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VALENCIA (VP). El Instituto Tecnológico del Plástico, Aimplas, insta a las autoridades a un mayor control de los productos de empresas que fabrican en países en los que no se cumplen las normas de calidad y sanitarias exigidas en Europa. Aimplas ha denunciado ante la Conselleria de Industria que el 20% de los productos de plástico que se venden en las ‘tiendas de chinos' incumple la normativa en materia sanitaria.

 ¿Cuál es el balance de la situación actual del sector del plástico desde la perspectiva de las propias empresas?

Podríamos hablar de moderado optimismo. La confianza se va recuperando poco a poco, aunque prevemos una ligera corrección en el segundo semestre del año. En el primer semestre del año, un 16% de las 350 empresas con las que trabajamos en el Observatorio de Mercado afirmaba que había mejorado su situación. Para el segundo semestre, este porcentaje se reduce hasta el 13% porque no acaban de consolidarse los cambios esperados, tanto en lo que respecta a los problemas coyunturales como a los problemas estructurales que arrastra el sector. Entre los coyunturales, nos afecta, como a los demás, la debilidad de la demanda interna y la falta de liquidez, que dificulta el acceso a préstamos. Entre los estructurales están los derivados del tamaño. La empresa valenciana es muy pequeña (el 90% tiene menos de 50 trabajadores). La concentración sería una de las grandes soluciones a llevar a cabo, pero, verdaderamente, no vemos movimientos en este sentido. Eso conlleva otros riesgos, como la falta de internacionalización del sector. A falta de demanda nacional, la exterior habría sido una buena salida, pero estamos muy por detrás respecto a otros sectores productivos. A todo ello se suman otros problemas más puntuales, como el debate abierto sobre la conveniencia de eliminar las bolsas de plástico, que creemos que es más político -Aimplas está trabajando en el desarrollo de bolsas de plástico reutilizables y biodegradables-. Todo ello se traduce en una incertidumbre general, si bien no es tan acusada como hace un año. Lo cierto es que las empresas que afirman que su situación está empeorando han pasado del 31% al 19%, lo que invita a un moderado optimismo.

¿La empresa valenciana está haciendo sus deberes para superar con éxito la crisis?

El perfil de la empresa no ha cambiado sustancialmente en los últimos años. Uno de los caminos sería crear agrupaciones industriales que redunden en mayor tamaño, estructura y competitividad. Esta línea es posible y deseable. ¿Qué falla? En este momento, entre otros factores, afecta la falta de liquidez y apoyo financiero externo. A lo mejor cuando se abra el mercado crediticio, empieza a ser posible este tipo de agrupaciones. Para lograrlo habría que superar también el individualismo que se detecta entre los empresarios. Además, en la mayoría de los casos somos empresas proveedoras de otros fabricantes, lo que hace que seamos muy cautivas. Si el fabricante se va, desaparecen también los proveedores y la industria auxiliar. Además, las firmas no tienen producto propio y la capacidad para innovar se ve limitada.

Una de las ventajas del sector del plástico valenciano es su diversificación. Si en España el 41% del sector está ligado al envase y embalaje, en la Comunidad Valenciana es sólo el 20%. No obstante, es cierto que los sectores de construcción y automoción, muy afectados por la crisis económica, suman en torno al 40%. Creemos que, cuando la situación económica mejora, el sector regional estará mucho mejor posicionado, por su diversificación.

¿Está preparada la empresa valenciana para competir a nivel internacional?

La Comunidad Valenciana acoge a unas 1.000 de las 5.000 compañías del sector del plástico en España y cuenta con unos 18.000 trabajadores. Aimplas cuenta con 425 socios, de los que unos 230 son la de la región. Tenemos aún una gran capacidad de crecimiento. Cuando se trata de proyectos estratégicos, la compañía prefiere ir sola, pero hay cada vez más proyectos en colaboración entre firmas. Suelen ser actuaciones de mayor alcance, con más porcentaje de ayuda pública, y resultados a dos o tres años. No sólo se implica a varias empresas, sino también a otros centros tecnológicos, universidades y organismos públicos. A este nivel se actúa formando consorcios. En esta línea, la cooperación a nivel internacional es cada vez mayor, aprovechando las ayudas públicas. Actualmente estamos presentes en una veintena de consorcios con empresas de la Unión Europea. En estos momentos, somos uno de los centros tecnológicos españoles con más retornos de fondos de la Unión Europea. También estamos consolidando esta vía con empresas del norte de África (sobre todo, Túnez y Marruecos) y en Latinoamérica hemos emprendido proyectos puntuales en Argentina, Chile y Colombia. Queremos seguir consolidando también nuestra presencia en el mercado nacional, donde aún queda mucho por trabajar. Lo importante en todos los casos es que se trate de proyectos con componente industrial o empresarial, porque toda nuestra investigación es aplicada. Nos focalizamos en los resultados.

¿Cómo se está afrontando la competencia de productos de otros mercados?

Nos vemos afectados por la competencia de países terceros, sobre todo, China, con costes de producción más bajos y sin las exigencias regulatorias estrictas que nosotros debemos cumplir. Hemos denunciado ante la Conselleria de Industria que un 20% de los productos de plástico que venden en tiendas de chinos no cumplen las reglamentaciones técnico-sanitarias obligatorias para el fabricante español y suponen un riesgo para la salud. No se está jugando con las mismas reglas de juego. Los responsables de controlar estos aspectos deberían hacerlo. Es necesario que todos cumplamos con las normativas vigentes y las reglas de juego sean las mismas, no sólo por motivos económicos, sino también de salud.

En este contexto, ¿cómo está siendo el ejercicio 2010 para Aimplas?

Aimplas celebra en 2010 veinte años en los que hemos animado y seguimos animando y apoyando a las compañías del sector para que innoven y logren configurar una cartera de productos propios competitiva, que marque la diferencia y que conviva con la tradicional. Es un proceso lento, con resultados a medio plazo, pero ya estamos viendo movimientos en este sentido. El número de consultas, proyectos y ensayos presentados a Aimplas ha ido creciendo considerablemente. En 2009 se registró un incremento del 15% sobre el año anterior y para este ejercicio el avance rondará el 33%. La percepción es que la criba que ha sufrido el sector en los últimos meses por la crisis se está acabando y las compañías que han quedado buscan nuevos enfoques y estrategias.