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LA CIUDAD Y sus VICIOS

Las Naves, espacio de creación contemporánea:
de almacén de grano a catedral creativa

VICENT MOLINS. 23/03/2013

 Se trata de los viejos almacenes abandonados junto al puerto y ahora convertidos en un moderno centro de creatividad contemporánea. Entramos en el proyecto municipal Las Naves

VALENCIA. Las Naves es el complejo de edificios que queda de un reducto de añejas industrias, situado dentro de la zona de influencia marítima, en la calle Juan Verdeguer del Grao. Ahora parece un lugar sin historia, lleno como está de maquinaria tecnológica recién estrenada por gente que crea. Y además huele a limpio, que ya es una buena forma de empezar.

Pero tiene historia. Si se arranca la modernidad de las paredes, se puede percibir la piel de lo que hubo: unos almacenes de grano que se le quedaron colgando al Marítimo como recuerdo de la industrialización en un 'cluster' que antes se llamaba 'Harineras Levante'. Si a alguno de los empleados supervivientes que almacenaban grano se les ocurriese visitar su antiguo puesto de trabajo, acabarían anonadados al nivel de Mimi Siku, aquel personaje bastante delirante que con lanza y taparrabos protagonizó 'Un indio en París'.

A los almacenes de posguerra se les ha puesto el nombre rimbombante de Las Naves Espacio de Creación Contemporánea. Un proyecto municipal que ocupa, como su nombre indica, tres naves siamesas unidas por la voluntad cultural e innovadora. En el parto debió haber problemas con la tercera nave, porque todavía anda desfigurada y sin acabar, pendiente de su apertura definitiva como auditorio.

En apariencia es un lugar idílico que representa todo aquello que uno quiere para una sociedad moderna. Aunque a veces, por cautela, haya que preguntarse si se trata de una muesca más en el largo historial de edificios que, por mejunjes inmobiliarios, han acabado procediendo por la siguiente secuencia pregunta-respuesta: "¿Qué-metemos-aquí?", "pues-mete-algo-cultural". Tras cumplir dos años de vida, ¿están teniendo Las Naves la utilidad deseada?

De Greenspace a catedral de la creación

Antes de contestar a esa pregunta insidiosa hay que comenzar por el origen. ¿Cómo un almacén se convierte en el último grito contemporáneo? Básicamente, por gracia de la cerveza Heineken y por el plan E. Tras cesar en sus funciones fabriles, los almacenes quedaron como sórdidos vestigios. En 2004, con el PAI de Camino Hondo del Grao en marcha (se podría ser más original poniendo los nombres a los PAI; aprendan de las operaciones policiales), el Ayuntamiento aumentó la edificabilidad del entorno a cambio de que la constructora Vallehermoso asumiera la rehabilitación de las naves, extremo que por supuesto nunca sucedió.

Ángel Pallás

Aprovechando los indicios de vida en unos terrenos comatosos, los almacenes fueron los elegidos para plantar el prometedor proyecto cultural de Heineken: el Greenspace. Un directivo de la compañía de cervezas, Walter Drenth, en medio de la botadura tituló: "Tratamos de dejar un legado, de regenerar un espacio que mire al futuro". Y lo hicieron. Pagaron 3 millones por acondicionar aquello.

Greenspace fue fundamentalmente, aunque con dos de sus tres ojos mirando al cine y al diseño, un espacio musical que dejó una huella que ni un mamut. Se inauguró el 24 de octubre de 2005 con el cantautor valenciano Siwel, y fue Siwel quien en una noche del 29 de marzo de 2009 aoficiaría por última vez mientras la lluvia caía sin parar.

El plan del ayuntamiento para la trinidad fabril pasaba por edificar una catedral de la creación contemporánea. Heineken y la municipalidad aseguraron que el festival Greenspace, por el que habían pasado más de 100.000 personas, continuaría en algún otro almacén. Será por almacenes. Pero el festival acabó desapareciendo de la agenda tan rápido como una bañera de cervezas custodiada por unos irlandeses.

