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VALENCIA. Las dos plazas más importantes en ‘propiedad' del Partido Popular en España son la Comunidad de Madrid y la Comunitat Valenciana. La suma de ambas proporcionó a Mariano Rajoy algo más de tres millones de votos en las últimas elecciones generales celebradas en 2011: casi un tercio de los 10,8 totales que recibió el candidato ‘popular' para auparse a La Moncloa. En el cómputo global, solo Andalucía, con mayor población, superó a estas dos regiones en volumen total de sufragios rozando los dos millones de votos, si bien está gobernada por el PSOE en pacto con Izquierda Unida.

Estos dos pilares -o más bien muros de carga- son fundamentales para el Gobierno de Mariano Rajoy. Y ambos, con un buen número de similitudes, se encuentran en horas bajas.

El País publicó este jueves un sondeo encargado a Metroscopia (600 entrevistas telefónicas y un margen de error del +-4,2) en el que por primera vez en 10 años el PP perdería la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid al disminuir 16,5 puntos el apoyo recibido en las urnas y quedarse en un 35,2%, lo que implicaría una reducción de 18 diputados. El PSOE caería 6,1 puntos, quedándose en el 20% y los grandes beneficiados serían los partidos ahora más pequeños: Izquierda Unida se doblaría hasta el 19%, casi empatando a los socialistas y UPyD alcanzaría el 10,4%.

Estos sondeos van en la línea de los que han ido publicándose respecto a la Comunitat Valenciana. Los ‘populares' también perderían la mayoría absoluta, si bien el PSPV-PSOE no terminaría de capitalizar el voto de la caída del PPCV y, por otro lado, sí mejorarían Compromís, Esquerra Unida y UPyD tendría posibilidades de entrar en Les Corts.

Estas previsiones similares se apoyan en ciertas similitudes entre el PP en Madrid y Valencia que pueden ser parte de las causas por las que ambas regiones los ‘populares' están atravesando dificultades.

El desgaste de gobierno es una de ellas, aunque con ciertos matices. En general, el PP nacional está acelerando los problemas autonómicos puesto que las decisiones más duras en cuanto a recortes provienen de Moncloa. A ello hay que unir el deterioro de la propia marca del partido merced al caso Bárcenas, una circunstancia que, por cercanía, se hace más ostensible en la capital de España y, por consiguietne, en el gobierno autonómico.

En Madrid y Valencia, donde los ‘populares' llevan años gobernando, el desgaste se está haciendo más visible que en otras regiones con ejecutivos del PP recién estrenados como Extremadura o Castilla-La Mancha. Aunque en el caso del PP de Madrid son solo 10 años al frente -en Valencia son 18-, la situación de crisis económica límite que vive el país está magnifica ese proceso de desgaste.

DOS PRESIDENTES QUE NO PASARON POR LAS URNAS COMO CANDIDATOS

En ambos casos, además, se da la circunstancia de que ninguno de los actuales presidentes autonómicos fueron elegidos en las urnas. Ignacio González se puso al frente del gobierno tras la renuncia de Esperanza Aguirre en septiembre de 2012. A mediados de 2011, lo había hecho Alberto Fabra tras la dimisión de Francisco Camps, que se hallaba imputado en la causa de los trajes.

En ambos casos, el ‘tirón' de ambos primeras espadas para dar el empujón que necesita el PP para vencer las elecciones genera dudas. González, eso sí, cuenta con la presencia 'flotante' de Aguirre, que sigue ofreciendo apariciones mediáticas no exentas de polémica si bien, en un momento determinado, podría suponer un punto de apoyo para el presidente madrileño. Fabra, por su parte, está solo: no mantiene ningún lazo con su predecesor, Francisco Camps, cuya imagen pública ha quedado en parte deteriorada por las causas judiciales abiertas.

