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ABOGADOS Y COBROS

Los grandes bufetes pierden el miedo a "matar clientes" por reclamar impagos

A. MOHORTE. 19/04/2013 Algunas de las mayores firmas en Valencia dedican parte del área de Procesal a litigar para el cobro de las deudas

VALENCIA. Los grandes despachos valencianos de abogados también sufren los impagos. La práctica totalidad de los grandes bufetes de la Comunitat lo confirman y algunos reconocen que han tenido que poner a parte de su equipo del área de Procesal a luchar en el cobro de sus deudores.

En la mayor parte de los casos se trata de servicios que las empresas han dejado de abonar, bien por una decisión unilateral o por la declaración por parte de la empresa del concurso de acreedores. Antes de activar el procedimiento legal, lo habitual es negociar con el cliente la forma de pago para no perderlo, o "matar al cliente" en el argot de los letrado, pero no siempre es posible.

Si no se consigue ayudarle a deshacerse de la sociedad para obtener rentabilidad por otras vías o cualquier otra alternativa que le permita conseguir algo de liquidez, tanto los grandes despachos como los pequeños han de presentar una 'jura de cuentas', que ha de reconocer el Colegio de Abogados, para proceder a denunciarlo antes los juzgados.

AGOTAMIENTO DE LA MASA CONCURSAL

"Al principio sólo les pasaba a los pequeños o medianos, pero de un tiempo a esta parte la situación se ha expendido a los grandes, y en cantidades muy importantes", advierte el abogado de una destacada firma nacional implantada en Valencia.

Los casos más habituales se producen tras la gestión de un concurso de acreedores en las que la 'masa concursal' (el dinero reunido para pagar a los acreedores) se ha terminado antes de que el contratante de sus servicios abone la minuta.

En todo caso, el proceso es largo y suele demorarse entre cuatro y ocho años, según la complejidad y el camino que se siga para exigir el pago. Aunque lo habitual es recurrir a la vía Civil, siempre queda el recurso de hacerlo por la vía Penal, ya que se trata de un delito societario.

ENTRE EL AFECTO Y LA NECESIDAD

En el caso de los pequeños despachos, la relación que mantiene el abogado con el cliente es más personal, especialmente en las empresas con las que se ha mantenido una relación larga, por lo que la decisión de ir por la vía judicial se suele demorar hasta que la situación corre el riesgo de volverse insostenible para el propio despacho.

"Siempre ha habido morosos, pero en la actualidad el principal problema es su acumulación", reconoce un letrado. En algunos casos, los afectados recurren a los servicios de otros colegas, lo que les permite concentrarse en los clientes que sí están pagando y levantar una barrera para que su implicación afectiva (tanto positiva como negativa) no perjudique a sus intereses.

Por contra, los grandes despachos procuran actuar con diligencia al tener una relación menos personal con los casos y, al tiempo que negocian el pago, investigan al antiguo cliente para descubrir activos susceptibles de ser embargados por decisión judicial o que se proponen al clientes para que recurra a ellos y se pueda allanar el litigio antes de sentarse ante el juez.

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