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                                                                           (Foto de portada: Kike Taberner)

Juan Carlos Moragues, conseller de Hacienda y Administraciones Públicas, confía en la reforma de la financiación autonómica y en poder amortizar deuda alguna vez

VALENCIA. Este inspector de Hacienda (Gandía, 1969) que se ha hecho cargo de la atribulada Hacienda autonómica no se está acobardando ante la magnitud de la empresa que tiene ante sí. Su dilatada experiencia al servicio fiscal (ha sido administrador de la Agencia Tributaria en Castellón, Valencia, Gandia y Xátiva, inspector de aduanas del Puerto de Valencia, recaudador en Barcelona...) le permite manejar ingresos, gastos, deuda, presupuestos y financiación como si fuera un encaje de bolillos.

No es político pero responde con mano izquierda. Un técnico como los de antes, como los de siempre. Puede que también un tecnócrata, o un hombre 'de negro', si lo prefieren. En todo caso, un tipo serio, muy serio, que sabe dónde está y a qué está jugando.

-Es usted tan serio como aparenta o se pone así porque la situación financiera de la Generalitat no está para mayores alegrías?
-Bueno, cada momento es cada momento, y cuando hay que ser serio hay que serlo y ser conseller de Hacienda conlleva una gran responsabilidad. Yo soy una persona normal y accesible y quien me conoce sabe que cuando el ambiente es distendido participo de él.

-Independientemente del déficit, el hecho cierto es que la Generalitat Valenciana cada vez debe más dinero, tiene más deuda. ¿Esto es una condena bíblica o cree usted que alguna vez el contribuyente valenciano verá reducir su endeudamiento y consiguiente pago de intereses de una forma clara?
-Como he mantenido siempre, en algún momento habrá que hacer un plan de amortización de deuda. Pero mientras eso no se produzca hay que conseguir reducir los costes financieros que estamos asumiendo. Actualmente nos estamos financiando con unas condiciones bastante favorables ya que al Plan de Pago a Proveedores se le aplica un interés entre el 4,5 y 5% y al Fondo de Liquidez Autonómica, entre el 4 y el 4,5%. Nosotros estamos cómodos con estas condiciones mientra hay otras autonomías que prefieren financiarse en los mercados pagando un mayor coste financiero que nosotros. A corto plazo es necesaria esta situación por el desgaste estructural de ingresos y gastos provocada principalmente por la infrafinanciación que sufre la Comunidad Valenciana y el desplome de nuestros ingresos propios y cedidos. Sin embargo los mecanismos financieros nos están permitiendo pagar y dar liquidez a las empresas valencianas y mantener miles de puestos de trabajo.

-¿Realmente estaba convencido usted y el resto del Consell de que el Gobierno de España iba a cambiar la financiación autonómica antes de que acabara la legislatura? ¿Les cayó un jarro de agua fría encima cuando se lo aclararon?
-En primer lugar hay que decir que en la reunión de marzo del Consejo de Política Fiscal y Financiera se aprobó la creación de un grupo de trabajo que ha de enuevo. El Ministerio también ha anunciado la reforma del sistema tributario el cual está ligado a la reforma de la financiación. Todo ello contribuirá a poner los cimientos a ese nuevo modelo, del que nosotros seguimos solicitando, que se apruebe cuando se apruebe será retroactivo a 1 de enero de 2014, dado que la ley 22/2009 alude al periodo quinquenal 2009-2013 y que todos los sistemas menos uno han tenido una vigencia de 5 años.

El actual modelo de financiación es malo e injusto, y así lo reconoció públicamente el propio secretario de Estado Antonio Beteta en su visita a Valencia y lo corroboran todos los informes de los expertos y científicos que lo han estudiado diciendo que perpetúa diferencias entre las comunidades autónomas. Y también veo razonable que se reforme cuando el escenario económico sea más favorable, algo que parece que empieza a cambiar, o al menos estamos en una senda más positiva.

-En lo fundamental, como es la ruptura del statu quo. Y partir de ahí establecer un modelo justo para todos, dotado suficientemente, eficiente y claro. Con un criterio de reparto basado en la población que cubra y garantice la prestación de los servicios públicos fundamentales que competen a las comunidades autónomas en materia de sanidad, bienestar social y educación y lo haga de una forma eficiente. Que además sea un sistema con carácter de permanencia y que vigile que el gasto público que hacemos sea eficiente en materia de sanidad, educación y bienestar social. Un modelo claro y sencillo que cuente únicamente con un fondo de nivelación horizontal que equipare a las autonomías.

-Dicen que usted fue nombrado por ‘sugerencia' directa del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Díganos la verdad: ¿Cómo describiría el grado ‘real' de intervención del Gobierno en la hacienda autonómica? Y no vale decir que no existe...
-Al ministro de Hacienda lo conocí hace años y tomé un café con él en Gandía, cuando yo era el administrador de la Agencia Tributaria de mi ciudad, en el marco de una conferencia que él ofrecía. Posteriormente había coincidido con él en un par de actos, pero de ahí a que me conociera personalmente hay una gran diferencia. Nuestra Comunitat no está intervenida y lo digo con rotundidad. Tenemos total autonomía de funcionamiento y somos independientes en nuestras decisiones, ni tan siquiera se reciben sugerencias desde el Gobierno. Rendimos cuentas al Estado como lo hacen las demás autonomías, ya que formamos parte de él, igual que España forma parte de Europa.

