Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• El Ibex 35 reconquista la cota de los 10.100 puntos con Bankia en plan estelar
• La banca, con Bankia a la cabeza, lleva al Ibex 35 a liderar los avances en Europa
• El Tesoro vuelve a pagar más por sus nuevos bonos y obligaciones

VALENCIA (VP). Las acciones de Banco de Valencia (BVA) encadenaron ayer la octava jornada marcando precio únicamente en la subasta de cierre -y obviamente en un céntimo de euro-, pero con la particularidad que el volumen se redujo hasta los 13,14 millones de títulos.

Dicho volumen fue el volumen más bajo desde que los 'bancos de valencia' están estrangulados en el parqué por la presión vendedora fruto de la llegada de casi medio billón -con b- procedentes del canje de subordinadas y preferentes.

"Se trata de un síntoma positivo que el volumen se esté 'secando', lo que evidencia que ya no hay tantas ganas de vender 'por lo mejor', pero hay que ser cauto", apunta un gestor de fondos de inversión curtido en mil batallas.

INTERDIN COMPRÓ...

Lo cierto es que el volumen de contratación del BVA se ha ido 'secando', es decir, ha ido reduciéndose notablemente en las últimas sesiones y muy especialmente desde los 187,48 millones de 'bancos de valencia' que se intercambiaron de manos en la jornada del pasado 4 de marzo. 

Ayer fueron los operadores de Interdin Bolsa Valencia -uno de los brokers más activos de la rectora local-, los que llevaron la voz cantante en las compras con un volumen de 5,95 millones de títulos, secundados por el Santander Madrid (+2,26 millones) y Sabadell Valencia (+1,30 millones).

... Y ACF SE HINCHÓ A VENDER

Por el contrario, todo el papel que salió ayer en la subasta de cierre procedió de la mesa madrileña de Ahorro Corporación Financiera, que vendió 13,14 millones de títulos frente a unas compras por valor de 310.000 acciones de la entidad de Pintor Sorolla.

Mientras tanto mañana tendrá lugar la esperada junta de accionistas del Banco de Valencia en el Palacio de Congresos de la capital donde se prevén emociones fuertes ante la indignación de un buen número de pequeños accionistas, cuyas inversiones permanecen 'cautivas'.