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La compañía catalana presenta un Parsifal en Colonia, pero ya hizo un Tannhäuser en La Scala, un Tristán en Lyon y sigue ofreciendo el Anillo en Sevilla

VALENCIA. En el programa de El oro del Rin que La Fura dels Baus presentó en Valencia en 2007, en coproducción con el Maggio Musicale Fiorentino, Carlus Padrissa, director del montaje, explicaba que hasta recibir el encargo no estaba familiarizado con la obra de Wagner. A partir de entonces estudió a fondo no solo las cuatro óperas que componen El anillo del Nibelungo, sino los montajes escénicos con que se ha representado.

Hoy, seis años después, no solo se sigue representado esa producción del Anillo (en Sevilla este año ofrecen El ocaso de los dioses), sino que la compañía catalana se ha convertido por originalidad plástica e innovación conjugada con respeto al texto, en una de las primeras opciones en las direcciones escénicas de Wagner.

Ahora, en el año Wagner, el mundo está repleto de representaciones de sus obras, y son sus propios compatriotas quienes llaman a la Fura para una producción de Parsifal, su testamento musical, que se estrena en Colonia en la muy señala fecha del Viernes Santo (29 de marzo). Pero no es solo eso.

En 2010 ya hicieron un muy colorista Tannhäuser en la Scala de Milán, de referencias indias, con dirección musical de Zubin Mehta, que generó división de opiniones, y en 2011 un austero y espléndido Tistán e Isolda en la ópera de Lyon, que tuve la fortuna de ver, con dirección musical de Kirill Petrenko.

ÉXITO EN SALZBURGO

Hace unos años podría parecer que los caminos de Wagner y una compañía como La Fura eran extremadamente divergentes. No ha sido así. Primero fueron los encargos operísticos al grupo catalán y el gran triunfo de 1999 con su producción de La damnation de Faust, de Berlioz, en el Festival de Salburgo, que fue un éxito internacional.

Después vendrían otras óperas, pero la entrada en Wagner les llegó de la mano de la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, que fue quien encargó a la compañía un gran montaje del Anillo wagneriano, en coproducción con el Maggio Musicale Fiorentino gracias al nexo de unión que suponía el director de orquesta Zubin Mehta, quien tiene a su cargo ese festival de Florencia y el del Mediterrani que se celebra anualmente en el Palau de les Arts.

Es verdad que eran los tiempos de la abundancia económica, ya que hoy en día priman los recortes, también en el Palau de les Arts. En cualquier caso, es lo cierto que la producción de La Fura para el Palau de les Arts ha triunfado internacionalmente y se ha difundido en una espléndida grabación en DVD y Blu-Ray de C Major. 

Recuerdo que la propia Helga Schmidt me dijo en una ocasión que ella creía que las tres grandes producciones del Anillo han sido la de Wieland Wagner en los años cincuenta, la Patrice Chéreau del centenario (1976) y la de la Fura.

NO SÓLO WAGNER 

No sé si se puede afirmar con esa contundencia, pero es cierto que la de la compañía catalana me parece la más original y escénicamente rica de las que he visto últimamente, sin buscar estrafalarios caminos de alejarse del texto, hoy tan en boga. Y me refiero sin ir más lejos al lamentable Parsifal que durante unos años auspiciaron los sucesores de Wagner en el festival de Bayreuth, obra del recientemente desaparecido Christof Schlingenschief.

Pero la dedicación a la ópera de La Fura dels Baus no se queda en Wagner. Este año repiten en Lyon, con un montaje de la combinación de dos obras Eswartung, de Schoenberg, y Il prigionero, de Dallapiccola y además la Arena de Verona les ha confiado para este verano el montaje estrella del centenario del festival (y segundo de Verdi): una Aida que se promete espectacular.

Hay que tener en cuenta que hoy en día no hay grandes producciones teatrales comparables a los montajes de ópera y La Fura ofrece grandes dosis de imaginación y espectáculo sin traicionar el texto de las óperas. Algo poco frecuente en el panorama actual.