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¿Quiénes mandan de verdad en España? La mano invisible del amo

ÁLVARO GONZÁLEZ. 08/07/2013

Carlos Elordi publica un ensayo sobre las prácticas poco democráticas que han llevado a España a la situación en la que se encuentra 

MADRID. Ya conoce la respuesta: Los bancos y la Iglesia. Esperaba uno una lista de personajes de apellidos rimbombantes, pijazos de la Castellana y sus homólogos del resto de regiones españolas. Una relación de sus conexiones y por supuesto los actos que demostrasen que mandan en España "de verdad", o sea, en sustitución de quienes nos creemos que lo hacen, pero no. Elordi se ha trabajado un ensayito para poner de manifiesto lo que ya está en boca de todo el mundo.

Ya sabe, a estas alturas pensar que en este país el poder lo detentan unos políticos a los que se vota para que cumplan un programa elegido por los ciudadanos es un chiste para contar en un espectáculo de revista ante un público de caballeros calvos meneando despacio su copa de coñac al lado de la parienta vestida de gala.

El recorrido comienza con un emocionado recuerdo de la boda de Iñaki Urdangarin, a la que acudieron todos, incluido el lehendakari, y que escenificó lo que Elordi llama, como muchos otros, un Reino de Taifas ingobernable. ¿Y cómo llegamos a eso?

Primero, por el Rey. Muy tranquilo, según el autor, porque es consciente de que para quitarle de en medio tendría que darse un pacto como el de la Transición. Es decir, por lo menos el del poder económico con una nueva alternativa política que ni está ni se la espera. Por este motivo tal vez lleva una vida mitad de jubilado feliz, mitad licenciosa y nunca pierde la sonrisa.

Elordi insiste en que si el rey reinó fue principalmente porque Franco así lo quiso, como todo el mundo sabe. Ya que el principal objetivo del dictador cuando veía de cerca la muerte era que su régimen, no el franquismo como tal, sino su estructura de poder, se mantuviera intacta. Luego, del 23F, suceso del que nadie ha podido probar nada (en contra del monarca sólo hay conjeturas y silencio de los protagonistas). De modo que su correcta actuación aquel día apuntaló, paradójicamente, la continuidad del poder establecido con Franco. Y si Juan Carlos fue el elegido para esta misión, era porque estaba dispuesto "a todo" con tal de llegar a ser Rey, uno de esos detalles que nunca se le escapaban al Caudillo, que tonto no era. No en vano, Juan Carlos tuvo que "tragar mucho", como confesó con posterioridad la Reina, cita Elordi.

Ahora, no obstante, en tiempos en los que la cosa se ha podido empezar a tambalear un poquito, Elordi señala ciertos momentos clave: sendas visitas a Zarzuela en las que lo más granado de los empresarios han acudido en apoyo del régimen. Fueron dos y en una de ellas se le entregó al Rey un documento con las medidas que necesitaba ‘la marca España' para salir del hoyo. Un recetario neoliberal, con metida de mano a las comunidades incluida, que con la llegada de Rajoy a La Moncloa ya se está aplicando.

El poder en la sombra de estos empresarios, que ya ni se molestan en llevar sus propuestas al Congreso, nadie lo duda. Pero Elordi deja algunas pistas por si acaso. Como cuando, según él, hubo en España antes de 2011 una importante fuga de capitales que luego volvió a su lugar de origen ya con el PP en el poder "de forma milagrosa". Aunque una prueba mucho más visible fue una anécdota que revela, cuando Mariano Rajoy le dijo al presidente del BBVA eso de "Por favor, Paco, no me hagas esto".

UEl autor, Carlos Elordina servidumbre no exclusiva de la derecha, ya que su antecesor en el cargo, Rodríguez Zapatero, tenía a Botín como "consejero áulico". Y esto, dice Elordi, con Franco no pasaba. A su juicio, en ningún país del mundo tienen tanto poder los bancos como en éste. Nuestra ley hipotecaria, explica, data de 1909 y nadie se ha atrevido a tocarla hasta ahora.

"Cuando, en un país, en el que las leyes se aplicaran en el sentido en el que fueron concebidas, el sector bancario se habría reestructurado de acuerdo con el tamaño de la economía real, se habría despedido sin contemplaciones de sus cargos a los banqueros responsables del desaguisado y los bonos y activos financieros de su propiedad se habrían destinado a tapar los agujeros".

Sin embargo, aquí tienen impunidad. Han recibido numerosas denuncias por estafa, pero los fiscales no se han movido. Lo contrario que los jueces cuando se trata de desahucios, compara. El clima de hegemonía bancaria es tal que, dice Elordi, hasta hace poco en España excistía una "moral pública" por la que estaba mal visto no pagar las deudas que se tenían con los bancos. La desnaturalización de la socialdemocracia es una de las causas.

Este proceso alcanzó su auge con Blair y su tercera vía. Un proyecto que en España tuvo su réplica con la Nueva Vía, cuando Zapatero estaba en la oposición, pero que tuvo que guardarla rápidamente en un cajón no por nada especialmente ideológico, sino a raíz de la imagen que dio Blair con las armas de destrucción masiva de Irak en aquella campaña pornográfica. De todos modos, ZP tampoco se apartó mucho de la línea en lo sustancial.

