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Nadie hablará de Banco de Valencia cuando haya muerto

JOAQUIM CLEMENTE . 15/03/2013 "La última junta de accionistas de la historia del banco evidenció la impotencia de una sociedad resignada a perder todo su sistema financiero en silencio"

VALENCIA. "Me piden que escriba una novela sobre Banco de Valencia, pero es un tema demasiado serio". La frase la dijo el escritor Ferran Torrent, el primero de los accionistas que este jueves intervino en esa suerte de junta de accionistas-funeral de la centenaria entidad financiera que se ofició en el Palacio de Congresos de Valencia. El autor de No emprenyeu el comisari, esgrimió con tono grave la razón por la que no escribirá sobre la crisis del que fue banco de los burgueses valencianos. Su estilo litarario, no exento de sorna sobre la que sustenta la crítica, no encaja en una historia dramática.

Torrent, sin embargo, no debería abandonar tan rápido esa idea. Hace unos años escribió una lúcida novela en la que se acercaba a aquella Valencia que, ladrillo y palco de Mestalla de por medio, tonteaba con una corrupción permanente y sin escrúpulos que, con el paso del tiempo, se convirtió en un modo de vida. Aquella Societat limitada evolucionó hacia una ambición ilimitada de políticos y empresarios en comandita que dejaron a la Comunitat Valenciana convertida en un solar con restos de confeti. Un "desastre", como dijo el presidente de Banco Sabadell hace unos días para referirse a la CAM.

Y tal vez es propuesta abortada prematuramente por el de Sedaví podría convertirse en una obra necesaria para el futuro. Porque si bien la realidad está superando a la ficción escrita sobre la historia reciente de la Comunitat Valenciana -qué real aunque en algún momento inocente se nos hace hoy en día Crematorio, la novela de Rafael Chirbés- es posible que esa nonata novela de Torrent esté llamada a ser el único testimonio escrito, más allá de las crónicas periodísticas, de cómo hirieron de muerte al Banco de Valencia y de cómo le dejaron morir.

Y es que si alguna cosa quedó meridianamente clara en la junta de accionistas de la histórica entidad financiera valenciana fue la impotencia, la resignación, cuando no el silencio, de todos aquellos que tuvieron en sus manos evitar el crimen. De entre la treintena de intervenciones que se produjeron en la junta, solo unos pocos levantaron la voz en defensa de lo que en su día fue la joya de la corona del sistema financiero valenciano. Pero no fueron los accionistas históricos, esa burguesía que presumió de banco y que ahora deambula entre temerosa de sufrir, querella mediante, las consecuencias de sus acciones o omisiones.

Accionistas de Banco de Valencia, este jueves en la junta | Eva Máñez

Fueron unos pequeños accionistas que nunca se sentaron en los consejos los que, en un día llamado a pasar a la historia, quisieron dejar testimonio, más con corazón que con la cabeza, de un malestar que va más allá de los ahorros perdidos en acciones acumuladas con los años y que ahora no valen nada. De los apellidos ilustres no hubo noticia, pese a que también asistían al funeral. Sus voces, otrora referencia, fueron sustituidas por las de ese colectivo de abogados que se han instalado en el entorno de los bancos para presentar demanda tras demanda y que uno no sabe si representan a los afectados en nombre de quienes aseguran hablar a los de sus propios bufetes y minutas.

Una ceremonia de la confusión, en resumen, que no esconde la incapacidad -¿sentimiento de culpa?- de la masa social de Banco de Valencia para haber frenado el que se intuye saqueo de la entidad. Porque a uno, que lleva ya algunas juntas a sus espaldas, le vienen a la memoria aquellas matinales de sábado en el Palau de la Música, en las que los accionistas aplaudían los generosos dividendos que se aprobaban a propuesta de un celebrado consejo.

Y al silencio de entonces, se ha unido el de ahora. El más doloroso, el del los que este jueves velaban un Banco de Valencia de cuerpo presente. O el de los políticos que, una vez más, y van tres, se han limitado a mensajes vagos y demagógicos ante la desparición de las entidades financieras valencianas.

Antes de que acabe el verano, Banco de Valencia desaparecerá. Lo hará en siencio, absorbido por CaixaBank, que ofrecerá un puñado de sus acciones a los accionistas que se arrastran en el capital de la centenaria entidad. Conscientes de que ya nada se puede cambiar, la mayoría mira a Barcelona esperando un último guiño con la ecuación de canje. Vencidos y resignados. Y a partir de ahí, nadie hablará del Banco de Valencia. A muchos, como dijo el administrador provisional del banco, José Antonio Iturriaga, nos duele Valencia.  

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4 comentarios

SO. ANDRES CASTELLANO MARTI escribió
15/03/2013 18:45

Cuando al frente de las instituciones tenemos personas competentes y honradas, estas promocionan y crecen, cuando es al revés y los incompetentes dirigen todo, todo se hunde. Y esta es la historia final del Banco de Valencia. Siendo bueno que se sepa que la primera acción incompetente y deshonrada fue dar la dirección de las cajas de ahorros a los politicastros, pues con dinero publico compran parte del Banco de valencia que era de los accionistas particulares, y ellos lo dirigen. Direccion política que arruina en su incompetencia al Banco de Valencia. Los políticos han arruinado el Banco. Han chantajeado el Banco de Valencia. También es bueno que se sepa que los socialistas españoles y los populares españoles, todos han mirado a otro lado cuando veían que los dirigentes del Banco de Valencia daban más dinero del que tenían. Daban dinero sin garantías de recuperarlo. Como así a ocurrido. De la misma manera que ahora hacen todo lo que pueden para que sus manporreros no paguen sus delitos. Siendo la desaparición final decisión política, pues de haber decidido lo contrario la enfermedad del banco se hubiera saneado a su tiempo. Y finalmente el cambio de manos y ruina de los accionistas se culmina en una asamblea en donde los accionistas nada deciden, pues las decisiones ya están tomadas. De ahora en adelante cuando vean a un político valenciano vendiéndoles la moto de su nobleza, mírenlo bien, pues con la moto igual les regala la cabra. El timo al banco queda archivado en la historia valenciana. Para Ofrenar a los memos Valencia regala su riqueza. So. Andrés Castellano Martí.

Torpedoshumanos escribió
15/03/2013 18:06

Participaciones preferentes, obligaciones subordinadas y otras cosas incobrables Los afectados por las malas prácticas banqueras, abusivas y placeres de la vida. Si todavía no has realizado ningún paso, yo te diré como debes empezar con buen pie, y terminar recuperando tu inversión. El primer paso que hacen las personas es el único correcto, ir a la Entidad Bancaria donde tiene depositados “esas COSAS” pero el 99,99% asesorados por “abogados, asesores, contables, gestores o cualquier otro medio informativo” quizás poco duchos o faltos de experiencia en el tema. Resumiendo, la única cosa que hacen correcto es ir a la Entidad Bancaria, eso sí, sin ánimo de lucro, jejeje. Lo dicho, sin confías en el demonio, o sea, mi mismo, ponte en contacto, de lo contrario sigue bailando en la misma onda, igual te sientes realmente satisfecho. proyectilhumano@gmail.com

José Manuel de barrolome escribió
15/03/2013 15:21

Gran artículo de opinión que bien podría ser un obituario.!!

Ciudadana53 escribió
15/03/2013 13:15

Gracies per l'article en genral i done suport a la teua idea: Ferran escriu el llibre, el necessitem.

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