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MADRID. El grupo Alonso, presidido por Victorino Alonso, conocido como el ‘rey del carbón' ha presentado al juzgado la solicitud de preconcurso de acreedores para dos de sus compañías mineras, Unión Minera del Norte (Uminsa) y Coto Minero Cantábrico (CMC) con la intención de lograr un acuerdo de refinanciación de sus deudas y ante la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos.

Estas empresas de Alonso, tiene muchas más, justifican la solicitud del preconcurso sobre todo por la denegación de las ayudas públicas correspondientes al año 2012. Sin embargo, las compañías de este empresario minero, han recibido ayudas públicas de los distintos gobiernos de España por valor de 2.110 millones de euros desde 1990, ya que el negocio es deficitario sin subvención. Importar una tonelada de carbón desde cualquier país productor del mundo y ponerla ya en la central térmica, es decir contando su transporte, es mucho más barato que producirla en España.

También acusa el grupo Alonso al Gobierno de su situación que dice que "ya se venía venir" desde que el Ministerio de Industria empezó a retrasar el año pasado el pago de las ayudas con sucesivos y cambiantes argumentos.

Hablar de Victorino Alonso, leonés de 1952, en el noroeste de España, sobre todo Asturias y León, no deja indiferente a nadie. Se le ama o se le odia apasionadamente, con un común denominador entre ambas posiciones antagónicas, sobre todo se le teme. Y todo ello al margen de posiciones políticas.

AMIGO DEL PSOE Y DEL PP

Se le ha supuesto muy próximo al ex presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, pero también lo es a muchos dirigentes del PP. El histórico dirigente popular, ex alcalde de León y senador, Juan Morano Masa, se fue con un portazo del partido el año pasado criticando al Gobierno por su falta de sensibilidad con la minería en las últimas huelgas del sector que tuvieron paradas varios meses del cuencas mineras y que contaban con el respaldo de la patronal minera Carbunión, que preside Alonso, además de los sindicatos.

Ese último conflicto minero le supuso un desgaste al PP, que numerosos alcaldes de las zonas mineras se posicionaron contra el Ejecutivo. La propia Junta de Castilla-León estuvo bastante tibia en el conflicto.

Proveniente de una familia de empresarios mineros, Victoriano Alonso, comenzó comprando explotaciones en crisis a principios de los años ochenta, dando el gran salto con la adquisición de Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP). Desde entonces su poder no ha dejado de crecer en las cuentas leonesas, asturianas y palentinas, hasta la fecha, tras hacerse más o menos con la mitad del deficitario sector minero español, tanto en plantilla, tiene unos 2.000 trabajadores, como en producción.

GRUPO EMPRESARIAL DIVERSIFICADO Y OPACO

Además de su casi monopolio sobre el carbón, es propietario de un poderoso grupo de empresas muy diversificado en transportes, construcción, servicios industriales, medios audiovisuales, reparación de maquinaria, fabricación de neumáticos, seguridad, logística, etc, valorado en cientos de millones de euros, pero muy opaco. Cuenta la leyenda urbana, que cuando se separó de su mujer hace años, fue capaz de acreditar al juzgado que sólo era propietario de una moto.

Siempre ha manejado sus empresas de forma muy particular, con cierto aire de "cacique", dicen sus críticos. Por ejemplo, fue duramente amonestado por los sindicatos por dejar de pagar las nóminas durante meses a sus empleados hasta que no recibía la subvención del Gobierno. También por manejar las huelgas y las marchas mineras a Madrid su antojo. Asimismo, es objetivo de las organizaciones ecologistas por sus numerosas explotaciones a cielo abierto, en las que, sin embargo, ha desarrollado tecnologías de vanguardia, según reconocen hasta sus mayores críticos.

DESAPARECEN MEDIO MILLÓN DE TONELADAS

Alonso ha estado embarcado en largas guerras judiciales por numerosos asuntos durante toda su vida empresarial. La última, de máxima actualidad, son las denuncias que le ha hecho la empresa pública Hunosa por la presunta desaparición de más de medio millón de toneladas de carbón que había pagado y que debería estar almacenado en instalaciones del grupo Alonso pero no lo está. Hunosa cifra su quebranto económico en unos 46 millones de euros, mientras que desde las empresas de Alonso se ha justificado la merma de carbón por el exceso de lluvias o por qué podría estar en otros emplazamientos.

Algunas fuentes consultadas creen posible que ese carbón haya estado llevándose para quemar a las centrales térmicas los meses de paro del sector el año pasado, por lo que no se habría repuesto al no haber producción.

SUBVENCIONES MILLONARIAS

Las ayudas públicas directas recibidas por el grupo Alonso en los distintos planes mineros desde 1990 hasta la actualidad han sido de 2.110 millones de euros, lo que supone más de 351.652,6 millones de las antiguas pesetas, que si se dividen por año más o menos da una cifra del entorno de 100 millones de euros cada ejercicio o en pesetas hasta 16.660 millones de nuestra antigua divisa cada año.

Estas cifras se integran en los 24.000 millones de subvenciones que los distintos gobiernos españoles del PSOE y del PP han dado a la minería del carbón desde 1990, 4 billones de las antiguas pesetas para hacernos una idea de lo que hablamos. Y de ese volumen, 5.492 millones fueron a parar a las empresas del sector, el mayor volumen para el grupo Alonso, pero también para otras sociedades como la pública Hunosa y las privadas Del Valle, Luengo o Villoria, entre otras.

Todas estas reconversiones han supuesto recortes de plantilla del 90% en la minería en los últimos veinte años, pasando de los 45.000 trabajadores a principios de la última década del pasado siglo a unos 4.000 ahora. Dándose también un recorte de producción del 67%.