X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
rutas urbanas

Los imprescindibles de Malasaña

ALEJANDRO RODRÍGUEZ / MADRID PLAZA. 08/06/2013

                                       (Imagen de la bloguera madrileña Olinda. Foto de Cova)
Un puñado de locales hacen vibrar cada semana al barrio más hipster de Madrid. Les ponemos nombre (y apellido) para que nadie se pierda por los alrededores del 2 de Mayo

MADRID. En pleno barrio de Malasaña hay un pedacito de Brooklyn. Un techo, para más señas. También hay una pared que lleva el sello de Mauro Entrialgo, dibujante de El Jueves. Un mural enorme, por cierto. Y a nada, a cuatro calles, también hay un suelo. Un suelo normal, este sí, sobre el que pasan cantantes, humoristas y camareros sirviendo tés, tartas y cócteles. Estos tres elementos se encuentran ubicados en el Madklyn, el Tupperware y el Picnic, respectivamente, y todos ellos deben su existencia al apellido Del Amo y a los cinco hermanos que los han puesto en marcha.

Blanca del Amo, la jefa | A. R.

Blanca del Amo, de la cosecha del 71, es la encargada de contar la historia que hay detrás de cada uno de estos negocios familiares. El primero de todos, el Tupperware (Corredera Alta de San Pablo, 26), lleva ya más de veinte años animando la noche madrileña. No hay fin de semana que no se convierta en un hervidero de gente atraída por sus copas a precios asequibles, su buena música y su mejor ambiente. Salvo los días que coincide con algún festival como el Primavera Sound, en los que se nota la ausencia de fieles.

Probablemente nadie habría imaginado que el Tupper tendría tanto recorrido cuando abrió sus puertas. "El Tupper nace de una necesidad, de una crisis económica en mi familia", explica Blanca. La situación en casa no era muy boyante y había que encontrar una salida. "¡Un bar no!", decían sus padres. Pero al final fue la solución a un problema económico 'privado' en mitad de una crisis generalizada en la España de los 90.

Al éxito del Tupper contribuyó, desgraciadamente, el cierre de un local mítico en la zona, el Agapo, por el que Blanca profesa una admiración absoluta. "Yo en Malasaña empiezo a moverme muy jovencita". Los años de mayor intensidad de la Movida ya habían terminado y los primeros recuerdos de Blanca llegan junto al recambio generacional de la época. "A finales de los 80 empiezo a salir", explica, "y los primeros sitios que piso son el Agapo y la Vía Láctea". "Los dos bares más maravillosos —y, por supuesto, después el Tupperware— hasta que el Agapo cerró justo cuando abrimos el nuestro, que pilló un filón en el barrio".

El Tupper ha cambiado mucho a lo largo de todos estos años, pero su espíritu se ha mantenido intacto. Quien no tenga el gusto de conocerlo, deberá saber que no es un bar cualquiera. Su fachada, pintada de arriba abajo, es una obra de arte inconfundible, pero su interior lo es todavía más. "El Tupper es como un pequeño museíto". "Nos han traído cosas, mi hermana Eva buscaba objetos por los rastros del mundo entero...", relata Blanca. Y luego está el mural, pintado por Mauro Entrialgo sobre madera y aislado de la pared para conservarlo en buen estado. "Es un sitio llamativo. Y si lo es ahora, imagínate antes. La gente entraba y flipaba con la estética pop. Gente del mundo entero".

Esta decoración les ha llevado a aparecer como bar destacado en guías como la Lonely Planet, donde salían "la Puerta de Alcalá, el Retiro y el Tupperware". Para Blanca esto ha sido parte de su filosofía: "Abrir un bar y abrirlo tal cual a mí me parece un poco franquicia y es una idea que no me gusta". "Tienen que tener su vida", reflexiona la hostelera. "¿Por qué acabas poniendo algo? Pues por alguna experiencia que has tenido en el bar". Por eso el Madklyn, el benjamín del grupo, "está todavía por acabar". "Pero es que tiene que vivir". 

