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LAS EMPRESAS DENUNCIAN LA CRECIENTE PRESIÓN IMPOSITIVA

Las petroleras Repsol, Cepsa y BP desafían al Gobierno con precios de los carburantes de 'efecto cohete'

A. L. D. / MADRID PLAZA. 19/02/2013

Competencia pide más presión gubernamental sobre las compañías presididas por Antonio Brufau, Santigo Bergareche y Jorge Lanza, para que aborden una reducción de márgenes en gasolinas y gasóleos 

MADRID. Las grandes petroleras que operan en España, Repsol, presidida por Antonio Brufau, Cepsa, copresidida por Santiago Bergareche, y BP, por Jorge Lanza, entre otras, desafían al Gobierno de Mariano Rajoy, manteniendo unos precios en clara espiral alcista durante los meses de enero y febrero, según aseguran todos los analistas consultados.

Se trata de grandes multinacionales, que además acaparan la mayor parte de gasolineras en territorio español. Repsol, controlada por Caixabank, tiene casi el 40% de la red nacional y cerca de 3.700 estaciones de servicio, seguida por Cepsa, propiedad del Abu Dhabi International Petroleum Investment Company (IPIC) con unas 1.500 y una cuota del 16%. Le siguen British Petroleum España con unas 660 y luego a corta distancia la portuguesa Galp y Disa, el grupo canario presidido por Demetrio Carceller.

El propio presidente de la Comisión Nacional de Competencia (CNC), Joaquín García Bernaldo de Quirós, se quejó amargamente la pasada semana en sede parlamentaria del poco caso que estas multinacionales y sus ejecutivos hacen a las presiones del Gobierno, vía el ministro de Industria, José Manuel Soria.

E insistió en las graves anomalías detectadas en el sector de los carburantes de automoción, caracterizado por «rigideces» y «estrangulamiento» del mercado de combustibles, limita la competencia en beneficio de estos grandes grupos.

SUBIDAS CASI TODAS LAS SEMANAS

Todas las alarmas están volviendo a sonar este mes. Según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE) la pasada semana, el precio de gasolinas y gasóleos lleva ya tres semanas de subidas, tras repuntar un 0,55% y un 0,8%, respectivamente, marcando nuevos máximos del año.

Así, el litro de la gasolina marca un precio de 1,461 euros situándose en niveles del pasado mes de octubre, mientras que el del gasóleo cuesta 1,389 euros, también en niveles de octubre. Ambos carburantes acumulan tres semanas de subidas de precios y se han encarecido un 6,3% y un 3,5% en lo que va de año.

Y lo que es peor, en 2013 todas las semanas, salvo una a mediados de enero, han registrado subidas en los precios, en un contexto de apenas un ligero encarecimiento del petróleo en los mercados internacionales.

El Gobierno vuelve a estar preocupado, dada la importancia del precio de los combustibles en la inflación, hasta el punto que podría volver a intervenir con nuevas presiones a las empresas y hasta con la aplicación de algunas de las reformas que lleva meses estudiando.

El pasado septiembre el Consejo de Ministros estudió un documento del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, titulado "Informe sobre medidas en relación con el precio de los carburantes" que analizaba los márgenes de las petroleras y llegaba a la consecuencia que eran mayores en España que en los países de nuestro entorno.

PREOCUPADOS POR LA INFLACIÓN

El citado informe obedecía a la pretensión gubernamental de poner freno a las constantes subidas de los carburantes, que estaban provocando mes a mes una fuerte subida de la inflación y se acercaba el mes de noviembre, que marcaba el pago de la revalorización automática de pensiones, mucho dinero para las políticas de ajuste de Rajoy.

Según este documento público "el precio de los carburantes en nuestro país está compuesto, fundamentalmente, por tres elementos diferentes: el coste del carburante en el mercado internacional, el coste de los impuestos y el margen empresarial. España es los países que menos grava, dentro de la zona euro, por vía impositiva los carburantes y, por el contrario, es uno de los países donde el margen empresarial es mayor. A título de ejemplo se pueden citar los siguientes datos, a fecha del 27 de agosto:

Como consecuencia de este informe, el Gobierno estudiará próximamente medidas de naturaleza impositiva que permitan rebajar el precio de los carburantes, así como ajustar los márgenes empresariales a la media de la zona euro. Además, se analizarán los llamados 'contratos de abanderamiento' de las gasolineras para tratar de liberalizar el marco en el que se realizan, eliminar barreras de entrada y permitir cambios más fáciles en las estaciones de servicio con respecto a sus distribuidores con el fin de facilitar mayor competencia".

MANDATOS DE COMPETENCIA Y LA CNE

El Gobierno de Mariano Rajoy tiene los mandatos de la Comisión Nacional de Competencia (CNC) y de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para intentar forzar una mayor liberalización de precios de carburantes y evitar el llamado efecto "cohetes y plumas" detectado tanto por los organismos reguladores como por todos los clientes avispados, que llevan años comprobando cómo un aumento de las cotizaciones internacionales del crudo provoca subidas inmediatas, y cómo un descenso de las mismas nada más que consigue bajar los precios muy poco a poco. La famosa frase: "Precios que suben como cohetes y bajan como plumas".

