X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
CONVERSACIÓN AL ATARDECER

Carlos Marzal: "Estamos en una extraña noche; se han fundido las luces en muchos sentidos"

UNA ENTREVISTA DE CARLOS AIMEUR, CON FOTOGRAFÍAS DE EVA MÁÑEZ. 17/08/2013

VALENCIA. A su vecino de toda la vida en Serra le sorprende saber que es poeta. En parte tiene razón: Marzal no es sólo poeta; también es novelista, autor de la alabada ‘Los reinos de la casualidad' que fue considerada por muchos como la mejor novela de su año; cuentista, articulista... Se le podría definir como un virtuoso de la palabra.

Aficionado al fútbol, su madridismo está menguando con los años y se reconoce más valencianista, como su amigo y maestro Paco Brines, y su compañero y hermano de letra Vicente Gallego. Su consagración le llegó en 2001 con ‘Metales pesados', premio Nacional de Poesía y de la Crítica. Considerado como una de las grandes voces de la literatura española contemporánea, ultima su segunda y esperada novela de la que no avanza título mientras asiste con su estupor de hombre sensato al desatino de la actual España, un país que considera sumido en una crisis no sólo económica sino también moral.

-¿Le gustan los atardeceres?
-Tienen mucha literatura pero la verdad es que no me suponen ningún estado de ánimo especial. Recuerdo unos veranos en Formentera en donde sí te especializabas en capturar determinados atardeceres. Iba a La Mola o a Cala Saona a verlos en el mar.

-¿El amor y la felicidad también atardecen?
-No existen permanentemente. El amor, la felicidad, creo que son etapas. No existe el ser permanente sino el estar. Esa diferencia que existe en el castellano es muy sustancial. Hay instantes de plenitud, pero uno no se instala perennemente en nada.

-El atardecer de España se está prolongando de tal manera que sí parece perenne.
-Yo no sé si estamos ya en una extraña noche. Se han fundido las luces en muchos sentidos. Vivimos un retroceso alucinante en todo; no sólo en lo económico, sino también en lo moral, por las actividades de políticos y ciertos empresarios. Estamos retrocediendo en todo lo jurídico; la reforma de Gallardón me parece un intento de regresar a las catacumbas. Además estamos perdiendo dos de las mejores cosas que teníamos: la sanidad pública, de las mejores del mundo, y la escuela pública.

-Usted conoce bien la educación pública porque fue profesor de instituto.
-16 años. Me parece que ahí han estado los mejores profesores y que se ha intentado hacer lo mejor con pocos medios.

-¿Se ha arrepentido de haber dejado la enseñanza?
-Hay muchas veces que echas de menos algunos momentos de la enseñanza. Echo de menos a algunos compañeros que he tenido, muy buenos. He apostado por un estilo de vida un poco a salto de mata, esperando a que lo llamen a uno para encargarle un texto o para que vaya a dar una conferencia, pero no me puedo quejar porque sigo teniendo ingresos, puedo trabajar en prensa, que me encanta...

-Tiene el poco de suerte que hace falta siempre, que decía usted en un relato titulado así, ‘Un poco de suerte'.
-Bueno, un poco sólo no; hace falta mucha suerte. Con todo hay que saber conformarse con el poquito de suerte que tenga cada uno. Saber conformarse es una de las mejores formas de ser feliz y estar más o menos en plenitud.

-¿Le molesta que le tengan más como poeta que como novelista, a pesar de sus éxitos en prosa?
-Es inevitable. Cuando uno triunfa en un género es difícil que le adscriban a otros. Lo asumo como algo normal.

-¿Para ser un buen novelista hay que tener algo de poeta?
-Hay un momento en la Alta Literatura que se produce ese momento que llamamos Poesía. Ahora bien cada género tiene sus reglas y creo que no hay que confundirlos. El filtro de todo es el lenguaje. Igual que sabemos que la emoción sin nada no es poesía, lo mismo pasa con la realidad y la ficción. La realidad a palo seco no es Literatura.

-¿Es testimonio?
-A veces ni eso; a veces es hasta inverosímil. Todo lo que está pasando en España con los Barcenas, todo lo que sucede en la política española, no es verosímil y es, desde el punto de vista literario, muy pobre. No se puede encajar todo en una novela sin darle una grandeza que los personajes reales no tienen, sin dar un interés a través del mal, y no de su banalidad. La Literatura es tratamiento, tratamiento, tratamiento y filtro de la emoción real.



-Y la realidad española es tan real, que demuestra que Berlanga es nuestro mejor retratista; somos de chiste.
-No sé qué habría hecho con todo esto. Seguro que de lo que está sucediendo saldrían más episodios de La Escopeta Nacional, pero los personajes de aquella trilogía tenían una grandeza que no tienen los personajes reales de nuestra época. Los ministros con sobres, el yerno del rey convertido en un comisionista, el propio rey descubierto como comisionista...

-¿La honradez no está de moda?
-Sin duda. El gran desastre de España en los últimos años es que valores como la honradez están en desuso. Se ha instalado ese cáncer que es la cultura del pelotazo, la codicia por la codicia, el culto a lo instantáneo, a la fama fácil, al griterío... Todo eso forma parte del mismo paquete.

