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VALENCIA. ¿Qué es mejor para un político?, ¿parecerlo o no parecerlo? La cuestión es que Ignacio Blanco, portavoz de Esquerra Unida, no parece un político. Te lo cruzas y va tan repleto de normalidad que nunca lo sospecharías. De su aspecto de ciudadano normal ha hecho su marca.

Se ha granjeado una imagen de personaje serio de las Corts, convertido en diputado revelación, y en uno de los rostros con más progresión mediática de la izquierda valenciana. La web de Esquerra Unida parece su book, repleta como está de fotografías y vídeos de este hijo de Algemesí que se vino a Valencia hace 15 años para vivir en un camarote de Ruzafa junto a tres amigas y un amigo, "antes de que el barrio se pusiera de moda; cuando se podía disfrutar de todo su sabor popular", dice.

El gusto de Blanco por el "sabor popular" contagia su manera de ver las calles, bajo el tamiz de las protestas y la percepción de la urbe desde la ‘manifa': "da gusto recorrer calles señoriales como San Vicente o la Paz tomadas pacíficamente por la gente en manifestación". Y aprovechando que ha entrado en el juego, le preguntamos por sus vicios urbanos: los escenarios que le garantizan una buena jornada por Valencia. Poniéndose vertebrador, escoge uno en Benimaclet, otro en Ruzafa y un último en el Carmen. Tres barrios que son tres provincias.

- Librería Primado (Benimaclet): El recorrido con Ignacio Blanco por una Valencia de sabor popular comienza entre libros, en uno de aquellos rincones donde la asepsia es derrumbada por la personalidad apabullante de su anfitrión. Miguel Morata es el 'cabecilla' del proyecto Primado desde su primer impulso, hace ahora 26 años. Luce músculo librero ganado a base de batallar más allá de la venta de libros. Su principal mérito es haber creado alrededor de su tienda, en Primado Reig 102, una célula cultural notablemente activa. Genera vida de barrio. "Me di cuenta que con vender libros no bastaba", razona. Y desenfunda un dardo: "la lectura no sólo debe servir como fuga; también debe servir como reflejo de la realidad social". Toma ya. El portavoz de Esquerra Unida, Blanco, elige este fuerte porque "es donde me encanta curiosear, especialmente si puedo disfrutar de la conversación con el librero Morata".

- Le Tavernaire (Ruzafa): Tras escudriñar entre libros, Ignacio Blanco rinde visita la calle Denia para entregarse a la fraternidad. Combina Slaughterhouse (aquella carnicería genial mudada en librería bar gracias a tres amigos audaces) con su vecina Le Tavernaire, que en octubre de 2007 fue abierta por otro trío de colegas -Jordi, Silvia, Gisela- buscando marchar del Carmen para encontrar expansión, y aspirando a levantar una taberna popular, muy popular, y joven: "Sin nuestra pandilla no somos nada", exclaman como lema. ¿Por qué le gusta Le Tavernaire a Ignacio Blanco? El diputado contesta: "Es donde quedo con mis amigos para tomar las primeras cervezas. Me gusta porque no es el típico sitio pijo, sino un bar con sabor auténtico". Allí se comen 'coques de dacsa' y quesos del Catí, y se tira cerveza Turia Märzen, recuperada estos días y relanzada por la agencia CuldeSac. Todo muy popular.

- Bigornia (El Carmen): Una bigornia es un yunque macizo con dos puntas opuestas. Y el Bigornia el garito cerca de Na Jordana, en un Carmen todavía algo correoso, al que de tanto en tanto va el diputado de Esquerra Unida a poner el epílogo a algún día en la ciudad, como éste. El Bigornia, un clásico de tertulias peleonas, conserva su tirón gracias a la terraza relajada y a noches de reggae y jazz. Su secreto es su ambiente. "Estoy muy a gusto aquí", sentencia Blanco para terminar el itinerario.

En estas tres localizaciones busca el portavoz de Esquerra inspiración para un nuevo curso político en el que aspirará, qué si no, a seguir aumentando la popularidad de su partido.