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DAVID CAMERON APLAUDIÓ EL FALLO

Nadia Eweida, la empleada que ganó el pulso a British Airways por un crucifijo

A. LASO D´LOM / MADRID PLAZA. 14/02/2013

 MADRID. Circula estos días por el revuelto ambiente sindical de Iberia la historia de la empleada de British Airways (BA), Nadia Eweida, de 61 años, que el pasado mes de enero ganó en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo un pleito a la aerolínea fusionada con Iberia en la holding IAG y que dirige Willie Walsh y también al Reino Unido, en virtud del artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos.

Los hechos de esta larga historia, tratada con toda profusión de detalles los últimos años por la prensa británica, se remontan al 20 de septiembre de 2006, cuando la empleada de BA, que trabajaba en los mostradores de facturación del aeropuerto londinense de Heathrow, fue más o menos despedida por negarse a quitarse una pequeña cruz que llevaba colgada de su cuello y que no gustaba a sus jefes, ya que pensaban que perjudicaba a la imagen de marca de la aerolínea.

SIJS, MUSULMANES, ETC

Nadia, que es cristiana pentecostal, argumentó que una gran parte de sus compañeros portaban símbolos religiosos y prendas relacionadas con sus creencias religiosas, por ejemplo turbantes o velos de los sijs o los musulmanes. Afirmo entonces que no pensaba resignarse ante lo que consideraba una decisión injusta y aseguró que "no voy a ocultar mi creencia en Jesús. Sólo se prohíbe a los cristianos expresar su fe. Soy una empleada fiel y concienciada de BA, pero defiendo los derechos de todos los ciudadanos" y anunció ya entonces su intención de llegar hasta el final.

Pero sus argumentos no se aceptaron y fue apartada de su puesto de trabajo. La aerolínea dijo que "BA reconoce que los empleados uniformados pueden desear portar joyería, incluidos símbolos religiosos. Pero nuestra política dice que esos artículos pueden llevarse bajo el uniforme. Por ello, no es una prohibición". "Y esta regla -añadió un portavoz de la aerolínea- se aplica a todas las joyas y a los símbolos religiosos y no se refiere específicamente a la cruz".

RESPALDO SINDICAL Y DE SUS COMPAÑEROS

Pocos días después del incidente, Nadia recibió el respaldo de su sindicato (TGWU) y de más de 200 compañeros de trabajo, que firmaron una carta de apoyo. También el parlamentario de su distrito electoral la expresó su solidaridad calificando como "incomprensible" la decisión de BA sobre el asunto.

La trabajadora permaneció en esta situación hasta febrero de 2009, fecha en que British modificó su reglamento de vestuario permitiendo a sus empleados que lucieran ese tipo de símbolos, pero se negó a compensar a Nadia por el tiempo que había estado apartada de su trabajo. La compañía aérea llegó entonces a ofrecerle un nuevo cargo en el que no tendría que ir uniformada y podría llevar la cruz y hasta una oferta de 11.500 euros para resolver el pleito al margen de los tribunales, pero la azafata lo rechazó y siguió pleiteando.

NO SE DEJÓ AMEDRENTAR

Comenzó entonces un largo proceso judicial en el que Nadia, aunque muy apoyada por los sindicatos británicos en sus reclamaciones ya que su caso se había hecho famoso, perdió numerosos juicios, al mantener los tribunales británicos la misma posición que British Airways.

Pero Nadia Eweida no se amedrentó y recurrió a la justicia europea y al fin, el pasado 15 de enero el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo la dio la razón. Los magistrados entendieron que los tribunales británicos no respetaron el "justo equilibrio entre, por un lado, el deseo de la demandante de manifestar su fe y poder comunicársela a los demás, y, por otro lado, el deseo de su empleador de conducir una imagen de marca precisa". También destacaba la sentencia que otros empleados de British Airways recibieron autorización para llevar vestimentas religiosas como turbantes o velos "sin ningún efecto negativo sobre la imagen de marca y la reputación de esa compañía".

VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

El alto tribunal europeo interpretó que había una violación del artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos que incluye "la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, o en público", y consecuentemente sentenció fallando a favor de Nadia.

De manera que al final, Reino Unido fue condenado a indemnizar a la demandante, Nadia Eweida con 2.000 euros por daños morales y 30.000 euros por los costes del proceso, al entender que existió una violación del ya citado artículo 9, referente a la libertad de religión.

El propio primer ministro británico, David Cameron, apoyó desde Twitter la decisión del alto tribunal europeo, lo que da una idea de lo mediático que ha sido este caso en Reino Unido y aseguró que "estoy encantado de que el principio de poder lucir símbolos religiosos en el trabajo se mantenga. Los principios no deberían sufrir discriminación motivada por creencias religiosas".

Willie Walsh es el máximo ejecutivo de British Airways desde octubre de 2005 como director general, lo que significa que ha sido la organización dirigida por él, la que ha mantenido y al final perdido también este largo enfrentamiento judicial. Y casualmente, el punto final del largo pleito con Nadia Eweida ha sido una condena por vulneración de los derechos humanos.

Eso es exactamente lo que recuerdan estos días por Iberia los sindicatos de la aerolínea, que negocian con la dirección un recorte de plantilla de casi 4.000 trabajadores decidido por el grupo español fusionado con BA.

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