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Baustista Soler lamenta la pasada euforia y asegura que no volvería a invertir en fútbol, "una mala cosa", aunque se declara seguidor del Valencia "y del Levante"

VALENCIA. El constructor y promotor Bautista Soler recibe al periodista en sus oficinas en la Calle Rivera de Valencia. A penas hay movimiento en las instalaciones. Quedan pocos empleados. El promotor muestra un semblante cansado y tal vez algo tristón. Pide que no se le tomen fotografías durante la entrevista, que solo pueden ser de archivo y a mitad de la entrevista ya mostraba su deseo de darla por finalizada. Pero se encuentra bien de salud. Sin embargo, atiende muy amablemente advirtiendo que contestará sobre lo que sepa y le apetezca hablar. La Patacona, Valencia SAD, la crisis, el banco malo, los concursos de acreedores de sus empresas, son algunos de los asuntos que comenta y valora con ValenciaPlaza.com. Reconoce errores cometidos y lamenta algunas actuaciones.

-Después del naufragio del sector inmobiliario...
-Culpan al ladrillo de todo el desastre actual de la economía. Pero ¿el ladrillo tiene toda la culpa? Generaba tres millones de puestos de trabajo, así que creo que hay que analizar el desfase económico. En aquella época el número de parados se cifraba en 2,5 millones y ahora se aproxima a los 6 millones... atendiendo a estas cifras, no creo que toda la culpa la tenga el ladrillo.

-Con todo, ¿se considera un superviviente? Parece muy ocupado, ha costado poner una fecha a la entrevista... ¿a qué se dedica ahora?
-No. La construcción está muerta y enterrada. Pasarán entre 10 y 12 años para que vuelva a activarse, por desgracia. Miles de familias han vivido de la construcción y ahora están en el paro. Yo sigo en activo... pero son los últimos coletazos para liquidar asuntos pendientes. Siempre hay algo que hacer... Ahora atiendo a los compradores de las últimas viviendas que he vendido, las 540 que entregué en dación de pago a Banesto, todas ya vendidas por la entidad. Atiendo a los clientes por si hay alguna reclamación o arreglo en estas viviendas. Estamos ofreciendo servicios postventa durante un tiempo prudencial.

-La Patacona se ha convertido en la imagen más significativa de la crudeza de la crisis...
-La Patacona... [se levanta de la silla] Espere que le enseñe una fotografía de cómo era antes de que yo invirtiera allí [trae la fotografía y señala]. No había nada: casas de gitanos y la papelera. Y cuando fui allí en 1993 quité de allí a los gitanos, de acuerdo con el Ayuntamiento de Alboraya. Le ayudé a que se hiciera el paseo marítimo y empezó a desarrollarse todo aquello, porque era una playa pegada a la Malvarrosa y era un crimen no aprovecharla. Además, era la que más extensión de arena tenía. Pero las cosas nacen y mueren y allí ya no hay nada que hacer. La crisis acabó con este proyecto. Me entristece mucho hablar de lo que sucedió.

-¿Cuál fue el desencadenante que llevó a que perdiera la Patacona?
-Construíamos con el préstamo que nos había dado el banco, el normal. Vendíamos y la gente luego se hacía cargo del préstamo. Pero llegó el momento dejaron de comprar nuestros apartamentos. Dejaron de tener medios para comprar y tuvo que hacerse cargo el banco porque yo como promotor no podía devolver todo el préstamo... ¿qué promotor era capaz de devolverlo? El banco se hizo cargo de común acuerdo, a través de una dación de pago. Devolvimos todas las entregas de dinero de las personas que no podían cumplir con los pagos. No me he quedado nunca dinero de nadie. Cuando alguien no ha podido pagar, le he devuelto el dinero y a cada cual lo suyo. En fin, son cosas que ya están superadas.

-¿Cuánto ha perdido en esta promoción?
-Mucho. ¿Para qué hablar de ello? Es mejor no acordarse de lo que uno pierde para no quedarse con el mal sabor de la pérdida.

-Durante esta época de renuncias, ¿de qué le ha dolido más desprenderse?
-Que había mucha gente trabajando y tuve que despedirles porque no había carga de trabajo.

-Usted fue de los primeros en reconocer la crisis, ¿realmente esperaba que fuese tan dramática?
-Nadie esperaba esta situación. Yo tampoco lo esperaba así. He pasado por tres crisis de la construcción y duraban dos o tres años. Y no esperaba que ésta fuera eterna, yo no lo esperaba así. Se debería haber regulado esa euforia constructiva para no llegar a lo que se ha llegado. Pero ahora las cosas están así.

-¿Se ha ganado algo?
-En esta crisis han perdido todos. Primero los obreros, que se han quedado sin puestos de trabajo, para mí la pérdida más grave. En segundo lugar, todos los promotores que empezaron un negocio que han cerrado. Y en tercer lugar, la banca.

-¿Considera a la banca un perdedor de esta crisis?
-Bueno, la banca sí, porque no puede recuperar la inversión. Tiene que hacer quitas para cobrar lo que pueda y también es un perdedor... 

-¿Dónde están ahora los especuladores de la época del boom?
-Han perdido lo que tenían y lo que no tenían. Las bajadas de precios de la vivienda de más del 50% han dejado a los especuladores en calzoncillos. Con grandes pérdidas...

