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El Consell cuenta con un reducido pool de intermediarias para comerciliazar los inmuebles que deja para mudarse a la Ciutat Administrativa 9 d'Octubre

VALENCIA. Pocas, grandes y solventes. La Generalitat no quiere dejar sus 'joyas' inmobiliarias en manos de cualquiera, por ese motivo mantiene contactos con un reducido grupo de inmobiliarias de primer nivel para comercializar los activos de su propiedad que quedarán libres tras la gran mudanza a la Ciudad Administrativa 9 d'Octubre.

Aunque el Consell no ha cerrado acuerdos de comercialización en exclusiva con ninguna ni renuncia a gestionar directamente las ofertas que le van llegando, está abierto a que los principales operadores del sector aporten su experiencia y la cartera de clientes con los que habitualmente trabajan.

Una de las ofertas que han llegado más lejos ha sido la de InmoKing Real Estate, responsable del interés de la cadena de Mango por el edificio de la Conselleria de Economía en la calle Colón, 32, de Valencia. Aunque este inmueble es uno de los más disputados y también ha manifestado su interés por él la cadena Inditex; el propio dueño de Mango, Isak Andic, ha visitado el edificio para comprobar sus características acompañado de los agentes de la inmobiliaria.

LOS CONSULTORES ESTRELLA

La firma InmoKing Real Estate cumple las condiciones impuestas por el Consell para que el director general de patrimonio atienda sus propuestas, pero no es la única. La Generalitat prefiere cerrar las operaciones de forma directa, ahorrándose la comisión de los intermediarios, pero no se opone a ninguna oferta su viene a través de una inmobiliaria potente nacional o internacional con garantías.

En el grupo de las que han sido atendidas para que conocieran de primera mano las condiciones de la Administración, las características de los activos y pudieran poner su equipos al servicio de estas operaciones han estado también BNP Paribas, Richard Ellis y Jones Lang LaSalle, además de Ferran Inmobiliaria, una de las veteranas en el negocio valenciano.

En todos los casos, se trata de compañías que disponen de áreas especializadas en el mercado de oficinas y superficies comerciales de relevancia. Fuera han quedado otras de relevancia por su implantación en el Comunitat Valenciana, pero más especializadas en el negocio de la vivienda.

ANTES ALQUILAR QUE VENDER

Para las dependencias públicas que quedarán disponibles a lo largo del año, ninguna opción ha sido descartada. Aunque la idea original era la venta de los inmuebles con el objetivo de ganar liquidez, otras alternativas se han ido imponiendo ante la situación general del mercado. La Generalitat prefiere tener una renta fija y duradera a vender a unos precios como los actuales que, previsiblemente, volverán a remontar con el paso de los años.

De este modo, se están estudiando con especial interés las propuestas de alquiler de larga duración, como el contrato de arrendamiento que se ha firmado con la Agencia Tributaria para el edificio de la Avenida Blasco Ibáñez, 50, que está abandonando en estas semanas la Conselleria de Infraestructuras.

Entre las propuestas de compra, la única que se ha planteado (aunque no se ha formalizado oficialmente) ha sido la de Mango para el edificio de la calle Colón 32. Sobre la posibilidad de alquilar con opción a compra, todavía no se ha concretado en ninguno de los casos.