-En esta segunda parte del año que ha comenzado el Consell debe acometer aún relevantes ajustes en el sector público empresarial, ahora situado bajo la responsabilidad de Hacienda. ¿Se cerrará ya este proceso definitivamente o quedarán ‘tareas' pendientes para el año que viene? ¿Descarta acometer más ajustes en el sector público empresarial en lo que resta de legislatura?
-La reestructuración de nuestro sector público empresarial está sirviendo de ejemplo a otras autonomías y el propio Ministerio cifra el cumplimiento del objetivo de la Comunitat en el 166% respecto a los compromisos adquiridos a 1/1/2013. Se está haciendo un gran esfuerzo que es comprensible por todos y en esta segunda parte del año se va a cerrar una fase con la incorporación de algunas medidas como la implantación de un 'cuadro de mando integral' y una gestión de la tesorería más eficiente de las empresas públicas. Haremos también una relación de puestos de trabajo existentes y tendremos un mayor control sobre los resultados de explotación y su incidencia en el déficit. Todo con el objetivo de hacer un sector público sostenible y de futuro y para velar por los intereses de la Generalitat que son los intereses de todos los valencianos. En una siguiente fase nos plantearemos nuestra presencia en otras entidades donde tenemos una participación menor y estudiaremos la conveniencia de estar o no dentro de ellas.

-Es un secreto a voces que las universidades públicas valencianas cada vez tienen mayores dificultades para mantenerse al día en sus pagos de deuda, proveedores y nóminas. ¿Cree que una reconversión del sistema universitario como han hecho otros sectores públicos ayudaría a mejorar su financiación y sostenibilidad?
-Las universidades, como toda la Administración pública tienen y tenemos un deber, que debe estar basado en prestar un buen servicio y hacerlo de forma eficaz. En este caso además ha de tener un retorno en nuestra propia sociedad, porque estamos preparando nuestro futuro, y el dinero público que invertimos en la educación lo estamos invirtiendo en la comunidad que dejaremos a nuestros hijos y nietos, pero ello no quita que estas inversiones en universidades no tengan la obligación de ser eficientes y sostenibles.

-Todas las decisiones que están tomando para salvar la SGR de la Comunitat parecen que lo son a corto plazo en tanto que es Bruselas quien tiene la última palabra y podría fácilmente tumbarlo todo como ha hecho con las ayudas a la Ciudad de la Luz. ¿Qué le parece a usted?
-Hemos de ser prudentes. Estamos a la espera de un pronunciamiento de Bruselas que es vinculante al resultado final y viabilidad de la operación. Sin embargo, en el caso de la SGR hemos llegado a un acuerdo para salvar a 9.000 empresas, en su mayoría pymes y los empleos que mantienen. Consideramos que el aval prestado no distorsiona el mercado y que se puede admitir como una ayuda compatible. El sistema financiero español ha recibido ayudas que se califican compatibles según Bruselas. Pero hay que señalar que para que esto se haya producido, hemos ajustado un plan de viabilidad a 5 años y con una vigilancia mayor en la actividad avalística que ha de retomarse de forma prudente y paulatina, limitada y acotada, con controles internos y externos y vigilancia del IVF y donde el riesgo de la Generalitat nunca superará el 50% del riesgo total de la entidad.

-El Instituto Valenciano de Finanzas tenía dos misiones, la de supervisar el sistema financiero valenciano y emitir deuda. Parece que ninguna de las dos tiene ya sentido. ¿No sería mejor liquidarlo? ¿Para qué lo queremos?
-El IVF sigue siendo un pilar importante en nuestra estructura. A diferencia del Estado, en la Conselleria de Hacienda y Administración Pública recaen cuatro pilares fundamentales para nuestra economía: presupuestos, intervención, tesorería y los instrumentos de política financiera. En éste último entra en juego el IVF y la relación que mantiene con las entidades financieras es fundamental. Además hay una cartera que se gestiona desde el IVF y desde aquí se mantiene también la relación con las agencias de calificación. Si en el menor tiempo posible queremos volver a acceder al mercado de capitales y financieros, como es nuestra intención, debemos tener un IVF sólido y solvente. De momento Fitch nos ha calificado en grado de inversión no especulativo y Standard & Poors nos ha quitado el Credit Watch.

-Como si se lo dijera a su familiar más querido: ¿'Esto' puede empeorar o de verdad ya hemos tocado techo? Se lo pregunto en términos generales o si lo prefiere solo para el ámbito que usted administra...
-Considero que 2014 será mejor que 2013 como este año es mejor que el anterior. Hay datos positivos que así lo indican pero debemos ser prudentes. Estamos trabajando en buena línea y dirección, con rigor y transparencia y caminando hacia la senda de la recuperación.

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