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VALENCIA. El pasado lunes 28 el Diputado General de Bizkaia, Jose Luis Bilbao, presentó ante el lehendakari Íñigo Urkullu la propuesta de fusionar la Orquesta Sinfónica de Euskadi (EOS) y la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) en una única entidad, que pasaría a denominarse Orquesta Nacional de Euskadi. 

La BOS (foto) surgió por iniciativa de un grupo de aficionados tras la llegada del músico belga Armand Marsick a Bilbao como director del Conservatorio Superior de Música de la capital bilbaína. En 1922 la recién constituida orquesta ofreció su primer concierto público bajo la batuta de Marsick, por lo que el pasado año se conmemoró el 90º aniversario; a lo largo de su dilatada historia han ocupado su titularidad un buen número de afamados directores (Vladimir Golschmann, Jesús Arámbarri, Jose-Yves Limantour, Rafael Frühbeck de Burgos, etc.). Su actual director titular es el austriaco Gunther Neuhold (Graz, 1947). La BOS desarrolla una temporada sinfónica regular de 17 programas en doble concierto, más ciclos de cámara, conciertos didácticos y para familias, y numerosas intervenciones en las temporadas de ópera de ABAO, el Festival Musika-Música y diversas otras convocatorias extraordinarias.

La EOS fue creada a iniciativa del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco en 1.982. Radicada de Donostia-San Sebastián, y dirigida en la actualidad por el maestro colombiano Andrés Orozco-Estrada (Medellín, 1977), su temporada regular comprende 15 conciertos sinfónicos, que tienen lugar en las cuatro capitales vasco-navarras. En la actualidad es la segunda orquesta española por número de abonados (7.000) y la media anual de espectadores es de 150.000. Interviene igualmente en la Temporada de ABAO (este mes, en Les Vêpres siciliennes de Verdi) y en muy diversas manifestaciones.

Ante la inquietud generada por el anuncio de fusión, manifestada por diversos partidos políticos de Gipuzkoa, recelosos de la pérdida de la sede de la orquesta en la capital donostiarra, la diputada de Cultura de Bizkaia, Josune Ariztondo, ha recordado las fusiones que se están operando actualmente en Europa, citando en concreto la más reciente de las Orquestas de Stuttgart y de Baden-Baden y Freiburg (noticia comentada en esta web el 11 de diciembre), asegurando que la posible fusión “no se haría con una política de despidos”, y defendiendo una vía de convergencia de todas las instituciones implicadas (Gobierno vasco, diputaciones forales y ayuntamientos).

Los defensores del mantenimiento de ambas orquestas argumentan que el consumo de música sinfónica por habitante es también es el más alto de España: según el último estudio de la SGAE, el 17,2% de las personas que acudieron a conciertos sinfónicos en 2011 lo hicieron en la Comunidad Autónoma Vasca. Los 2.300 abonados de la BOS o los 7.000 de la Orquesta de Euskadi suponen cifras solo soñadas para el resto de orquestas del Estado, que rondan los 1.200 a 1.800 abonados de media.