Entonces comenzaron las obras para el centro de creación contemporánea. "El objetivo es reunir en estas dependencias a los nuevos talentos valencianos", anunció la concejala Beatriz Simón. La constructora Vallehermoso debía -tras el aumento de edificabilidad- abonar ahora sí los gastos de reconversión de las naves de Juan Verdeguer, que ascenderían a unos 8 millones. Pero no lo hicieron. Y se financió con el Plan E, cuestión que provocó que el PSPV, en una de sus escasas muestras de furor reivindicativo, tuviera la deferencia de aclararnos que el centro vería la vida "gracias exclusivamente a la inversión de los planes de Zapatero".

El centro de creación contemporánea, por dentro

En 2011 el centro se desempaqueta y abre al público. Los ocho millones invertidos han producido un lugar que sus usuarios definen, cuando son más tibios, como "un proyecto de lujo, un contenedor espectacular con las mejores dotaciones". Por ejemplo, el diseñador Xavier Calvo, de estudio Menta, lo describe como "un buen sitio al que arrimarse para quien tenga un perfil creativo".

Las dedos de las manos no son suficientes para enumerar las instalaciones con las que cuenta este nuevo reducto cultural de gestión pública, en manos de la Fundación VEO y dirigido por Ángel Pallás. Hay que recurrir también a los dedos de los pies: plató fotográfico, salas de ensayos, estudio de grabación, sala de diseño gráfico, sala de edición de vídeo, sala de proyecciones, salas polivalentes, salas de exposiciones, biblioteca multimedia...

En el futuro se añadirá al pack el teatro auditorio, que aunque debió estar listo el verano pasado, no estará antes de 2014. ¡Para qué inaugurarlo en fecha prevista! Serán 2.500 metros cuadrados adicionales destinados a un programación todavía secreta cual tercer misterio de Fátima, que tal vez, quizá, podrían sacar de la tumba al festival VEO.

Las Naves, que vienen a ser a Valencia lo que El Matadero a Madrid (esta analogía se repite más que la maradonización de las promesas argentinas), no son sólo una ristra de instalaciones para usuarios. Se trata de una "polinización creativa", resume el director Ángel Pallás. Varias asociaciones ya han trasladado sus sedes hacia estos panales. Como la de diseñadores, la de diseñadores de interiores, la de publicitarios o la Valencia Fashion Week. En su parrilla de actos están señalados talleres y conferencias sobre autoproducción musical, video mapping o creación de videoclips; y, cómo no, encuentros para emprendedores. Por hacerlo breve: es un estadio multiusos para creativos y organizaciones creativas.

El diseño bandea la exposición que acoge Las Naves hasta el 25 de mayo: From Valencia with Design, la muestra de 100 proyectos alrededor del mundo con Rh valenciano. Justamente el mensaje de la expo es el que quiere lanzar Las Naves: impulso y proyección para los talentos con ramalazo creativo de los que estamos rodeados.

Retos pendientes de Las Naves

"Nuestro reto es consolidar el centro como referencia en el sector de la creatividad, la innovación y la tecnología", lanza de memoria Ángel Pallás. Y sí, es verdad, pero sobre todo los retos pasan por poder compatibilizar apuestas arriesgadas con el enjuto presupuesto municipal.

O dicho de otra manera: poder juguetear con la inversión privada (parece el destino de todos los centros públicos culturales) manteniendo el riesgo de sus propuestas.

Espai Rambleta, un centro con similitudes, rasca entre contenidos más comerciales en busca de la rentabilidad. También supone un desafío que dos centros nuevos (nuevos de trinqui) como Las Naves y Rambleta no se pisen sus programaciones.

Y después está la proyección. Las Naves siguen siendo un gran desconocido de la ciudad. Quizá sea cuestión de tiempo. Hace una década todo esto era un almacén abandonado.
_________________________________________
· Las Naves. C/ Juan Verdeguer, 16 VALENCIA

 

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3 comentarios

Vicent Molins escribió
25/03/2013 16:42

@FER "un buen sitio al que arrimarse para quien tenga un perfil creativo". Mucha espuma de la boca ;)

Fer escribió
25/03/2013 12:24

Ja, ja,ja... al tal Vicent Molins le sale espuma por la boca de la rabia que le da que un gobierno del PP haga las cosas bien y resulta patético como le da vueltas por no reconocer un trabajo bien hecho. Y a su amigo Xavi Calvo más aún

job escribió
24/03/2013 13:35

Ja podien haver-ho posat en valencià. Les Naus, haguera quedat un nom preciós. Els nostres governants cada dia més botiflers.

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