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Emprendedores que refrescan la moda

VICENT MOLINS. 27/04/2013

La marca Siemprevivas, comandada por Adrián Salvador y Lucas Zaragosí, acapara la atención por las nuevas formas con las que se abre paso (tranquilamente) en el mundo de la moda

VALENCIA. La adolescencia es el periodo de la vida donde más se persigue al alter ego, con la vocación de un buen día poder pillarlo y fusionar a la personal real con la proyección idílica. En esa carrera estaba Adrián Salvador Candela a principios de los 2000. La habitación donde dormía, en la Plaza de España en Valencia, fue cogiendo trazas de garaje.

El adolescente diseñaba vestidos para sus amigas. Entre ellas, Paola Sol. En la habitación se gestaba una de las marcas de moda con mejores perspectivas. No imaginaban que Paola Sol se convertiría en reincidente modelo profesional y Adrián Salvador en lo más parecido al hombre del futuro.

Con 14 años, este hijo de madre arquitecta y descendiente de familia joyera, vendía joyas artesanales en un mercadillo en el antiguo cauce del río Turia. Ahora, diez años después, y tras estudiar moda y diseño industrial, vende trajes al frente de la marca de moda Siemprevivas. Sus movimientos acaparan miradas por la manera realista y un tanto diferente con la que está construyendo su empresa. Carga con los premios a joven talento y a diseñador revelación como si todavía permanecería recostado en su cama imaginando la mayoría de edad. Pero definitivamente ya ha dado caza al alter ego.

Convocar a un diseñador de moda y pedirle que no hable demasiado de moda no parece un buen inicio. Pero Adrián Salvador Candela accede, tal vez porque está acostumbrado a tratar por el camino con otras muchas cosas, como el diseño industrial y la arquitectura. A su derecha, indeleble, Lucas Zaragosí, algo así como el bruñidor del negocio.

"Hace falta una mente muy creativa y un malo de la película que le ponga los pies en el suelo", se define él. La mente creativa y el malo de la película eran vecinos. Vivían en el mismo edificio de Plaza de España, pero no se conocieron hasta hace cuatro años. De su encuentro salió Siemprevivas, dedicada a inventar trajes femeninos.

Cuando se les escucha, y en contraste con otros compañeros de gremio, sorprende los escasos conatos de victimismo de una empresa joven creada por jóvenes en un entorno complicado: "Creíamos que no nos iban a hacer ni caso, pero ha sido todo lo contrario", confiesa Adrián Salvador. Apenas le reprochan nada a su contexto, aunque, forzándoles, echan de menos inversores que no sólo apuesten por start up tecnológicas; y a representante públicos que vistan de diseñadores españoles: "A muchos se les llena la boca diciendo que apoyan la moda española, pero luego visten de Zara, que no necesita proyección", argumenta Lucas Zaragosí.

Nacimiento: Siemprevivas en Florencia

Por estructura y procedimientos, Siemprevivas tiene mucho de modelo creado a imagen y semejanza de su tiempo, adaptado a los límites. Sin tomar riesgos excesivos, pero reinventando la manera de hacer moda para ganar eficacia. De los dos miembros iniciales, y tras su primer trienio como empresa, hoy son seis trabajadores, con taller y estudio de diseño.

El bautismo simbólico se produjo en Florencia frente a 'La Primavera' de Botticelli. Año 2010. En ese baño de renacimiento, desscubrieron en la pintura una planta a ras de suelo: las siemprevivas, una especie perenne resistente a condiciones dificultosas de crecimiento, con un consumo muy limitado de agua y que crece varios años antes de empezar a florecer. Se la quedaron como marca.

Cómo funciona una joven empresa de moda

El funcionamiento de la marca está marcado por el ahorro empresarial y el crecimiento sólido antes de dar el segundo paso. "Tenemos que ser conscientes de dónde estamos", apunta Adrián Salvador. Han diversificado su actividad. Además de taller de moda son estudio de diseño. Se ocupan de su propia comunicación, de su imagen, de su diseño gráfico. Es una constante, como un tic, el recordatorio a la profesionalización de Siemprevivas como factor clave.

"Hay gente muy buena que saca una o dos colecciones, pero no consiguen tener continuidad porque les falta la imagen, profesionalizarse". Lucas Zaragosí apela a la simplicidad y a prescindir de boatos innecesarios: "No necesitamos tanto". AcasoAdrián Salvador y Lucas Saragosí sólo un mecenas que les coloque una red de seguridad con la que lanzarse al riesgo sin temer por su crisma.

La estrategia de venta pasa por tres puertas que se van abriendo de forma alterna: un par de colecciones anuales; costura de trajes a medida; y una colección de camisas (Shirt) en constante cambio. El primer diseño lo realiza Salvador con mano de artesano. Finalmente llegarán a la tienda con la máxima perfección técnica.

En su estilo predomina la voluntad por unos trajes que, como describe el naming, siempre se mantengan vivos, que tengan duración y que una mujer pueda guardar durante varias décadas. "Desde el principio nuestra pretensión era la de hacer vestidos de muy buena calidad, un producto que dure toda la vida", resumen ambos hablando ahora ya sí de moda por primera vez. Son prendas donde predomina la feminidad, el color pastel y una mezcla entre el mediterráneo y la ciudad más avanzada.

Galicia, Nueva York y el futuro

Desde la presentación de la segunda colección se ha instaurado el hábito de recibir llamadas inmediatas con propuestas que no podrán rechazar. Cuatro horas después de mostrar en abierto su segunda hornada de diseños, Adrián Salvador Candela fue requerido por la marca Peter Pilotto para trasladarse a Londres y por Adolfo Domínguez para viajar a Galicia e incorporarse en la obra de diseño de su línea joven. Eligió Galicia.

Tras la tercera colección sonó el teléfono otra vez. Una de las marcas más resonantes, J.Mendel, le ofreció al joven de la Plaza de España marcharse un semestre a la Madison Avenue de Manhattan. Dijo sí. Comprobó desde dentro cómo eran las cañerías de la gran industria. Fortaleció la conexión entre Siemprevivas y Nueva York (la primera modelo promocional de la empresa valenciana fue una estudiante china perdida en la gran manzana a la que no conocía nadie; hoy su nombre, Samantha Xu, tiene una cotización bien alta).

Y saltó a la prensa por obra y gracia de los titulares impacto, como "el valenciano que le había diseñado un traje a Michelle Obama y Anna Wintour, directora de Vogue". Bajando al matiz, su contribución radicó en formar parte del equipo de diseñadores.

A su vuelta de Nueva York, el pasado febrero, Siemprevivas, que cuenta con el patrocinio de la ceramista Peronda, prepara su salida internacional. Busca subir el próximo escalón: pisar Paris y Londres. "Nuestro proyecto está en Valencia, pero necesitamos salir a vender fuera", explica Zaragosí. A corto plazo andan inmersos en su próxima colección para septiembre, en el diseño del vestuario de la cantante neoyorquina Maïa Vidal, y en el del grupo de danza contemporánea Taia Dansa para un espectáculo que, casualidad, comienza en el renacimiento y acaba en el Nueva York moderno.

Mientras su empresa de moda se hace mayor, ellos dos hablan tranquilos, con un nuevo estilo, apelando al espíritu de crecimiento resistente de la planta que les da nombre.

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· Adrián Salvador Candela. Valencia, 1989.

· Lucas Zaragosí. Valencia, 1984.

· Responsables de la marca de moda Siemprevivas.

· "No necesitamos grandes cosas"

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