-Usted está viviendo un procedimiento concursal en MAG Import. ¿Qué lectura hace de lo sucedido? ¿se podía haber evitado?
-Se podía haber evitado si el banco Natixis hubiera sido un banco ‘normal'. No quiso renovar cuando se habían pagado todos los intereses del préstamo a su debido tiempo y se había amortizado el 22%, cosa que no existe en España. ¿Qué empresa paga todos los intereses a tiempo y encima tenga amortizado el 22%? Y como no quiso renovar el acuerdo la sociedad MAG Import tuvo que presentar concurso. Fue injusto.

-¿Cómo afecta a Gecina, empresa participada por MAG Import?
-No le ha afectado para nada. Los dueños de las acciones cobrarán los dividendos que les correspondan. Es una de las mejores empresas de cobro de alquileres de inmuebles de Europa. Obtiene más de 500 millones de beneficios, cobra 650 millones de alquileres y tiene más de 400 edificios en alquiler. Además cotiza en bolsa.

-En la época de la OPA de Metrovacesa, ¿eligió bien sus compañías? En aquella época consideraba a Del Rivero un iluminado, ¿lo sigue pensando?
-Sigo manteniendo una buena relación con Del Rivero, ¡cómo no! Pero las circunstancias no las pudo prever. No sabía lo que se iba a producir seis o siete años después..

-¿Bamicom sigue funcionando?
-No.

-En plena desconfianza de los mercados internacionales, usted y Joaquín del Rivero consiguen vender el 40% de su deuda concursal a fondos de inversión canadiense y estadounidense ¿cómo los convencen?
-Nosotros no hemos vendido nada. Han sido los 12 bancos que nos concedieron el préstamo en MAG Import y Alteco Gestión. Ellos vendieron el 40% del préstamo a los dos fondos.

-¿Cómo lleva los problemas con los financiadores? ¿Qué futuro le depara a su patrimonial Sapa?
-Sapa es una sociedad que no tiene nada. No tiene actividad. No sé si tiene algunas acciones pero ya no tiene actividad.

-¿No es preferible liquidar una empresa antes que tenerla sin actividad y generando deuda? ¿Por qué no la liquidó?
-Muchas veces uno tiene una empresa que la ha tenido en actividad y la mantiene por si hay ocasión... pues ya tiene una sociedad constituida. No tiene otra función. No tiene valor. Tampoco quiero hablar...porque no sé qué pasará. Pero una empresa que no tiene actividad lo normal es dejarla estar y no gastarse dinero deshaciendo la sociedad. Porque cuesta dinero deshacer una sociedad, no lo olvidemos.

-¿Sigue siendo cliente de Banco de Valencia?
-He trabajado muy poco con Banco de Valencia. Muy poco. Lo imprescindible.

-Bueno, ¿y la empresa que le financió este banco?
-Nada. Ya no tengo nada. Ya no trabajo con Banco de Valencia.

-¿Alguna de sus sociedades se ha quedado intacta?
-Ni las mías ni casi ninguna. La única que está intacta es Gecina porque no especulaba sino que el fondo de inversión tenía edificios destinados al alquiler. Es una sociedad que no es especulativa. Los alquileres generan rentas.

-¿Usted era partidario de la creación de un banco malo?
-No.

-¿Era la única salida? ¿Está bien cimentado?
-No era la única salida. Era partidario de que cada banco, poco a poco resolviera sus asuntos con sus clientes, haciendo las quitas necesarias para resolverlo. Pero no soy partidario de la creación de un banco malo, porque todo lo malo de cada banco ha ido a parar a esta institución.

-¿Conoce a Belén Romana? ¿Cree que es apropiada para dirigir Sareb?
-No la conozco.

-¿Cree que han sido indulgentes con los directivos de las cajas intervenidas? ¿y con las propias cajas?
-No puedo opinar porque desconozco. Opinar sobre una cosa que desconozco no me parece oportuno...

-¿Teme a los bancos como competencia? ¿que se conviertan en inmobiliarias? ¿sería positivo? 
-No creo. Lo que podrán es ayudar a quedarse patrimonio en dación de pago y el tiempo lo resolverá. Pero ahora con el banco malo, lo llevarán allí y ya está.

-¿Cómo cree que debería reactivarse el crédito?
-Debería darse crédito a todos los emprendedores de nuevas empresas, autónomos, etc... Préstamos a 5 años y a un 3% de interés. Se tendría que reducir también los impuestos a estas empresas, darles facilidad para que arranquen y creen puestos de trabajo. De otro modo, no se resolverá esto nunca.

-¿Cómo les va a sus hijos? 
-Bueno... Victoria sigue de consejera de Gecina, Javier sigue con sus gimnasios y la gestión de las pistas de pádel.

-¿Y Juan Bautista?
-Se dejó ya lo del Valencia SAD. Ha sido una pesadilla, una mala historia que pasan las personas y, bueno, luego se analizan las cosas y se ve que uno no ha estado acertado.

-¿Puede ser más concreto?
-No sé, el fútbol es mala cosa.

-No volvería a invertir en el fútbol.
-No. Ni un duro. Ha sido una mala experiencia. Se gasta más que se cobra y cuando es así, la situación es fatal. Pero siempre hay alguno que se cree que es un sabio, que desde la buena voluntad piensa que va a aportar una idea para mejorar. Y luego va y se equivoca, que es lo que le pasó a mi hijo.

-¿Qué relación le queda con el club?
-Estoy muy desconectado.

-¿Sigue siendo socio y seguidor?
-Sí, claro... eso es aparte. Tengo afición y al Levante, igual. Todavía tengo acciones del Valencia.