Esta nueva izquierda defendía que el Estado no podía seguir siendo el principal actor de las políticas sociales y no debía interferir en los mercados, especialmente los financieros. Tenía que ser delgadito.

El problema era que la izquierda ya no podía ganar elecciones si no era bajando impuestos, de modo que todos, con Schröder en cabeza, siguieron los postulados de las ‘terceras vías'. El nuestro, ZP, dijo aquello de que "bajar los impuestos es de izquierdas". El objetivo de estos líderes era: "caer bien a la gente, a las grandes masas de ciudadanos que se estaban yendo a la derecha, porque querían ser clase media y vivir como los ricos, o cuando menos, adquirir las apariencias -acciones, casas, coches, viajes, ropa- que les permitieran creérselo". No había otra forma de competir con los partidos conservadores que no fuera con políticas conservadoras, pero con una gran sonrisa y brillo inmaculado en la conciencia.

Aunque ya antes, en España, Felipe González se tuvo que entender a la fuerza con los banqueros que habían sido "pilares del franquismo" y luego "núcleo duro del rey". Tuvo que convencerles de que no llegaba para nacionalizar la banca, sino "racionalizar un sistema económico que hacía aguas por todas partes". Y a modo de tributo, llegó la nacionalización de Rumasa, que por un lado crecía merced a agujeros financieros que amenazaban la economía general y, por otro, fue un conglomerado nunca bien visto por la aludida gran banca. Lo mismo que años después ocurrió con Mario Conde. "Sus desmanes amenazaban la estabilidad de la economía", pero también se eliminó a "un rival incontrolado" del núcleo duro. Mimos que llegaron hasta al proceso de integración en la UE:

"El Gobierno socialista hizo comprender a los banqueros españoles que no tenían más remedio que adaptarse a esa eventualidad que ellos habían rechazado desde siempre, pero también contribuyó a que esa competencia no fuera todo lo virulenta que podía haber sido".

Luego llegaron las privatizaciones de Aznar. Más de veinticinco empresas, "todas ellas rentables en el momento de su venta, algunas muy rentables"; todas para ellos y La Caixa. Y el rival que quedaba, los bancos públicos del franquismo agrupados en Argentaria, lo mismo. Ñam, ñam. Es decir, el Estado perdió todas sus herramientas para intervenir en el mercado financiero.

Además, muchas de las citadas empresas cayeron en manos de amigos de la infancia del presidente, que las utilizaron para sus fines partidistas. ‘Mandaron' en España por genuina designación digital. Sin haber invertido un duro en ellas. Y sirvieron para operaciones de gran éxito, como la de Terra, sin más fin que servir a intereses políticos del momento. Para mandar.

También Zapatero mantuvo esa línea. Y en ciertos tejemanejes, su ministro Solbes, tras lograr que Endesa pasara a la italiana Enel, se fue para allá de consejero cuando dejó el Gobierno. Buenas prácticas.

Además, luego Solbes diría perlas en 2007 como "no veo para nada afectado el sector de la construcción". La alternativa a Rubalcaba, Carme Chacón, ministra de Vivienda, "nuestro sector inmobiliario es uno de los mejores del mundo, vivimos un aterrizaje o ajuste suave". El presidente: "La banca española está en la Champions League" en 2008 en Wall Street... Elordi cita que desde 2006 el Gobierno sabía que la mayor parte de las entidades financieras estaban amenazadas con la que se estaba gestando. Pero Zapatero tenía que salir en 2008. Llevaba cuatro años de campaña electoral. Y los bancos también querían que nadie contase la verdad.

"La imagen de Emilio Botín en los jardines de la Moncloa acudiendo a a una de las muchas reuniones que en aquellos tiempos tuvo con el presidente socialista, con la chaqueta desabrochada, luciendo sus tirantes rojos y con una sonrisa de satisfacción que no le cabía en la boca, puede ser el retrato de quien mandaba en España en aquellos momentos".

La conclusión es que siguen mandando en España los compañeros de viaje del Generalísimo. La pena es que el libro sea un ensayo que se lee en una tarde. Un análisis, como decíamos al principio, con apellidos, operaciones y patrimonios, podría servir hasta de libro blanco para esa alternativa política que, declaró Elordi en la Ser recientemente, aún no se ha ni gestado.

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2 comentarios

marc escribió
11/07/2013 19:29

y, de esta manera, se encubre a aquellos que realmente están manejando el país: fondos de inversión extranjeros, masonería, medios de comunicación controlados por partidos politicos. Señores de ValenciaPlaza: quiénes controlan a Vds? Lo de los bancos y la iglesia no se lo cree nadie. Dígannos la verdad.

German escribió
09/07/2013 14:45

Menudo cacao mental tiene este hombre. Espera, anda, que voy a analizar con detalle si en realidad Homero Simpson tiene mucho que ver en esto.

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