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El Valencia SAD, la deuda de los clubes de fútbol profesional y un candidato más a la lista de personas 'non grata'

EL BROKER ENMASCARADO. 30/09/2010 "Señoras y señores diputados, sin pretender reiterar los argumentos expuestos en el debate de la interpelación que da origen a esta moción, permítanme no obstante recordar algunos datos. La deuda total de los clubes de fútbol profesional es una bola de nieve que sigue engordando"...

VALENCIA. De esta guisa se despachaba el diputado del Bloque Nacionalista Gallego en representación del Grupo Mixto (pactada previamente con el grupo Socialista) en el Congreso de los Diputados, el señor Jorquera Casellas, el pasado 21 de septiembre. ¿El objetivo? 'Las medidas que piensa impulsar el Gobierno para favorecer la transparencia y la contención del gasto en el fútbol profesional español'.

No es el único que presiona para que los clubes de fútbol europeos en general, y los españoles en particular, acometan procesos de reestructuración de deuda y de gestión financiera acordes con los estándares empresariales al uso. La UEFA, a través de su insigne presidente Michel Platini, está forzando a las diferentes ligas profesionales europeas para que adopten sin mas dilación las pautas y practicas del 'juego limpio financiero'.

La UEFA antes de otorgar una licencia con derecho a disputar una competición europea quiere monitorizar las cuentas de los equipos de fútbol. ¿Sus objetivos? Muy sencillos: introducir una mayor disciplina y racionalidad en las finanzas de los clubes de fútbol, una disminución de la presión sobre los salarios de los jugadores y limitar la inflación en los pagos por traspasos.

Además de alentar a los clubes para competir con sus propios ingresos, fomentar la inversión para el beneficio a largo plazo de los clubes como la inversión en infraestructura (¿Nuevo Mestalla?), y en cantera (oído Llorente), proteger la viabilidad a largo plazo y la sostenibilidad del fútbol europeo, así como asegurarse de que clubes atienden sus compromisos deudores de forma oportuna. Y es este último punto el que preocupa a la UEFA (y a los aficionados del Valencia CF).

El primer control se va establecer en función de si la deuda neta del club supera el 100% de los ingresos. En estos casos, la UEFA se reserva el derecho a pedir cuanta información sea necesaria para conocer con detalle la situación financiera del club: el grado de apalancamiento, los porcentajes de ingresos necesarios para atender el servicio financiero de la deuda, la capacidad para cubrir los intereses y el principal de las deudas,...

Pues bien, el señor Jorquera no hace más que extender estas obligaciones al ámbito del deporte profesional español. Al fin y al cabo, como él mismo indica, el problema los clubes de fútbol tiene nombre y apellidos: una deuda de 3.526 millones de euros para la temporada 2008/09, de los que más de un 17% correspondía al Valencia SAD.

En el ranking que los diputados han confeccionado sobre aquellos clubes de fútbol con riesgo sistémico para la competición, aparece en primera posición nuestro Valencia CF SAD. Sí, el mismo que lidera la clasificación de esta temporada. Ironías de la vida.

De nada han servido los ingresos obtenidos por ser Campeón de Liga en dos ocasiones. Ni los de la Copa del Rey. Ni citar la Copa de la UEFA o las dos finales de Champions. En resumen, unos ingresos formidables. Añadir a los anteriores, el fijo y religioso 'canon' anual de nuestro Canal 9. Además de recalificaciones diversas y de terrenos diversos.

Por no hablar de aquellas impresionantes ventas de Gaizka Mendieta, Claudio López, Francisco Javier Farinós y tantos otros buenos jugadores. Todo ello sin contar el paso por taquilla de los insufribles aficionados 'ches' año tras año. Y, por si no fuera poco, una inyección de liquidez a través de una memorable ampliación de capital sufragada con riesgo público.

¿Dónde han ido a parar estos fabulosos ingresos?. ¿Se ha perdido por la mala gestión económica del club?. ¿Han dejado la suma de todos estos ingresos menos los costes derivados de la mala gestión un increíble déficit basado en una deuda multimillonaria?. No es de extrañar que algún diputado, al fn y al cabo representante soberano del pueblo español, lo quiera saber porque lo raro es que los aficionados y accionistas no quieran saberlo. Al final, esto se pagará de una u otra forma con dinero público (admito apuestas en Unibet).

Es evidente que la conversión de clubes en sociedades deportivas ha agravado el problema más allá de resolverlo como en un primer momento se aventuraba. El 'mal' ejemplo del Valencia SAD es recurrente en cualquier foro relacionado con las finanzas de los clubes. Los ingredientes: una deuda estratosférica, una generación de ingresos limitada, un campo de fútbol (¿nuevo?) sin acabar, ni estrenar 'sine die'. Recalificaciones concluidas y sin venta posible a corto plazo. Una situación de iliquidez manifiesta (sueldos, agua, luz,...). Más un préstamo articulado a través de una ampliación de capital respaldada con dinero público.

Si todo esto no es motivo de estudio en las escuelas de negocio más prestigiosas del mundo que venga Dios y lo vea. Pero lo más curioso de todo es que sólo hay un titular deportivo en torno al Valencia: 'Somos líderes'. Esta visión a corto plazo de gestores, accionistas y aficionados se está llevando al club por delante. Está acortando su vida a una velocidad de vértigo.

Pero, y de los poderes públicos ¿qué podemos decir?. Sí, los mismos que aprobaron un plan de saneamiento para los clubes en la década de los noventa (¡qué fracaso!). Los mismos que recalifican a la mínima señal de alarma, 'no vaya a ser...'. Esos que permiten deudas gigantescas con la Seguridad Social y con la Hacienda tributaria. Aquellos que propiciaron la amnistía fiscal de los futbolistas extranjeros a través de la Ley Beckham. ¿Son éstos los que van a salvar ahora al fútbol español?.

Yo soy más partidario de usar la Ley Concursal y que cada palo aguante su vela. Será muy doloroso. Seguro. Pero no más que quedarse sin dos cajas de ahorros y, posiblemente, un banco (¿no?).

La futura aprobación de la Ley del Deporte Profesional y el establecimiento de un órgano independiente de control presupuestario con poder sancionador, al margen del descreditado Consejo Superior de Deportes y de la propia Liga de Fútbol Profesional, deben ser la garantía de futuro de los clubes. Una especie de Comisión Nacional del Mercado de Valores de las empresas cotizadas. Sin olvidarse de la aplicación taxativa de la Ley Concursal (como ya conocen bien en algún club de fútbol isleño).

Señor Llorente, lo que no han conseguido sus accionistas y acreedores es posible que lo alcancen en breve sus señorías (en breve, antes de finalizar este año, presentarán el proyecto de Ley del Deporte). Muy a mi pesar, se esperan consecuencias civiles, penales y, sobre todo, deportivas para las malas prácticas. El Valencia SAD no puede ser, una vez más y ya van unas cuantas, ejemplo de mala gestión. Dé señales de vida y demuéstrenos que estamos en el buen camino.

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