Curiosamente, ambos presidentes regionales han buscado establecer sinergias para reforzar su visibilidad y retroalimentar sus reivindicaciones. Semanas atrás, protagonizaron un acto conjunto en la capital de España en el que demandaron al unísono una reforma inmediata del sistema de financiación que, a día de hoy, perjudica a ambas comunidades, en especial a la valenciana.

No obstante, y aquí hay una gran diferencia, los apuros económicos que atraviesa Madrid no son del mismo calado que los que sufre la Generalitat de Fabra. Como muestra, un botón: Ignacio González no tuvo que acudir al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) el pasado año, pudiendo colocar deuda en los mercados. En cambio, la Comunitat Valenciana recibió en 2012 más de 3.800 millones de euros por parte del Ministerio de Hacienda.

Por otro lado, Madrid se acogió al Plan de Proveedores solicitando 1.279 millones de euros mientras que la Comunitat Valenciana requirió más de 4.000 millones de euros, siendo la región que más dinero solicitó al Gobierno central en este apartado.

Estas diferencias económicas se han acentuado con el debate sobre la flexibilización del déficit que ha solicitado la Comunitat Valenciana junto a otras autonomías. Una propuesta que no ha gustado a varios gobiernos regionales, entre ellos Madrid.

Estos ejemplos muestran que la situación económica valenciana es, a día de hoy, muchos más delicada que la madrileña. Un factor que, de cara a una eventual recuperación previa a las elecciones, puede resultar definitiva para recuperar votos perdidos o indecisos. Más aún si se suman otros factores como la tasa del paro. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) hechos públicos la semana pasada, situaron a la Comunidad de Madrid con una tasa del 20%, mientras que la Comunitat Valenciana toca ya el 29%.

GRANDES ALCALDESAS EN DIFICULTADES

Tanto en la Comunidad de Madrid como en la valenciana, resulta fundamental la aportación de las capitales para alcanzar la victoria electoral. Precisamente en estos últimos meses se ha acentuado la debilidad del PP tanto en Madrid como en Valencia.

Dos alcaldesas de renombre, Ana Botella y Rita Barberá, están atravesando dificultades. La máxima responsable municipal de Madrid no termina de gozar de la confianza del aparato orgánico del partido mientras que la primera edil de Valencia acusa el desgaste de 22 años al frente del consistorio. A ello hay que unirle las investigaciones abiertas de los casos Emarsa y Nóos, que salpican a dirigentes del equipo de Barberá o a entes vinculados al ayuntamiento como la Fundación Turismo Valencia. En uno de los últimos sondeos que manejan los socialistas valencianos, el PP perdería la mayoría absoluta en Valencia. 

VENTAJA COMÚN EN MADRID Y VALENCIA: EL PSOE NO CAPITALIZA LA CAÍDA DEL PP

Por otro lado, el PP madrileño como el valenciano tienen la ventaja común de un PSOE, como muestran los sondeos, debilitado y con serias dificultades para no perder apoyo en las urnas pese a la caída ‘popular' en ambas comunidades autónomas. De hecho, Madrid y Valencia son dos de las asignaturas pendientes para los socialistas en España: una futura recuperación del PSOE en el ámbito nacional necesitaría de una reacción de ambas federaciones que, en los últimos años, han mantenido importantes luchas orgánicas.

En cuanto al argumentario, los ‘populares' valencianos tienen a su favor la estrategia del ‘miedo al tripartito', sazonado con la amenaza a las señas de identidad. Un enunciado que siempre le ha dado buen resultado aunque, en esta ocasión, con un escenario económico y laboral apocalíptico, posee mucha menos fuerza que antaño.

Por otro lado, el PP valenciano tiene un problema de relevancia con las diversas causas judiciales abiertas, un lastre que arrastrará Fabra toda la legislatura y con el que Aguirre, en su día, supo lidiar mejor con destituciones ‘exprés' ante la aparición de informaciones o imputaciones que ponían en evidencia a miembros de su gobierno.