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LA EMPRESA QUE SE QUEDE LA GESTIÓN DEBERÁ ASUMIR LA PLANTILLA DE LA EMPRESA PÚBLICA

Así será la privatización de Cacsa

JOAQUIM CLEMENTE . 20/04/2013 La Generalitat ultima el pliego de condiciones con el que sacará a concurso para los próximos 20 años su gestión a cambio de un canon 

VALENCIA. El Consell está ultimando el pliego de condiciones por el que sacará a concurso la gestión de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) para los próximos 15 años, prorrogable otros cinco. Ese es el periodo que consta en el borrador que manejan en estos momentos las instituciones implicadas y al que ha tenido acceso ValenciaPlaza.com

El borrado, que aún tiene aspectos pendientes de definición, establece que Cacsa sacará a concurso la gestión integral de L'Hemisfèric, el Museo de las Ciencias, L'Oceanogràfic, L'Umbracle, L'Àgora, los dos aparcamientos del recinto y todas las zonas comunes. Fuera del paquete queda el Palau de les Arts y otras zonas, como la parcela donde estaba prevista la construcción de los rascacielos de Santiago Calatrava.

El concurso, que se realizará a través de procedimiento abierto, va dirigido a una empresa o grupo de empresas (UTE) interesadas en un complejo que en la actualidad está gestionado por la empresa pública Cacsa. Solo L'Oceanogràfic tiene una gestión privada desde el inicio. Parques Reunidos Valencia, filial de Parques Reunidos, está al frente del acuario desde hace diez años gracias a un contrato que ahora está prorrogado hasta que se adjudique la nueva gestión. 

La parte clave de la oferta que deberán presentar las empresas será el pago de un canon anual por el uso de las instalaciones. Este es el punto sobre el que está trabajando más intensamente la Generaliltat que tiene claro que no quiere pagar por la gestión, como ocurre en parte en la actualidad con L'Oceanogràfic.

De hecho, en uno de los puntos del borrador del pliego se especifica que "Cacsa no abonará cantidad alguna al adjudicatario del contrato como consecuencia de su adjudicación".

En todo caso, el pago de ese canon -que podría ser variable- no será la única concidición que se tendrá en cuenta en el proceso de adjudicación. Las propuestas deberán acompañarse, además de por la oferta económica, por un documento técnico y un plan económico y financiero que garantice la viabilidad del proyecto de gestión privada y evite que se hagan propuestas temerarias que provoquen que no se pueda cumplir el contrato por parte de la empresa. 

SUBROGACIÓN DE LA PLANTILLA 

Una de las partes más delicadas es el vinculado a la actual plantilla de Cacsa. En el borrador del pliego se especifica que la adjudicataria tendrá que subrogarse la totalidad de la plantilla actual de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El Consell ya adelgazó recientemente el totla de empleados del recinto con la apliación de un ERE.

Además de los empleados, el adjudicatario también deberá subrogarse todas las obligaciones contraidas con proveedores que estén en vigor.

CANDIDATOS

A la privatización de la gestión de Ciudad de las Artes y las Ciencias hay al menos dos candidatos más o menos firmes. El más interesado es Parques Reunidos, que quiere extender su modelo de L'Oceanogràfic al resto del recinto. Por otra parte también se ha pronunciado Rainforest, el gestor del Bioparc, que ha mostrado interés por el proyecto.

El conseller de Economía, Máximo Buch, dijo el miércoles pasado en Les Corts, a preguntas del diputado de Esquerra Unida, Ignacio Blanco, que hay al menos cinco interesados en la gestión privada de Cacsa. Buch aseguró que el interés dependía de si la privatización era integral o por separado de cada uno de los elementos del complejo. El borrador del pliego apunta a un único concurso por la totalidad.

AHORRO 

La política de privatizaciones y de venta de parte del sector público empresarial que ha puesto en marcha el Consell persigue ahorrar parte del coste que actualmente asume. En el caso de Cacsa, al no poder plantearse la venta del complejo, se ha puesto en marcha la privatización de la gestión.

