también sorprendió al proclamar que el PP es la formación "que más ha colaborado con la Justicia". Una afirmación que no parece demasiado afortunada pocos días después de que se conociera el borrado de los discos duros de los ordenadores que utilizaba Bárcenas y que había solicitado el juez Ruz.

Diversas fuentes populares consultadas por este diario coinciden en que este tipo de comparecencias están ‘quemando' a la número dos de Rajoy, quien se ha visto en el punto de mira tras otros cara a cara frente a los medios de comunicación, como el que le llevó a hablar del "despido diferido" a Bárcenas. Momentos difíciles para De Cospedal, quien si bien está blindada por su presidencia autonómica en Castilla-La Mancha, está atravesando su peor etapa desde que accedió a la secretaría general del PP.