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LA GESTIÓN DEL CLUB, UN PROBLEMA POLÍTICO

Valencia CF: una 'patata caliente' en las manos de los cuatro líderes del PPCV

X. AGUAR / J. CLEMENTE. 18/04/2013

La situación del club de Mestalla amenaza con convertirse en el obstáculo más importante para la Generalitat de la legislatura

VALENCIA. La dimisión de Federico Varona como presidente de la Fundación Valencia Club de Fútbol ha hecho saltar todas las alarmas en la Generalitat. El club de Mestalla está acaparando en los últimos meses la atención mediática autonómica e incluso nacional convirtiendo al Gobierno valenciano en protagonista no deseado de un ‘culebrón' con alto coste político, económico y social.

Al margen del ámbito deportivo, la situación que atraviesa el Valencia CF afecta, de una u otra manera, a los cuatro ‘pesos pesados' más relevantes del Partido Popular de la Comunitat Valenciana. El jefe del Consell, Alberto Fabra, el vicepresidente, José Císcar, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Diputación, Alfonso Rus, manejan una peligrosa 'patata caliente' que está socavando de forma preocupante la imagen de la Generalitat.

El quebradero de cabeza es mayúsculo. De hecho, la preocupación -o directamente los suspiros- asoman en las caras de los colaboradores cercanos a los primeras espadas cuando se les menta el Valencia CF y en algunos de ellos el nerviosismo es patente.

La dimisión de Varona ha evidenciado la endeble -o al menos discutible- estrategia tejida desde el Consell durante los últimos meses en torno a la sociedad deportiva. Como explicaban este miércoles fuentes del Partido Popular consultadas por este diario, el Gobierno valenciano ha confundido la "envergadura" y "manejabilidad" del problema. La salida tempestuosa de Varona trece días después de ser nombrado a instancias del vicepresidente Císcar ha evidenciado la fragilidad de la 'hoja de ruta' trazada hasta el momento desde Presidencia de la Generalitat.

LA INCOMODIDAD PARA JOSÉ CÍSCAR 

El vicepresidente de la Generalitat, el activo más solvente del Alberto Fabra dedicado a la solución de problemas, ha encontrado la horma de su zapato. Mientras el jefe del Consell mira a su número dos con la exigencia y necesidad de resultados, el atasco indisoluble en Mestalla continúa sumando días y fuertes críticas desde medios de comunicación y masa social. Todo ello cuesta votos... y dinero.

José Císcar

Desde el primer momento en que la Generalitat tuvo que hacerse cargo de la Fundación VCF por el impago del crédito a Bankia, Císcar se ha sentido, conforme han pasado las semanas, cada vez más incómodo. Por eso cuando se hizo pública la sentencia que, supuestamente, liberaba a la Generalitat de su condición de avalista, el vicepresidente del Consell se apresuró a lanzar el mensaje de que la Generalitat ya no tenía ninguna responsabilidad en el Valencia.

Tal vez por ese deseo de liberarse de la presión, Císcar abandonó su hoja de ruta, que hasta ese momento avanzaba lentamente pero con pasos claros destinados a preparar la venta del club (ya se había negociado con al menos dos sociedades para elaborar un cuaderno de venta) y confió en que los patronos que había designado para la Fundación podrían centrar los focos de la atención mediática.

Sin embargo, lo cierto es que la Generalitat no ha dejado nunca de ser el avalista de la Fundación, y por tanto, el potencial dueño de las acciones del Valencia CF, con lo que Císcar ha seguido estrechamente vinculado a lo que ocurría en el día a día de la nueva fundación. El vicepresidente supo antes que el patronato que su hombre de confianza, Federico Varona, iba a dimitir, provocando una nueva crisis institucional que le afecta de forma directa, ya que él le había designado.

ALFONSO RUS JUEGA SUS BAZAS

Por si fuera poco, al otro lado de la calle, en la plaza de Manises, el presidente de la Diputación de Valencia y líder provincial del PP, Alfonso Rus, continúa, ahora ya en voz alta, presentando sus credenciales para dirigir el club. El alcalde de Xàtiva no dejó pasar la ocasión ayer en Les Corts para reivindicarse como posible presidente. Habló de "ilusión", pero el dinero "que lo ponga otro". No obstante, fuentes próximas a Rus aseguran que se ha entrevistado con diversos inversores interesados en el club de países tan dispares como Rusia o China, aunque no muestra sus cartas.