La Generalitat destina esta añp 33,6 millones de euros para el gasto corriente de Cacsa, 6,7 millones para el personal y 26,98 millones para el gasto operativo. Esas partidas la asumiría el nuevo operador. No así el coste de la amortización de las obras y los gastos financieros por la deuda, que es el grueso del presupeusto de Cacsa.

Curiosamente el ahorro en personal y gasto corriente es casi paralelo al de los ingresos por tasas, entradas y otros conceptos que tiene Cacsa en un año, estimado para 2012 en 33 millones de euros. Ese dinero lo ingresará la concesionaria, si bien el canon deberá paliar en parte lo que se dejará de ingresas.

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3 comentarios

Timotea Lenaert escribió
22/04/2013 09:28

Lo de mantener la plantilla es para poder conservar los sueldos (sacados de los impuestos de los ciudadanos, a los que nos exprimen) de los enchufados historicos de cacsa... (eso es: hijos, primos, sobrinos, amiguitos de los politcos...) que verguenza de PP... una exvotante..

izaskun García Azcarraga escribió
21/04/2013 11:18

Yo creo que por la grave situación que atraviesa la Comunidad Valenciana no vendría mal un cambio de mentalidad y métodos para afrontar las reformas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que no sea, como al parecer se está planteando, que el operador se aproveche de la inercia actual de visitantes, sin más esfuerzos de inversión e ideas (por muy “temerarias que puedan parecer”), entre otras muchas razones porque es más que previsible, de no revitalizar la oferta de ocio “de forma convincente”, una fuerte caída de los mismos en los próximos años. ¿Y quién ganaría o perdería en tal situación? La Arquitectura espectacular, pasados estos primeros 10 años, sigue siendo un buen reclamo para atraer turismo, pero ya no sirve para hacer que pague una entrada para ver las instalaciones por dentro, por lo que hay que revisar los contenidos, y estos por las características del complejo no admiten “soluciones de bricolaje” o de bajo perfil, que inexorablemente llevarían al complejo a la provincialización de su oferta de ocio. Puede haber “otras formas” de externalizar la gestión del complejo, al margen de los tradicionales operadores, con empresas cuyo “interés prioritario y único” no radique en la explotación directa de las instalaciones, sino en la proyección externa que el complejo CAC pueden darles y los negocios paralelos que estas mismas empresas pueden generar. Bien haría el Consell, en imaginarse la Ciudad de las Artes y las Ciencias en el futuro en base a la decisión que tome actualmente. Si la oferta de ocio que van a presentar los operadores responde al interés del turista de fuera mayoritariamente y haga reincidir en sus visitas al visitante local. En este sentido, recordar la buena definición que hacía el periódico The Guardián del Barbican de Londres, que es un magnifico macro-centro de Ocio Cultural: “A building where there is always something rich and strange going on” (“Un edificio donde siempre pasan cosas buenas y extrañas”). O simplemente observar al líder del sector de centros temáticos, Disney, porque si reflexionamos un poco nos daremos cuenta que tiene siempre la “misma oferta de ocio” y sin embargo dan la sensación cada año de que están de inauguración continua, consiguiendo como dice su Director general “vender historias y emociones”. ¿Y qué mejor filosofía de centro, que estas descripciones de las ofertas de ocio, de estas dos modélicas instalaciones, para configurar un nuevo impulso a la Ciudad de las Artes y las Ciencias?. ¿Van en esa dirección los operadores?

izaskun García Azcarraga escribió
20/04/2013 11:25

A mi eso de las "propuestas temerarias", es lo que más me ha gustado. Con lo difícil , difícil y difícil que es este sector, lo raro es, ........ que haya "simples propuestas", por lo que si estas son temerarias, pueden ser dignas de hacer una película con ellas. Lo que daría Disney por tener unos "guiones con propuestas temerarias". Y es que ya lo debería saber el Consell, este sector de centros temáticos se mueve a base de IDEAS Y PROPUESTAS, lo del "temerario"......... pues habría que estudiarlo. Mas "temerario" me parece pretender que el Operador GARANTICE contractualmente el éxito de sus planes de viabilidad para los próximos 20 años.

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