El Madklyn (San Andrés, 12) está situado en una calle paralela al Tupper y no llega al año de vida (cumple su primer aniversario el próximo mes de septiembre). "Cada vez que hay crisis abrimos un bar", bromea Blanca. Debe su nombre a las ciudades de Madrid y Brooklyn, que es donde reside ahora Carlos (del Amo) junto a su chica, Lua. Las experiencias que ambos están viviendo en Estados Unidos (donde han formado la banda Gold Lake) sirvieron de inspiración a la hora de crear este local con techo de bar antiguo de Brooklyn, suelo de madera que imita el paseo de Coney Island y frontales originales de pantallas de pinball que cuelgan de las paredes. Es "un garito en toda regla", con estética de bar musical por encima de todo "y con una selección de DJs muy buena".

En la parte trasera del Madklyn hay, además, un piano antiguo, en "una zona muy luminosa con bombillas muy de Broadway". Y es que todos los jueves hay sesión de música en directo, de seis a ocho de la tarde. "Mientras estás con el ordenador tomando lo que sea hay un tío tocando el piano". Esta mayor apertura de horario, que incluye fines de semana de tapeo a partir de la una, es su principal diferencia con respecto al Tupper y también uno de sus mayores atractivos. De vez en cuando Blanca anuncia a través de su perfil en Facebook la que será la tapa que darán con la caña esa semana (gratis, como Madrid manda) y la gente comenta. A veces es ella la que pregunta "¿Qué queréis de tapa?". "Y pregunto porque la voy a hacer yo", continúa ella, "pensando en amigos que me digan ‘mira, Blanca, te repites mucho con las alubias'." "Ahora toca hacer gazpachitos y cosas de estas", se dice a sí misma.

Con estos horarios era de esperar que Blanca no saliese del bar en todo el fin de semana. Su hermana Cristina se encarga de echarle un cable. Se alejó del mundo nocturno cuando llegaron sus hijos (con David Krahe, guitarrista de Los Coronas), pero los niños crecieron y ya lleva un tiempo trabajando por las tardes. Y así, llegados a este punto, ya solo queda mencionar a Sonia, la que falta del clan Del Amo, que es quien se hace cargo del Tupper.

Ya está hecho el recuento de hermanos, pero entre que salían unos y otros, Blanca iba haciendo repaso de otras cuestiones. Cuenta que nació en la zona del Retiro, donde vive actualmente, pero la mayor parte de su juventud la pasó en Malasaña: "He vivido en la calle Escorial, en la de la Vía Láctea, en la Corredera Baja, en Madera, en la que está detrás de la plaza del 2 de Mayo...". Ahora echa de menos el ambiente del barrio y amenaza con volver, aunque su chico no acaba de verlo del todo claro.

Ella dice que Malasaña es un pueblo. "Es una población en el corazón de Madrid y muchos somos muy amigos". "El mundo nocturno lo voy a defender siempre porque, a pesar de lo que mucha gente opina, es bastante más verdadero que el mundo diurno". "Mucho menos competitivo, mucho más de verdad". Malasaña, dice, no sólo es un barrio divertido para salir (que lo es y con una oferta muy diferente y curiosa), sino que también es un punto de encuentro para muchísimas cosas: artistas, cultura, anécdotas...

Allí fue donde Blanca desarrolló parte de su otra gran pasión: la fotografía. Porque la jefa del Madklyn, antes de serlo, ya era conocida en toda Malasaña por sus retratos en la planta de arriba del Tupperware, donde desplegaba su set de fotografía para captar las caras de sus amigos y vecinos. De aquella idea surgió un libro, 'Malasaña volumen 1', que fue uno de los primeros proyectos en salir adelante en España gracias al crowdfunding o 'micro mecenazgo'. "Conseguimos más de lo que necesitábamos. Tuvo mucha repercusión en los medios y todavía hay gente que me pregunta por el libro".

"Estamos justo ahora planeando hacer una exposición para dentro de un año con todos los retratos de Malasaña". "Vamos a hacer una recopilación de las fotos que se publicaron, de algunas que no se publicaron, de nuevas que estoy haciendo y algunas más que quiero hacer". "La idea es aglomerarlo todo, acompañarlo con conciertos de músicos retratados, entrevistas con los personajes del barrio y que haya un espacio donde se pueda ver una representación de aquello a lo que se dedica cada uno de ellos: una viñeta de Mauro Entrialgo, un cuadro de Cubo... Es una época difícil porque no hay ni un duro, pero creo que es el momento de hacer esta exposición". "Hay mucha gente que se implica, estoy alucinada".