Fabra y Rus

Rus quiere ser presidente del Valencia CF pero, eso sí, ya le ha transmitido al propio Fabra que no tiene intención de abandonar la Diputación, sino de compatibilizar ambos cargos, además de la alcaldía de Xàtiva que todavía ostenta y su cargo orgánico en el PP. Ahí es nada. 

La proclama de este miércoles, solo un día después de la salida de Varona, evidencia que Rus no ve acertada la gestión del club realizada por Císcar, algo que confirman fuentes de su entorno al ser preguntadas por la marcha del ya expresidente de la Fundación. "Ha sido un patinazo", sentencian. No obstante, desde otros sectores no se acaba de comprender lo que no dejaría de ser una nueva injerencia política en la resolución de un problema, el del Valencia SAD, que al fin y al cabo nunca ha dejado de ser una empresa privada.

Por otro lado, a nadie escapa que Rus se ha convertido en un dirigente incómodo en periodo de crisis. Su defensa a los alcaldes y portavoces municipales, ha venido regada con exabruptos hacia la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, el ministro Cristóbal Montoro o el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Un discurso reivindicativo que le otorga cierta popularidad en las comarcas y, al mismo tiempo, le imprime un sello de rebeldía e independencia frente al Consell.

Barberá y Rus

¿Y qué hay de Rita Barberá? La alcaldesa de Valencia, quien muestra sintonía con Rus en este asunto, también es parte importante de la historia. Propició desde la Alcaldía la operación inmobiliaria del club ampliando la edificabilidad de la parcela del actual Mestalla y facilitando el solar del nuevo Mestalla en la Avenida de Las Cortes Valencianas a cambio de unas parcelas que el ayuntamiento nunca ha recibido.

Ahora, el esqueleto de un nuevo estadio sin terminar se eleva -y deteriora- en una de las entradas a la capital, precisamente la que mayor tráfico diario de vehículos registra de toda la Comunidad Valenciana. La finalización del nuevo coliseo valencianista es, de este modo, una prioridad irrenunciable para la alcaldesa dado que resolver esta cuestión sería, indudablemente, un sólido argumento para volver a vencer en las elecciones de 2015.

 

LA SOLUCIÓN NATURAL

Todo ello en el contexto de una grave crisis económica que no hace más que dificultar cualquier solución que en otros momentos hubiera sido más o menos sencilla. Una deuda de 300 millones, unos solares de alto valor en su momento pero desprovistos de salida en la actualidad y un acreedor -la entidad nacionalizada Bankia- obligado por las autoridades europeas a solucionar sus créditos de una forma u otra pero cuanto antes, tensan cualquier solución 'política' del inmenso problema que en estos momentos representa el Valencia.

La solución, según muchos expertos, es dejar de lado cuanto antes utopías y sueños politicos de autogestión de imposible cumplimiento y encontrar un comprador solvente que negocie con el acreedor bancario la deuda, que sea capaz de finalizar las obras del estadio y ofrecer en definitiva una solución deportiva razonable al club de los amores de la afición valencianista. Ésta y no otra es la demanda que a las instituciones se realiza desde algunos sectores.

Sin embargo, no parece que las instituciones políticas que rodean al problema y que han sido o siguen siendo parte de él (gobierno autonómico, ayuntamiento de la ciudad y diputación provincial) tengan dispuesta, al menos todavía, una solución a la altura de las circunstancias. Tal vez ésta pase por devolver la sociedad deportiva Valencia CF a la esfera del sector privado de donde nunca debió salir y cuya eficiencia en la gestión de los negocios, tal como demuestran cada día los grandes clubs europeos, ha sido debidamente demostrada.

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3 comentarios

Sang d'orxata escribió
18/04/2013 22:09

La única solución viable para el Valencia CF es la desaparición... y posterior constitución del Valencia CD en 2ªB.

ramón catalá escribió
18/04/2013 14:10

tenemos que subvencionar al valencia cf y a las corridas de toros, por que son la marca españa. como bankia, urdangarín, barcenas, Jaume matas, oriol puyol etc etc.

Saoret escribió
18/04/2013 09:25

No querer vender el club sólo tiene una explicación: intentar que la última seña de identidad económico-político-cultural de entidad que queda en la Comunitat no acabe en manos foráneas, tal y como ha ocurrido con la CAM, Bancaja, Banco de Valencia... Desgraciadamente esto es inviable, y el Valencia acabará, víctima de errores privados que, sin embargo, siempre han sido alentados desde el PP, en manos posiblemente de extranjeros. Este será el peor escaparate de lo que ha supuesto la errada política del PP en época de vacas gordas. Valencia, en ruinas, vendida al mejor postor.

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