VALENCIA. Ha pasado un año desde que el presidente de Mercadona, Juan Roig, consolaba a un abatido Fernando Roig, su hermano, sobre el cesped del Madrigal, el campo de fútbol del Villarreal CF.
El submarino amarillo había descendido a segunda división y sobre su futuro se cernían importantes nubarrones económicos fruto de las deudas acumuladas y la mayor dificultad de conseguir ingresos en la Segunda División del fútbol español.
Este fin de semana, la imagen de Fernando Roig era completamente distinta. Lejos de aquella tristeza, el dueño del Villarreal y de Pamesa Cerámica, exultante, se deba baños de cava y de multitudes entre los aficionados del club amarillo después de haber certificado su regreso a la Primera División.
Solo un año en el infierno, rememorando el lema que acuñó con éxito el Atlético de Madrid cuando bajó. Lo curioso es que el club colchonero tardó más de una año en regresar a la élite del balompié español.
También tardaron más de lo previsto otros históricos como el Sevilla o Betis. Solo el Deportivo de La Coruña (y el Valencia, claro) hizo como el Villarreal y recuperó en un año la categoría. Ahora deberá, por cierto, volver a intentarlo.
Sin embargo, el descenso del Villarreal no es solo una historia deportiva. El gol de Falcao, precisamente del Atlético de Madrid, en el Madrigal, y el de Tamudo en el Rayo contra el Granada, marcaron aquella tarde de transistores que tuvo como consecuencia... un cambio accionarial en Mercadona.
La historia es conocida. Fernando Roig, tras certificarse el descenso convocó una rueda de prensa para garantizar la continuidad del club y reafirmar su apuesta económica por devolver a la primera línea del fútbol español al submarino amarillo.
Pero el dinero no crece en los árboles y para poder tener los fondos necesarios con los que sanear el Villarreal, Fernando Roig tuvo que vender parte de su participación en la cadena de supermercados que preside y es máximo accionista su hermano Juan. Del 11,4% que tenía, Fernando Roig vendió el 2,4%, que compró la propia Mercadona para autocartera.
Entonces no trascendió el precio de aquella operación. De hecho, saber el precio al que se vendió esa participación era uno de los secretos más buscados, pues implicaba conocer la valoración total del Mercadona, una empresa que, al no cotizar en bolsa, no se sabe cuánto vale en el mercado.
Hace unos meses se desveló finalmente que la venta se hizo por 71,6 millones de euros. Pero además, Mercadona también concedió un préstamo de 250 millones a Fernando Roig para sanear tanto el Villarreal como Pamesa Cerámica, ya que la azulejera había avalado una ampliación de capital del club de fútbol por 138 millones de euros.
El Villarreal vuelve a primera después de un año en el que ha acabado segundo, por detrás del Elche, el otro equipo valenciano que vuelve a primera división. Para hacerse una idea de la magnitud del esfuerzo inversor de Roig, el Villarreal tenía el presupuesto más elevado de Segunda, suficientemente alto como para estar en Primera, 48 millones de euros. El Elche, 6,9 millones.
Ahora que el club castellonense vuelve a Primera División pero los tiempos han cambiado mucho. Lejos de los 76 millones de presupuesto que alcanzó en la temporada 10-11, la austeridad se ha impuesto en los clubes de la clase media. Otra cosa es que Roig sitúe el listón de nuevo en el escenario europeo.
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