A partir de ese momento el Gobierno empezó a presionar claramente al sector, a cara descubierta, sobre todo a las tres grandes compañías que operan en España, Repsol, Cepsa y BP, con sucesivas reuniones entre el ministro de Industria, José Manuel Soria con los presidentes y máximo ejecutivos de estos grupos, Antonio Brufau, Santiago Bergareche y Jorge Lanza, entre otros.

De hecho, el Gobierno ha estudiado una reforma de la Ley de Hidrocarburos y hasta imponer un mayor grado de liberalización en la instalación de gasolineras para elevar la competencia, así como cambiar algunas normas de los sistemas de abanderamiento de estas estaciones de servicio.

LA PRESIÓN SURTIÓ EFECTO

Y esa presión surtió efecto. La presión constante del Ejecutivo obró el milagro y el mes de noviembre pasado la inflación anual bajó hasta el 2,9%, una reducción de seis décimas sobre octubre. Vamos, la segunda mayor bajada de precios en un mes de noviembre desde 1986. Y los culpables del desplome del IPC fueron directamente los precios de los combustibles, que ese mes habían caído a plomo.

En apenas dos meses de presión gubernamental al sector las gasolinas bajaron del entorno de un 10% y los gasóleos un 5,9% frente a rebajas sensiblemente inferiores en los países de nuestro entorno. Así que, añaden los expertos, todo parece indicar que la presión política funcionó más que el descenso de la cotización internacional del crudo.

Sin embargo, después del ajuste de noviembre y una tregua en diciembre, 2013 ha llegado con subidas de precios, que ya casi están a los niveles del pasado verano, por lo que vuelven a sonar todas las alarmas en el Gobierno. La última, dada la pasada semana por el presidente de la CNC, Joaquín García Bernaldo de Quirós.

MÁRGENES DISPARADOS

En su comparecencia anual en el Congreso, García Bernaldo de Quirós recordó que las medidas propuestas por la CNC hace meses pretendían limitar los márgenes crecientes de las petroleras y bajar de ese modo los precios de venta al público. El documento de Competencia denunciaba que los márgenes de las petroleras se habían disparado un 20% desde que comenzara la crisis, lo que parecería obedecer a un claro propósito de mantener los ingresos pese al desplome de la demanda por la crisis económica.

También destacaba este estudio de la CNC el fuerte control que ejercen sobre su mercado Repsol, Cepsa y BP, un 70% del total, a su juicio, cerrado a otros operadores. CNC pedía, asimismo, reducir la duración de los contratos de suministro en exclusiva de las estaciones de servicio con las petroleras y también medidas de fomento de la transparencia, para reforzar la capacidad de los consumidores de comparar precios. Esto sucede en la mayor parte de países vecinos.

A modo de ejemplo de cómo se hacen las cosas, el responsable de la CNC reveló que, junto a la CNE, «están investigando» las bajadas del precio de los carburantes los lunes, día que las estaciones de servicio envían los precios semanales a Bruselas.

TODO TIPO DE IMPUESTOS

Sin embargo, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que ejerce de lobby de las grandes petroleras, rechaza todas estas acusaciones sobre sus márgenes y justifica el incremento de precios por las constantes subidas de impuestos por parte del Gobierno y de las comunidades.

Según sus cálculos, el incremento del tramo estatal del impuesto sobre hidrocarburos, del céntimo sanitario, del IVA y la supresión de la exención a los biocarburantes, ha encarecido en 18 céntimos el litro de carburante desde 2009. También han destacado la eliminación de la exención fiscal a los biocarburantes (bioetanol y biodiésel), que dejaron de tributar a tipo cero y pasaron al mismo gravamen que la gasolina y el gasóleo. Y aseguran que todo eso se ha notado en el precio de venta en el surtidor, además de las cotizaciones internacionales del crudo.

UN POCO DE HISTORIA

Todo parece indicar, añaden estos expertos, que lo que está pasando demuestra que la liberalización de los hidrocarburos no se hizo bien por el Gobierno del PP de José María Aznar, y que la competencia en el sector sigue sin ser la deseable para que influya en los precios. La liberalización no quiso machacar al entonces y ahora todavía operador dominante, Repsol. De hecho no se le obligó a realizar desinversiones y se le permitieron mantener contratos de abanderamiento a largo plazo con sus gasolineras.

Aunque no debe decirse públicamente, hubo mucho pasteleo entre el Ejecutivo y las grandes empresas por tener unas relaciones demasiado intensas entre ellos durante esos años, y al Ejecutivo le sirvió para tener controlada la inflación. Luego ha habido sanciones y multas desde los reguladores, pero la realidad es que ninguno de los siguientes gobiernos, ni del PP, ni del PSOE, han cogido este toro por los cuernos, excepto éste último de Rajoy, aunque a juzgar por los hechos, todavía quizás sin demasiada contundencia.

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