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Prescindibles

CARLA VALLÉS. 23/03/2013 "Ella también es prescindible. Para sus amores eventuales. Para la empresa que trabajaba, Canal Nou...

VALENCIA. Todos somos prescindibles. Esa fue la lección que aprendí hace un par de semanas. Una íntima amiga nos relataba un reciente acontecimiento relacionado con su actual estado de soltería. "Me voy a ligar las trompas", suelta. Sin poder ocultar la sorpresa, el resto de amigas precisamos de contextualización: "No tengo pareja ni trabajo estable, la semana que viene cumplo 32 y vivo con mis padres, así que, en el límite del o ya, o se me pasa el arroz, opto por el desmadre".

Sin poder reaccionar me doy cuenta que el perfil de mi futura amiga 'ligada' resultar ser la cartilla de muchas otras mujeres en la actualidad. Quizás sin la necesaria toma de medidas tan drásticas, aunque sí movidas por una tendencia natural a la supervivencia y como consecuencia, a una desatada insurgencia.

Asociada la mente del hombre habitualmente "a lo sucio", en época de catástrofes, meteoritos y sobresaltos inesperados en crónicas de hemiciclo (como roturas misteriosas de uñas), la mujer baja al terreno masculino, reviste su corazón con coraza de acero y muestra su predisposición a entregarse al deseo sexual sin empatía ni melancolías cual espiritual guía.

No es que no actuáramos así antes. Pues aunque las damas parecemos más románticas, sensibles, en crisis permanente por un amor no correspondido o a quedarnos voluntariamente embarazadas (al menos en tiempos de bonanza), sabemos perfectamente diferenciar lo sentimental de lo brutal. Y aprovecho para hacer un apunte: también somos golfas, y a mucha honra.

A lo que me refiero es que aunque clandestinas en el pasado por miedo a la inquina, en tiempos de ruina son muchas las que salen del armario para saciar su imaginario sin importar crítica alguna entregadas a un instinto primario. Más cabal, eso sí, que el estimulo masculino usualmente banal. Una realidad de hoy en día que anima a varones y deprime a abuelas.

Y es que, aunque para nuestras veteranas ascendientes sea un tormento vernos llegar a los treinta sin novio y anillo en el umbral del final de temporada de regadío, nuestras apetencias emergen a la luz como fuegos artificiales. Explosivas, acaparadoras, lúdicas. Mi amiga en cuestión arrasa triunfal consciente de su condición. Sin compromiso, con ligues que le sirven para llevarla temporalmente al paraíso. Provisionales, nocturnos... prescindibles, como decía.

Pero ella también es prescindible. Para sus amores eventuales. Para la empresa que trabajaba, Canal Nou... Curioso paralelismo profesional con su vida personal. Hace unas semanas le llegó un correo. Quieren ahorrarse su sueldo. Sus años de esfuerzo ya no son necesarios. Su sacrificio es prescindible. La realidad era evidente: nadie es invencible (hasta una renuncia del Papa hoy en día es factible). Mi amiga lo tiene asumido. En realidad, no lo sé. Quizás aún lo sigue interiorizando y, mientras lo digiere, extrapola su venganza a sus escarceos amorosos. O lo que es lo mismo, los exprime y utiliza como quiere para luego abandonarlos a su suerte. Acometiendo un sentimental ERE.

A mi amiga no le preguntaron si le parecía mal porque cuando hay que cuadrar números no importan las consecuencias ni las desavenencias. Lección aprendida: ahora ella también sabe ajustar cuentas. Sin remordimientos. Con la conciencia tranquila cuando la realidad la distorsiona con un par de tragos de tequila. Pues cuando la noche activa su radar se deja llevar con emoción y se siente con sus amantes, aunque sea en ficción, una diva de televisión.

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1 comentario

Amparo escribió
24/03/2013 13:36

Carla, Siento el despido de tu amiga, siento su incertidumbre que es la de muchooos, siento su ligadura de trompas ( espero que sea reversible, jajaja ja) pero me alegra que le de alegría al cuerpo, sin anillo... Los compromisos en estos tiempos convulsos, me parecen un tanto anticuados. Abrazos y gracias.

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