-¿Donde no entraría la decencia?
-Sin duda. La decencia forma parte de ese conjunto de viejas virtudes que parece que sean raras, pero que eran el motor de la gente. La decencia en el comportamiento privado, público, en la forma de estar en el mundo, es una cosa elemental que debería transmitirse de padres a hijos, debería enseñarse en las escuelas...

-¿La Literatura es la invención del yo?
-En el fondo sí. Toda la Literatura es autobiográfica, desde la lista de la compra hasta el libro más científico y aséptico que se piense. La Literatura debería servir para darnos más grandeza, para hacernos mejores y más felices, pero lo que ocurre es que no siempre es así. Hay gente que es mucho mejor persona que su obra y al revés, hay gente que tiene una obra excelente y cuando les conoces piensas: ¿Pero cómo ha podido hacer este cretino esta obra tan maravillosa?

-A usted le gusta jugar con la realidad y la ficción en sus obras.
-Procuro que el lector piense que es así. Me interesa la Literatura que forma parte de la vida y que finge ser un trozo de ella pero todo eso exige elaboración. Muchas veces están más separadas la ficción de la vida de lo que parece.

-¿Qué se pierden los que no leen?
-Un sistema muy probado y muy rico para hacer más intensa su vida.

-Pese a cierto escepticismo, no es pesimista.
-Tengo mucha prevención contra los profesionales del desencanto, de la rebeldía. El malditismo, ni te digo; me parece de mal gusto. Hay devotos de suicidas. ‘Oh, los poetas suicidas; oh, los cantantes suicidas...'. Aunque no creo en la justicia poética, sí que pienso que, desde el punto de vista del éxito, al final la tradición termina por encajar a la gente de mucha valía donde le toca. Lo que sí que es cierto es que hay mucha gente interesante que se queda por el camino, pero es porque no se puede recordar todo.



-¿En verano trabaja más o también tiene que escuchar eso de que usted está siempre en ‘modo verano'?
-(Risas) Tengo amigos que creen que trabajar en casa es vivir en el mejor de los mundos posibles, pero la verdad es que nunca se deja de escribir, ni lo que uno tiene entre manos, en este caso mi segunda novela... Yo nunca estoy en modo verano.

-¿Recuerdo que una vez dijo que no tiene libros veraniegos porque el que se guarda libros para el verano no lee en invierno?
-Por supuesto. Puede ocurrir que un libro, porque no te apetece, porque es muy largo, prefieras reservarlo para el verano, pero yo por sistema no tengo libros veraniegos.

-¿Y aforismos estivales?
-Cada vez menos porque cada vez se me aparecen menos. En Facebook, por ejemplo, estoy muy vago. Estoy muy aburrido del instrumento. Trabajar para Facebook, me aburre y como no tengo ninguna novedad, ninguna cosa que añadir, nada que publicitar, cada vez me interesa menos. De hecho, de un tiempo a esta parte todo lo que veo es hojarasca. No es que antes no fuera así, pero ahora se me hacen más patentes las cosas insustanciales.

-Y no está la vida como para perder el tiempo.
-Tengo una biblioteca de nueve o diez mil volúmenes que no voy a leer en mi vida. A todos los que nos gusta leer y tenemos una biblioteca no encantaría poder leerla entera, tener una vida sólo para leer libros. Aunque dedicarse solo a leer me parece muy triste. Hay otras cosas en la vida que también me gusta hacer.

-¿Usted escribe como antiguamente otros cazaban?
-Escribo como una vocación de infancia que se ha convertido en un vicio y en un oficio.

-¿Y cómo va esa segunda novela de la que hablaba?
-Estoy un poco vago. Hace cuatro meses que no la toco pero espero disciplinarme a partir de septiembre.

-¿Es un escritor a fuego lento?
-Tampoco lo creo. Cada maestrillo tiene su librillo. Hay gente que se sienta todos los días, pero yo en los poemas lo veo más complicado. Lo hago con los artículos de periódico pero con la novela, por ejemplo, necesito trabajar cuatro o cinco horas diarias. Tengo amigos que se dedican a escribir sin parar durante quince o veinte días, con el tiempo justo para dormir. Tengo otro que tiene que sudar para escribir y se va a correr antes. Cada uno tiene su método. Hay gente que sólo puede escribir delante del mar en verano. Antes necesitaba escribir en silencio y con el tiempo he llegado a escribir con mis hijos encima berreando. Escribir es un misterio.



PROUST NO PREGUNTARÍA ESTO

"El fútbol es sagrado en mi casa"

-¿Magdalena o ensaimada?
-La primera es más literaria pero la segunda me es más cercana.

-¿Chorizo o salchichón?
-Chorizo tiene demasiadas resonancias políticas... así que salchichón.

-¿Bicicleta o fútbol?
-Fútbol. El fútbol es sagrado en esta casa.

-¿Poema o verso suelto?
-Siempre poema, pero hay que recordar versos sueltos.

-¿Pasión o Razón?
-Son las dos caras de la misma moneda.

-¿Paseo o Vista?
-Paseo; soy de los que les gusta que le sucedan las cosas en marcha.

-¿Camino o Sendero?
-Me gustan más los caminos anchurosos y largos.

-¿Viaje o vehículo?
-Viaje en el vehículo que sea.

-¿Color o Gusto?
-La vista es el sentido por excelencia, o sea que color.

-¿Camisa o Polo?
Realmente soy de camiseta (risas).

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad
publicidad