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El FROB no es sólo para las cajas

SANTIAGO CARBÓ VALVERDE. 09/03/2010


Las probables vicisitudes del sistema financiero español durante 2010 son el objeto del artículo del profesor Joaquín Maudos, que es certero en señalar los principales problemas y retos. La caída esperada de beneficios para 2010 parece ser importante ya que varias fuerzas confluyen en esa dirección: (i) la reducción de ingresos y márgenes por la reducción de la actividad rentable (fundamentalmente crédito), por el contexto de bajos tipos de interés y por las revisiones (a la baja) de buena parte de los tipos de la cartera de préstamos; (ii) el deterioro de los activos y el aumento de la morosidad también afectan negativamente de un modo significativo a la cuenta de resultados; (iii) la insuficiencia de otros ingresos por comisiones y atípicos, en un año en el que la demanda de servicios financieros aún seguirá débil y los mercados de capitales muestran un comportamiento volátil, que probablemente no permitirán las ganancias de 2009.

En 2010, se materializan de algún modo las consecuencias de los principales problemas a los que se ha enfrentado el sistema financiero español en los últimos años. Una evidente sobrecapacidad en su oferta (que requiere un "adelgazamiento" en materia de oficinas pero también probablemente de recursos humanos), una desproporcionada exposición al riesgo del mercado inmobiliario español, una excesiva dependencia del ahorro externo (que ahora hay que renovar en condiciones más complicadas), un impacto muy negativo de la recesión de la economía española y una probablemente insuficiente capacidad para generar los recursos propios suficientes durante esta época de crisis para hacer poder hacer frente a las crecientes exigencias de solvencia que la mayor vulnerabilidad del sistema financiero requiere ahora mismo y la futura regulación puede requerir a partir de 2010.

No es un panorama nada fácil en un contexto en el que la recesión está durando más que en otro países, el aumento del desempleo ha sido muy acentuado y crecerá aún algo más en 2010 y, además, la recuperación que podría empezar a atisbarse en este año no parece que vaya a tener la fortaleza suficiente -al menos hasta 2011- como para compensar algunas de las fuerzas que deterioran la actividad y los resultados del sector bancario.

Todo ello, en un contexto en el que la crisis financiera y de la economía general se retroalimentan: la débil economía hace más frágil al sistema financiero que, con una cartera de préstamos con creciente morosidad, tiene grandes dificultades para volver a hacer crecer el crédito y además se encuentra con una demanda de crédito débil por la propia situación económica y el gran endeudamiento de todos los agentes. Sin este crecimiento del crédito, se hace mucho más difícil la recuperación de la actividad económica y empresarial. Y así vuelta a empezar.

Como bien apunta el profesor Maudos, la herramienta creada por el Gobierno para favorecer el ajuste del sector bancario, y en concreto su reestructuración, el FROB, hasta ahora prácticamente ha dado escasos resultados. Ello no quiere decir que en los próximos meses sea imposible observar una aceleración de los procesos de fusiones e integración, que puedan acudir a hacer el uso del FROB, pero para ello tan importante es una mayor diligencia de los administradores de las instituciones como que no aparezcan trabas de tipo político que entorpezcan los procesos de integración que sea necesarios y convenientes. Los desacuerdos políticos han sido los factores que más trabas han puesto hasta ahora a las fusiones e integraciones (a través de los denominados SIP o fusiones frías) de cajas.

Es necesario evitar que el conflicto político pueda tener primacía sobre algo tan importante como la estabilidad financiera de nuestro país. Por tanto, con voluntad y diligencia, hay aún tiempo para poder acometer las fusiones e integraciones que sean necesarias antes del verano. En todo caso, como hemos podido observar de la evolución de la morosidad y resultados en 2009, los problemas del sistema financiero español no se circunscriben a las cajas, sino que la banca privada presenta también una creciente vulnerabilidad, por lo que el FROB podría también ser una herramienta útil para los bancos que lo necesiten. Es importante acometer estas reestructuraciones cuanto antes para que el sistema financiero español pueda mantener una buena salud y pueda volver a hacer fluir el crédito en la economía con prontitud.

(Santiago Carbó es catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y asesor de la Reserva Federal de EE UU)

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