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MADRID (EFECOM). El ex consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, defendió en la Audiencia Nacional la reformulación de las cuentas del grupo en 2011 un día después de que la experta en contabilidad Araceli Mora desmontara ante el juez cada una de las razones en las que se apoyó la entidad para cambiar sus resultados.

Tras la dimisión en mayo de Rodrigo Rato como presidente de Bankia y la llegada de José Ignacio Goirigolzarri, el grupo modificó sus cuentas y convirtió un beneficio neto de 309 millones en unas pérdidas de 2.979 millones.

Verdú, el único miembro del consejo de administración liderado por Rato que continuó con el nuevo presidente, explicó al juez que el auditor exige que, cuando hay hechos conocidos que afectan a ejercicios anteriores y todavía no se han cerrado y auditado las cuentas, hay que reflejarlos en las del ejercicio aún abierto.

El ex consejero delegado, que dimitió el 4 de julio de 2012 tras ser imputado, argumentó que la reformulación arrojó un resultado tan dispar porque se incluyeron todas las exigencias legales de provisiones inmobiliarias aprobadas en febrero y mayo del año pasado.

Sin embargo, un día antes, la exconsejera de Bankia Araceli Mora, catedrática de economía financiera y contabilidad, advirtió al mismo juez de que en las normas contables está "estrictamente prohibido" adelantar pérdidas futuras, según su declaración.

Mora, una de los doce profesionales que centralizan en Bruselas la interpretación de las normas de contabilidad internacional en el ámbito europeo, explicó se puede ser conservador al formular unas cuentas, pero no dar menos valor a activos para adelantar pérdidas.

Por eso, la exconsejera defendió la legitimidad de las cuentas de 2011 presentadas por Bankia, algo en lo que coincide Verdú, aunque al mismo tiempo se muestre de acuerdo con los cambios posteriores.

"Yo esperaba una reformulación", dijo, y aunque reconoció que es un hecho que pudo sorprender, en su opinión, visto a día de hoy, el saneamiento que recogen las cuentas era el que había que hacer.

Cuando Goirigolzarri le confirmó en el puesto le señaló que Bankia estaba "cuestionada" y debía hacer un saneamiento "serio" para recuperar credibilidad. "Hay que hacerlo de una vez y que sea realmente ambicioso", dijo el sucesor de Rato, según Verdú.

Frente a esta tesis, Mora había insistido en que "nunca jamás un cambio en las estimaciones puede dar lugar a una reformulación de cuentas".

La experta contable explicó que Deloitte y el nuevo equipo de Bankia pedían ajustes principalmente en la cartera de inversiones crediticias, por un deterioro adicional de casi 2.000 millones, y en inmuebles, casi 3.000 millones más.

Además, Verdú justificó los cambios contables en el deterioro de la situación macroeconómica, que estaba produciendo aumentos de la mora en la entidad financiera, entre otras cuestiones.

Otra irregularidad a juicio de Mora, ya que en su opinión los cambios en las perspectivas económicas tendrían impacto en el futuro.

En el caso de los cambios normativos, otra de los argumentos a los que se agarró Bankia para reformular sus cuentas, Mora entendió que se debían al real decreto de febrero y "ya el colmo" al de mayo, que tendría efecto en 2012 e incluso en 2013 si hay fusiones.

Ante la disparidad de criterios, el juez Andreu ha solicitado a los peritos designados por el Banco de España que le transmitan su opinión sobre si se aplicó correctamente la normativa contable en la reformulación de las cuentas de Bankia de 2011.