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MADRID (EP). Google ha prohibido expresamente la cesión o venta de los prototipos de Google Glass que recibirán en breve los primeros desarrolladores que trabajarán con este dispositivo. Es una estrategia similar a la que siguen los fabricantes de 'hardware'.

En unas semanas, el sorteo que decidirá quiénes serán los primeros desarrolladores que trabajen con las gafas de realidad aumentada de Google será realizado. Los afortunados desarrolladores, previo pago de 1.500 dólares (1.150 euros), se harán con un ejemplar del dispositivo para empezar a crear aplicaciones basadas en la realidad aumentada.

Sin embargo, el pago de esta cantidad no convierte al desarrollador que trabaje con las gafas en su dueño con todas las consecuencias, ya que se trata de un dispositivo aún en fase de desarrollo. Por ello, el usuario elegido para testar las Google Glass no podrá revender, compartir, o prestar a otros usuarios para que utilicen el dispositivo sin autorización previa de la compañía.

Así se establece en los términos de uso, a los que han tenido acceso Wired:

"Usted no puede revender, prestar, transferir, o dar su dispositivo a otra persona. Si revende, presta, transfiere o da su dispositivo a otra persona sin la autorización de Google, Google se reserva el derecho de desactivar el dispositivo, y ni usted ni la persona autorizada mediante el dispositivo tendrá derecho a ningún reembolso, soporte de productos, o garantía del producto".

La detección del uso de las gafas por otra persona puede llegar a ser inmediata ya que para que éstas se activen necesitan la introducción de una cuenta de Google para permitir a la compañía un uso personalizado. Así, la introducción de cuentas no autorizadas en un dispositivo acarrearía el bloqueo de éste debido a la infracción de los términos de uso.

Así, Google impide que quienes se hagan con unas Google Glasses se lucren revendiéndolas más caras y, mucho más importante, que otras compañías interesadas en dispositivos de realidad aumentada accedan a los detalles del dispositivo.