Blanca del Amo, la retratista, retratada | A. R.

Malasaña según Blanca

Del Amo acepta someterse a un control de 'malasañeo' y procede a elaborar un plan para pasar un día entero sin salir del barrio pasando de un local a otro. Su recorrido empieza en "cualquier terraza del 2 de Mayo". Allí hay algunos bares "de los que ya no quedan", como el Camacho, por ejemplo, que todavía se mantiene. O el 2D, que es "un clásico de la plaza, un bar que lleva 30 años en Velarde con San Andrés en el que tomar una buena caña".

En la zona ahora hay un poco más de todo. Sitios solo de gintonics, locales donde leer libros mientras se bebe un vino... Lo que antes eran simples "bares de viejecillos". "En la calle Pez no había nada y ahora aquello está lleno de garitos". "En la Corredera Baja, hacia el Teatro Lara, había prostitutas, chulos y yonkis. Ahora caminas por estas calles y te encuentras con lugares que se han transformado en hamburgueserías de lujo". "Yo para comer soy más de la vieja escuela, me gustan los menús de toda la vida". "Aunque también me han llevado a sitios de hamburguesas y están que te cagas". "Hay un sitio tradicional, que se llama Casa Fidel, que no está mal". "Lo cogió gente nueva hace cuatro o cinco años pero mantienen el rollo y lo llevan muy bien". "Es un sitio que siempre ha sido emblemático, conservan la fachada y todo".

"Para la tarde recomiendo el Picnic (Minas, 1) porque tienen una buena carta de tés y de cócteles y se lo curran mucho". Qué va a decir ella. El Picnic es el tercer pilar de la familia Del Amo, el del medio, y lo lleva su hermana Eva desde hace cinco años. Sin embargo, a pesar del afecto personal existente, es un lugar que vale la pena, y mucho. Con actividades locas, conciertos gratuitos, monólogos en directo, exposiciones atrevidas y una decoración sorprendente (marca de la casa), el Picnic es, efectivamente, otro lugar imprescindible en el barrio. Uno no se puede marchar sin probar alguna de las tartas de este sitio.

Y ya para terminar, "para la noche recomiendo el Vía Láctea, el Madklyn y  el Tupperware". Barriendo para casa. "Me gusta el espíritu de Malasaña de antes". "Está La vaca austera, que ha pasado por estilos diferentes, el Groovie, que también está divertido...". "La nueva ola de bares de diseño a veces tienen mucho de escaparate y les falta un poco de alma. Hay un sentido demasiado comercial y poco espíritu de bar. Un exceso de modernismo que a veces está muy bien encajado y a veces hace que todo sea un bar más". Y los bares no son eso. "Los bares son la gente que los lleva y la gente que los habita", concluye. Y no se lo vamos a negar.

Comparte esta noticia

4 comentarios

Monito escribió
10/06/2013 17:30

Yo soy más de Lolina, un sitio vintage con la mejor tarta de zanahoria del mundo, en Espíritu Santo.

Rbn escribió
10/06/2013 15:05

Yo, que soy alicantino, pero vivo en Madrid, me parece un artículo estupendo. ¡Y no conocía en absoluto estos sitios! :) Habrá que darse una vuelta por Malasaña.

N. de la Redacción escribió
08/06/2013 09:53

Existen varios motivos, Alex. Primero, porque tenemos un número relevante de lectores madrileños. Segundo, porque además de un medio local, nuetro carcter digital nos onvierte también en medio global, o sea, que nos pueden leer de aualquier prte del mundo, con lo cual no tenemos por qué ceñirnos exclusivamente a cuestiones locales. También pensamos que a los jovenes lectores de Valencia les pueden interesar informaciones de su interés relativas a Madrid, con quien, por otra parte, nos une el veloz y moderno tren de alta velocidad. Te puedes ir de cañas y volver en el día, suponiendo que tengamos pelas y ganas. En fin, ¿por qué no hacerlo? A quien no le guste siempre le quedará la opción de no leerlo y pasar a otra cosa. En todo caso, Alex, gracias por tu interés

Alex escribió
08/06/2013 08:57

Por qué en un medio sobre Valencia, se habla sobre Madrid? No tenemos bastante ya con la prensa meseteña nacional?

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad
publicidad