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BANKIA, BANCO DE VALENCIA, CAM...

El cierre de sucursales engorda la oferta de bajos comerciales de difícil venta

A. MOHORTE. 06/02/2013 Solvia y Bankia Habitat cargan con el mayor número de antiguas oficinas en propiedad

VALENCIA. La reestructuración de las entidades financieras en territorio valenciano también tiene su vertiente inmobiliaria. El cierre de oficinas ha cargado a las antiguas cajas dominantes en el territorio de bajos comerciales de difícil venta por ubicarse en zonas de baja demanda.

La política seguida hace años por Bancaja y Caja Mediterráneo (CAM) de primar la compra frente al alquiler de los bajos comerciales en los que se instalaba ha convertido a sus herederas (Bankia y Sabadell CAM) en las propietarias del mayor número de inmuebles adaptados para las necesidades de una oficina: doble puerta de acceso, cristales blindados, sala acorazada...

Bankia, con si inmobiliaria Bankia Habitat, es la entidad con mayor número de inmuebles, según fuentes del negocio inmobiliario, aunque le sigue de cerca Sabadell CAM, a través de su inmobiliara Solvia. "Las entidades se quedaban con el bajo de edificios que financiaban o, simplemente, preferían comprar a terceros para poder sumarlos a sus activos con el convencimiento de que su valor se incrementaría con el tiempo.

LOS RESTOS DEL REPLIEGUE

Oficina cerrada en la Gran Vía de Valencia

Así como otras entidades, como el Banco de Valencia, han optado por el cierre de las oficinas que tenían en alquiler, rescindiendo los contratos; otras que contaban con una red más amplia, como Caja Madrid, pusieron buena parte de sus inmuebles en el mercado hace año y medio con éxito dispar.

En el caso de la entidad madrileña, una de las piezas más interesante fue la de la antigua oficina de Gran Vía Marqués del Turia, 41, contigua a una oficina de Bancaja, que la entidad vendió a un particular que todavía no le ha dado uso. Distinta ha sido la suerte de la sede central para Comunitat Valenciana y Murcia en la calle Pintor Sorolla, que no ha encontrado una oferta adecuada.

A las dificultades que atraviesa el mercado inmobiliario local, se suma en estos casos el hecho de que la oferta sobrante es la que se encuentra fuera de las zonas prime o áreas comerciales de interés. "En su día, lo primero que se abría en una zona de expansión era un banco, y entre los propietarios de los bajos eran considerados los mejores compradores o inquilinos para los bajos de tamaño medio", apuntan fuentes inmobiliarias.

LOS PROBLEMAS DE COLOCACIÓN

Aunque los bajos están en líneas generales en buen estado, el problema que plantean es su ubicación en zonas con población (en la mayoría de los casos) pero con una escasa actividad comercial. "Se trata de barrios en los que la densidad de población podía hacer interesante a principios de la década la apertura de una oficina, pero no de otros negocios", advierte un responsable inmobiliario.

Además, la mayoría no abría en solitario, con lo que era habitual la apertura a escasos metros de diversas sucursales de distintas entidades. Al margen de la competencia que genera la salida al mercado de buena parte de ellas casi al unísono, el proceso de fusiones que se produjo por la reestructuración bancaria ha hecho que en algunos casos, como el de Bankia, sume los activos de entidades de amplia implantación como Bancaja con los de otras también de referencia Caja Madrid.

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